viernes, 6 de mayo de 2011

El Jefe siempre tiene razón

Es una de las máximas, por no decir la máxima, del manual del cesarismo que todos los dictadores políticos y religiosos han aplicado desde que el mundo, este mundo, gira sobre su eje. Resulta de una obviedad apabullante: si el jefe se equivoca no es fiable, y por tanto algo no funciona. Así que los patinazos del jefe, cuando suceden, se atribuyen a alguna fuerza ajena que conspira contra sus intenciones, por definición siempre saludables y buenas. Si hablamos de Hitler, el enemigo es el judaísmo internacional, si de Mussolini los comunistas, si de Stalin el capitalismo fascista, si de Jomeini el sionismo y Norteamérica, si de Pinochet el fantasma marxista, si de Fidel Castro los "gusanos" y los yankis, y... si de Gary Baldi el Sanedrín de Vegueta, los españoles, los ecologistas, los socialistas, los profesores de la ULL y hasta los nacionalistas de Coalición Canaria o, por meterlos a todos en la Thermomix: los enemigos de Tenerife, que lo son también del observador popular de la avenida de Buenos Aires y de su inefable e infalible jefazo.

Porque el octogenario prócer ha decidido darse (y de paso, otorgarnos) un descanso. Hoy no hay ta-ta-chín-chín-chín con la independencia (ni siquiera la menciona, insólito en verdad), ni con Paulino Rivero, ni con la amarga decepción con Coalición Canaria, ni un mal recuerdo a los guanches o a los invasores de Castilla y sus mercenarios de la mesa cuadrada. Quizá porque sabe que su letanía perdería capacidad de persuasión si la reitera demasiado, y su esfuerzo en pro del MPC/MP (otro gran ausente hoy) resultaría baldío. Ello, naturalmente, no significa que se haya quedado cruzado de brazos (por cierto, su pose habitual en las fotos con todo pichipata que le rinde pleitesía). Puestos a llenar un comentario, nada como el autobombo. Y si es para reforzar la idea que da título a este post, mejor. Lean este resumen:

ESPAÑA no ha hecho caso de lo que se le ha dicho desde Europa. Y si EL DÍA ha aireado esas medidas impuestas por la Unión Europea, EL DÍA tiene que ser condenado por la "progresía digital" (...) Todo lo anterior lo decimos a propósito de una noticia publicada ayer por el diario El Mundo, según la cual Bruselas y el Fondo Monetario Internacional le imponen duros recortes económicos y sociales a PORTUGAL. Ese país tendrá que despedir a más funcionarios, abaratar el despido y cerrar ayuntamientos. ¿Cuántas críticas hemos recibido en esta Casa por decir que en Tenerife sobran ayuntamientos? (...) En EL DÍA hemos propuesto esas mismas medidas que ahora le impone la UE al Gobierno de Lisboa (...) Nos han denunciado pese a que no somos nosotros los responsables del desbarajuste. Se nos han tirado al cuello como dogos para degollarnos por haber dicho que hay que suprimir ayuntamientos. (...) a PORTUGAL se le impone reducir drásticamente 200 municipios y 3.400 juntas municipales, así como el número de vehículos públicos. ¿Les suena esto a nuestros detractores por haberlo leído en los editoriales y comentarios de EL DÍA? ¿Tenemos o no tenemos razón en nuestros planteamientos?

Es cierto que el diario azul se ha pronunciado reiteradamente en favor de la supresión de los municipios. Inicialmente, la sugerencia del pontifex maximus afectaba únicamente a la conurbación Santa Cruz-La Laguna, con objeto de conformar una única ciudad que pudiese competir con Las Palmas. Más tarde se amplió el imperium municipalis a Tegueste y El Rosario, para finalizar con la idea de suprimir la totalidad de los municipios y dejar la gestión insular en manos de los cabildos. Ahora bien, las críticas y presuntos degüellos que haya podido sufrir Gary Baldi por defender esta idea son de risa comparados con los juicios que ha perdido (sanciones económicas inclusive) por ladrar a discreción (cual dogo) contra el resto del mundo. Así que, ¿a cuento de qué semejante lloro victimista?

Porque, además, la organización municipal en el país vecino y hermano difiere (y bastante) de la española. En Portugal, el municipio (o concelho) se divide en juntas o freguesías, una reminiscencia de las antiguas parroquias medievales, lo que multiplica el número de cargos electos y, por tanto, lastra las arcas públicas. Algo así como si en Santa Cruz hubiese una junta para El Pilar, otra para San Francisco/El Toscal, otra para el Sagrado Corazón, otra para Santo Domingo, y así sucesivamente, todas ellas dependientes del ayuntamiento y ocupadas por personas electas, ligadas a partidos políticos. Y por supuesto, remuneradas.

No está mal la cosa: apuntarse un tanto a resultas de las condiciones impuestas por la UE a nuestros vecinos como contrapartida por el rescate económico prestado. El mensaje, de haber sido menos estridente, habría resultado bastante más creíble. Pero eso es mucho pedir para quien carece de la más elemental noción de la mesura.

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