sábado, 14 de mayo de 2011

¡Suspendido en Historia!

Gary Baldi no tiene abuela, ni falta que le hace. Ya se ocupa él mismo de echarse cuantas flores sea necesario para dejar bien claro a propios y extraños que la suya es una mente preclara, ilustrada, y llamada a ser la guía intelectual y espiritual de los patriotas canarios. Así lo proclamaba, sin recato ni rubor, hace una semana, el pasado 7 de mayo:
  • LOS COMENTARIOS y editoriales que publicamos diariamente o en los días señalados -o específicos, según el asunto- son escritos personalmente por el editor y director de EL DÍA y responsable único de sus contenidos, José Rodríguez. (...) en la plenitud de su razón y, como ha dicho tantas veces, conservando intactas las tres potencias del alma -memoria, entendimiento y voluntad- y de su amplísima cultura, adquirida a través de la lectura diaria de prensa, libros y de cuanto cae en sus manos, y de sus relaciones personales, tiene plenos conocimientos y capacidad para expresar por escrito sus pensamientos.
Pues bien, tal día como hoy esta lumbrera intelectual compara la situación del nacionalismo político en Canarias y su posible (y para él deseable) deriva independentista con el caso escocés, a la luz de los resultados de los comicios recientes del Reino Unido que, en Escocia, han dado un fuerte respaldo al partido de los nacionalistas escoceses en detrimento de las fuerzas de raigambre más tradicional: liberales, conservadores y laboristas. Conviene aclarar dos cosas: una, que los nacionalistas escoceses pretenden la secesión de su país de la corona y soberanía británicas, es decir, la independencia; y dos, que Gary Baldi utiliza como pretexto para su comentario un artículo sobre el tema publicado, cómo no, en su periódico, obra de la mano de Juan Jesús Ayala, presidente del Partido Nacionalista Canario. Veamos lo que escribe el cultísimo apóstol del pueblo canario sobre el tema:
  • Una de ellas [propuestas de los nacionalistas escoceses] es la promesa de convocar un referéndum por la independencia en un plazo de tiempo de más o menos cinco años y lograr así establecer la soberanía de un territorio como Escocia, integrado en el Reino Unido desde 1707 por un pacto después de graves enfrentamientos con Inglaterra.
  • Por muy justas que sean las reivindicaciones independentistas escocesas, debemos tener muy presente que Escocia comparte una misma isla con Inglaterra y el País de Gales, mientras que nuestro Archipiélago se encuentra a 1.400 kilómetros de distancia -casi nada- de las costas del país que nos coloniza. Además, como señala adecuadamente Juan Jesús Ayala, Escocia se unió al Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte por un pacto.
A ver, genio de la lámpara, si aprendes algo más en tus sabrosas lecturas de prensa y de cuanto cae en tus manazas. Que no te enteras, Contreras. El Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte existe desde 1921, año de la independencia de la República de Irlanda. Eso es precisamente lo que da sentido a la denominación actual, que incluye -todavía- a Irlanda del Norte (o Ulster). A comienzos del siglo XVIII, la totalidad de Irlanda estaba en manos de Inglaterra, pues había sido conquistada medio siglo antes por las fuerzas de Oliver Cromwell en el nombre del Parlamento Inglés. Se deduce, por tanto, que Escocia nunca pudo unirse al actual Reino Unido. ¡Un punto menos!

Pero es que además, lumbrera, Escocia no firmó un pacto de integración en el Reino Unido de Gran Bretaña, sino que conformó dicho reino al unificar su propia monarquía con la inglesa y dar lugar así a la Corona Británica. Dos países (o reinos), un solo rey. Algo muy similar a lo que sucedió en nuestro país al producirse la unificación de los reinos de Castilla y León por un lado y la Corona Aragonesa por el otro, para dar lugar a la Corona de España. En el caso británico, la unión de las coronas tuvo lugar por vez primera a comienzos del siglo XVII, en la persona de Jacobo I (de Inglaterra y VI de Escocia), casualmente miembro de la casa de los Stuart, es decir: era un rey escocés, no inglés. Diversos monarcas (la mayoría de ellos Stuart también) exhibieron la condición de reyes de Inglaterra, Escocia, y eventualmente de Irlanda a lo largo del siglo, hasta que en 1707 se firmó el Acta de Unión por parte de los dos parlamentos, el inglés y el escocés, para dar lugar a uno sólo: el británico, hasta la reciente restauración del parlamento escocés (en 1999), lo cual no ha supuesto la desintegración de Gran Bretaña, al menos de momento. Esas son la fecha y las circunstancias exactas del nacimiento de Gran Bretaña como nación unificada. ¡Dos puntos menos!

¿Cómo puede entenderse algo semejante? Muy sencillo, incluso para ti: debes tener en cuenta que, hasta la irrupción de la concepción liberal de los estados, surgida tras la Revolución Francesa. éstos se conformaban desde arriba hacia abajo. Es decir, que la persona del rey era quien daba sentido a los países, y no los pueblos sobre los que éste gobernaba, siendo ésta la quintaesencia del Ancient Régime, el cual fue barrido por los revolucionarios que tomaron la Bastilla y decapitaron a media Francia, empezando por sus reyes, y establecieron la soberanía del país en las manos del pueblo. Este concepto de los estados fue implantándose poco a poco a lo largo y ancho de Europa y el mundo en los dos últimos siglos, pero en el momento de la unión efectiva de Escocia e Inglaterra era totalmente desconocido, una auténtica utopía. Así que ¡tres puntos menos!

Así que lo siento: suspendido. Vuelva usted en septiembre con la lección mejor aprendida, y entonces hablaremos. Y perdóneme si pongo en tela de juicio su pretendida amplísima cultura.

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