domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Quién teme al moro feroz?

Una de las majaderías más recientes del periódico azul es la de intentar asustar a los lectores, arguyendo que nuestros vecinos marroquíes pueden anexionarnos a su reino cuando así lo deseen, so pretexto de que nos encontramos dentro de su Zona Económica Exclusiva. Una amenaza de la que sólo nos veríamos libres, claro está, una vez conseguido nuestro estatus de respetabilísima república (¿bananera?) independiente. Esta es, a juicio de nuestro anciano camarada Rodrigov, una razón de peso para dejar que los marroquíes sigan machacando a su antojo a los saharahuis, no sea que los vecinos se enfaden y nos invadan sin más. Eso sí: si somos una nación independiente no sólo estaríamos completamente a salvo de las supuestas ansias expansionistas marroquíes, sino que además seríamos poco menos que el reino de Saba. El cuento de casi siempre.
Tal estado de opinión surgió el miércoles pasado, a raíz de las agresiones que un grupo de ciudadanos españoles sufrió a manos de presuntos civiles marroquíes indignados por su reivindicación de libertad para el pueblo saharahui, una libertad que Marruecos les sigue negando desde hace treinta y cinco años. Para los marroquíes, el antiguo Sahara español es una provincia más, y les resulta inadmisible que se tracen las fronteras que le separan del reino alauí. Puedo decirlo con pleno conocimiento de causa porque lo he visto con mis ojos. ¿Que las Naciones Unidas dicen lo contrario? A tomar viento. Ahora bien: el Sahara está bajo soberanía marroquí de facto, pero no de iure, toda vez que la comunidad internacional no la ha reconocido. Incluyendo a España, por cierto, por más que su actuación en este contencioso haya sido más que deplorable, dejando a los saharahuis abandonados a su suerte, dicho sea de paso. Al día siguiente, jueves 2 del corriente, El Dia volvió a lo mismo, fiel a su estilo, pero añadió una interesante coletilla:
  • Lo repetimos: si Marruecos se inflama, el fuego llega a Canarias. Marruecos nos puede declarar provincia suya cuando quiera, y el mundo le dará la razón, porque Canarias no está en territorio español; está en las aguas jurisdiccionales y en la Zona Económica Exclusiva de Marruecos. Insistimos en esto una y otra vez porque no se trata de la mentira repetida mil veces, sino de la verdad repetida mil veces para que seamos conscientes del riesgo a que nos tiene expuesto el egoísmo español.

Resulta la mar de curioso que el amigo José Rodríguez aluda a la mentira repetida mil veces, una figura a la que este humilde autor ha recurrido para calificar los argumentos empleados en los editoriales y comentarios de El Dia en apoyo de su delirio independentista. Pues en opinión de quien escribe, no son más que un conjunto de mentiras que, por repetidas, se pretende implantar en la sesera de los lectores. Táctica pura y dura de propagandistas nazis, o sea. ¿Será que los ojos de nuestro sin par Garibaldi se han fijado en este blog? No esperaría semejante honor, la verdad.

En el editorial de hoy, y entre el habitual potaje de asuntos que provocan los sinsabores, indignación y lamentos del Denunciador de Santa Brígida, se puede leer una entrega más del culebrón marroquí. Y me viene a la mente la tonada que, despreocupados, cantaban los Tres Cerditos en las pelis de Walt Disney: ¿quién teme al moro feroz, al moro, al moro? Ojo, que el término moro no es xenófobo, pues deriva del latín maurus, que es como los romanos llamaban a los habitantes del Atlas y a las tribus beréberes de Mauritania por el tono oscuro (moreno) de su piel. Aquí va el texto en cuestión:

  • (...) Marruecos cuando quiera nos convertirá en una de sus provincias. Y tendrá todas las bendiciones de la ONU y del mundo, porque Canarias no es tierra española ni tendrá protección española porque no puede tenerla. Geográficamente, Canarias es una nación (hoy es una colonia, pero las colonias tienen que desaparecer aunque estén disfrazadas de comunidad autónoma) en la que todavía quedan residuos de españolidad, de españolistas y españolistos. Pero si esa calidad de nación no se materializa en un Estado soberano tras la independencia, Marruecos puede anexionarnos con un simple decreto porque estamos en sus aguas jurisdiccionales y en su Zona Económica Exclusiva. El caso es que como nación, y en virtud del Derecho Marítimo Internacional, tendríamos una extensión de ¡700.000 kilómetros cuadrados de mar!

Una vez leído el parrafito, me puse a investigar. Pues no es que me vaya a creer lo que dicen estos señores sin más. El concepto de aguas jurisdiccionales es algo difuso, pues viene a ser la superficie marítima (así como el lecho y el subsuelo marinos, si fuera el caso) sobre el que un determinado país tiene algún tipo de jurisdicción. Y aquí viene una distinción muy interesante: se habla de Zona Económica Exclusiva (ZEE) como si ello fuese equivalente a hablar de aguas marroquíes. Y como era de esperar, no es cierto. La ZEE abarca una distancia de 200 millas marinas contadas a partir de la línea que delimita la costa del país, pero los derechos del país ribereño sobre su ZEE se limitan a la exploración y explotación de sus recursos, y siempre que ello no entre en conflicto con las aguas de un país vecino, como sería nuestro caso, pues en ese caso se deberá adoptar algún acuerdo bilateral o, en última instancia, acudir a los tribunales internacionales. No se trata por tanto, como parece que se quiere hacer creer, de aguas de plena soberanía, sino sólo de soberanía limitada. Las aguas de plena soberanía se circunscriben a 12 millas marinas contadas a partir de la línea de costa del país ribereño, siendo lo que se llama Mar Territorial (artículos 2 y 3 de la Convención del Mar de 1982). Es decir, que si Marruecos nos invadiese alegando que estamos dentro de su ZEE cometería un acto de agresión contra un país vecino y violaría flagrantemente la legalidad internacional.

Pero vamos a más. Resulta que, para que poder afirmar que nos hallamos dentro de la ZEE marroquí, es condición imprescindible reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental. Si no, no hay ZEE que valga, y un solo vistazo a los mapas y las fronteras basta para confirmarlo. Resulta que la comunidad internacional niega la mayor a Marruecos, pero El Dia no:

  • Hoy queremos mejorar nuestras ideas contenidas en ese párrafo preguntándonos por qué esos mismos que desplegaron pancartas pidiendo la independencia del Sahara, y para ello tuvieron que desplazarse a través de un transporte marítimo o aéreo a esa provincia marroquí (hasta que la ONU decida), por qué esos mismos, como decimos, no han desplegado otras pancartas en Tenerife (o en cualquier lugar de Canarias) pidiendo la libertad del pueblo canario. ¿Por qué los saharauis tienen derecho (que lo tienen) a ser libres y los canarios no? Al menos los saharauis ya están en los foros internacionales pidiendo un veredicto. Incluso si lo perdieran, su autonomía sería completísima. La nuestra no porque nos domina otra nación que existe en otro continente, que es la que nos da órdenes y exige el derecho de pernada política sobre hombres, mujeres, niños y niñas.

En otras palabras, José Rodríguez y sus secuaces no quieren ver que el Sahara no es una provincia marroquí, y no quieren ver que en Marruecos no existe la libertad de expresión para el pueblo saharahui y que esa sola razón (no la única, por cierto) basta para justificar sus pancartas. Conocen la monstruosidad que afirman, desde luego, pero pretenden darle la vuelta a la tortilla. Y yo vuelvo a preguntarles: ¿por qué ustedes, cobardes, se pliegan de esa manera a los atropellos actuales de Marruecos sobre los saharahuis? ¿Por qué son tan valientes para reclamar la independencia de Canarias y no la del Sahara, para no enfadar a los marroquíes? ¿No será porque en Canarias disfrutan de una libertad que en Marruecos es sólo fantasía? Pero lo que sigue tiene menos desperdicio aún: si los saharahuis viesen frustrada su reclamación de independencia, ¡tendrían una autonomía amplísima!, pero nosotros los canarios no la tenemos porque nos domina otra nación. Osea, que Marruecos no domina el Sahara con mano de hierro, qué va, y su rey estaría contentísimo de poder otorgar a los saharahuis una autonomía como la que, pongamos por caso, disfruta hoy Canarias. Una vez más, mentiras y más mentiras. De verdad, señores, ¿a quién pretenden ustedes engañar?

Ah, por cierto, si alguien quiere empaparse sobre derecho marítimo internacional, le recomiendo esta página. Apuesto a que la encontrará muy interesante, incluyendo las razones por las que a Marruecos no le interesa armar mucha polvareda sobre su soberanía marítima y ¡oh, sorpresa! descubrir que es precisamente España quien, si así lo deseara, podría declarar su ZEE de facto sin tener en cuenta a Marruecos.

Ante los comentarios de El Día, mi mejor recomendación es: seamos críticos. Sólo así seremos libres de verdad.

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