miércoles, 27 de octubre de 2010

Yo tenía un trenecito...

Hacía bastante tiempo que nuestro gran Clark Kent no se marcaba algún comentario marca del búnker a propósito de los proyectos ferroviarios que nuestro insigne gobierno autonómico prepara acometer en la década que abriremos dentro de un par de meses. Sí: ferroviarios. Líneas de tren, o sea. Hasta donde conoce el abajo firmante, la previsión en Tenerife es de dos líneas, siguiendo el trazado de las autovías que parten desde Santa Cruz hacia el norte y el sur insulares. En Gran Canaria existe también al menos un proyecto de línea ferroviaria, encaminado hacia el sur de la isla por la costa oriental. El gran defensor de la idea del tren en Gran Canaria es, según parece, Román Rodríguez, otrora Consejero de Sanidad y Presidente del gobierno regional para unos, diablo canarión para otro. El infatigable denunciador mayor del archipiélago disiente de las ideas del líder de Nueva Canarias, con la sutileza y claridad que habitualmente le distinguen. Júzguese si no:

  • (...) se trata de dos proyectos imprescindibles (trenes hacia el norte y el sur) para esta Isla por su superficie y configuración demográfica, ya que tiene una población armoniosamente repartida. No es el caso de Las Palmas, cuyos habitantes viven concentrados en la capital (o la capitá, como dicen ellos).
  • Un recorrido de 57 kilómetros con 11 paradas, como el que se pretende construir en la isla de los secarrales y de tierras amarillas y arenosas, impide que un tren alcance la velocidad de crucero. Por si fuera poco, no habrá pasajeros suficientes en los apeaderos debido a esa razón ya mencionada de que la población está aglomerada en torno a la ciudad de Las Palmas. El material ferroviario que se adquiera a precio de oro terminará por oxidarse a la intemperie sin ninguna utilidad.
Es decir, que por el solo hecho del reparto de población en Tenerife, los trenes son necesarios. Lo que Cagliostro omite es el destrozo que las instalaciones supondrán en el paisaje de las islas, sobre todo en el norte de Tenerife, donde cientos de hectáreas de buena y fértil tierra se pèrderán sin remedio. Eso por no mencionar las viviendas afectadas y a las personas que viven en ellas. Como tampoco el hecho, sobradamente conocido por otra parte, de que los problemas de densidad de tráfico no se alivian disponiendo de más infraestructuras. Pero para el führer de la Avenida de Buenos Aires la lógica es simple: si es para Tenerife, burro grande, ande o no ande. Si es para Gran Canaria, ni agua. Y no perdamos detalle: en Tenerife la velocidad del tren será de vértigo, mientras que en Gran Canaria no. Y eso pese a que el trazado del tren en la isla vecina discurriría por una área llana y sin grandes altibajos como indefectiblemente sucedería en Tenerife, al menos en el norte.

Pues yo diría que el despropósito de los trenes, y más aún en el momento que atravesamos, es un soberano disparate, se haga donde se haga. Que en días en que los presupuestos en educación están siendo castigados a todos los niveles (y no es que tengamos un sistema educativo como para sacar pecho, vistos los resultados) se plantee un gasto de esa magnitud me parece una necedad casi obscena. Como el puerto de Granadilla o como el anillo insular (tinerfeño). Las islas , a juicio de los señores de Coalición Canaria sólo están para machacarlas. Y si tienen al perro de Zancho dispuesto a aullar en favor de estas tropelías, ni te cuento. Qué más da que les ladre al más puro estilo Lindo Pulgoso por no pedir la independencia si les apoya sin rodeos en lo sustancial.

Sí, yo seré un falso ecologista, a juicio de Clark. Un enemigo de Tenerife y todo eso. Pero es lo que pienso.

Ah, por cierto: los 3000 millones de euromortadelos para costear el último caprichito de nuestros próceres vienen de las arcas del estado. Desde Madrid, vamos. O de la metrópoli, a juicio de la escasa materia gris del jefazo. Curiosamente, no hay referencias en el comentario acerca de los robos a los que nos someten los viles españoles. Ayer sí las había, claro, galeones de por medio y todo. Pero cuando te aflojan pasta para hacer un trenecito... O dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario