martes, 4 de octubre de 2011

Europa, según para qué

Esta singularísima bipolaridad puede leerse en el incendiario editorial de hoy martes:

Canarias tiene que sacudirse de encima la opresión; es decir, el colonialismo. Un colonialismo que ya no es sólo España el país que lo ejerce sobre nosotros, sino toda la Unión Europea. No olvidemos que se nos considera europeos ultraperiféricos, porque así lo ha querido, e incluso ha luchado por ello, el Gobierno del torpe y déspota político que nos gobierna. Qué sarcasmo: ni él, ni los falsos nacionalistas de Coalición Canaria han movido un dedo por conseguir la libertad de su tierra y, sin embargo, venden como un logro el que en la Constitución europea figuremos como ciudadanos ultraperiféricos. (...) estos falsos nacionalistas (...) quieren que la Constitución española también recoja tan vil calificativo para los canarios. (...) ¿Hay quien pueda desmentirnos cuando afirmamos que tanto en Madrid como en Bruselas nos tratan como a indígenas, como a pájaros exóticos, aunque vistamos ropajes europeos?

Y, más abajo, escribe la autoproclamada y estridente voz del pueblo guanche oprimido:

La independencia (...) nos convertirá en una nación fuerte e importante (...) con una Justicia justa que no dicte sentencias antes de que concluya la vista. Sobre este punto, creemos conveniente que el Tribunal Supremo o el Tribunal Constitucional o el Consejo General del Poder Judicial o Estrasburgo intervengan y pongan orden en la Justicia en Canarias. Testigos hay que podrán aportar sentencias y apelaciones dictadas no con la cabeza sino con el corazón, lo cual es malo.

A ver si lo entiendo, máquina: ¿tanto despotricar de España y Europa para después pedirles que pongan orden en la justicia de esta colonia ultraperiférica tan vilmente oprimida? ¡Qué sarcasmo, qué ignominia, qué descaro! ¡Y qué idiotez! ¿Hay quien pueda desmentirme cuando afirmo que te falta un agua?

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