Así marcan el tiempo los viejos relojes de péndulo, tic, tac, oscilando de un lado a otro como por arte de magia, en un incesante vaivén, ora a la derecha, ora a la izquierda. Pues así le vienen dadas hoy a nuestro ínclito presidente regional, de parte del observador popular de la avenida de Buenos Aires (el nombre no hace al caso ahora, por cierto, ya que no son precisamente buenos los aires que por allí soplan en estos momentos). Al bueno de Paulino Rivero, otrora patriota exaltado pero discreto, le ha tocado esta vez recibir un cachetón de parte de Gary Baldi y/o sus pandilleros, por ser chico malo y no haber cumplido con los deberes del cole. Lean:
Me voy a la capital de la odiosa metrópoli, regresaré el domingo. Hasta entonces.
- Don Paulino Rivero: usted, al igual que en su día Adán Martín, prefiere leer los titulares de las primeras páginas en vez de los editoriales. Nos parece (...) que hace caso omiso de forma expresa a los editoriales de EL DÍA, pese a que son los únicos sensatos pues en estos momentos (...) supone una insensatez política no pedir expresamente la independencia de esta sufrida tierra.
- Usted no quiere verlo, señor Rivero, pero un día la explosión social va a ser de tal magnitud en Canarias, que ni tanques ni artillería pesada podrán con el pueblo que se levantará airado contra sus opresores políticos. Opresores, créanos que nos duele decirlo, entre los que están usted, su Gobierno y todos los miembros de su partido que no han sabido reaccionar ante el colonizador español para pedir la libertad. Falsos nacionalistas que no han sabido adoptar las medidas necesarias para evitar que los canarios sigan siendo personas ignorantes y temerosas.
Me voy a la capital de la odiosa metrópoli, regresaré el domingo. Hasta entonces.
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