Una vez más, Gary Baldi ha tenido que dar con su ya frágiles huesos en un juzgado de Santa Cruz. Si hace una semana le tocó lo propio por insultar gravemente a una jueza y criticar más allá de lo razonable a los jueces y la justicia, ayer tuvo que hacerlo por la denuncia interpuesta por Angela Mena, esposa del presidente Paulino Rivero. Y ello gracias a la contumaz negativa del periódico azul, a instancias de su sacrosanto jefazo, de publicar en tiempo y forma una nota de rectificación que la propia señora Mena remitió al observador popular santacrucero y que, según afirman en Canarias Ahora, ninguno de sus empleados quiso recoger, porsiaca. Hasta que la nota entró en forma de burofax, venciendo al fin la resistencia pasiva del faro nivariense. La madre del cordero viene desde unos tres meses, cuando El Día amplificó una noticia dada previamente por otros, sobre presuntos negocios de la familia del presidente de Canarias en México, por valor de unos 3000 millones de las antiguas pesetazas. Y ándele.
Hoy, Gary Baldi se defiende (o lo intenta) usando su altavoz privilegiado. Resumiré la cosa en estos párrafos:
Pero, como casi siempre, algo de razón tiene nuestro guanche mártir: la presencia de fotógrafos habría podido, efectiva y eventualmente, retratar a un presunto delincuente. Que el adjetivo que aún le salva desaparezca o no dependerá, en todo caso, de oportuna sentencia judicial.
Hoy, Gary Baldi se defiende (o lo intenta) usando su altavoz privilegiado. Resumiré la cosa en estos párrafos:
- Ayer, lunes, EL DÍA, es decir, su representante legal, José Rodríguez, asistió a un juicio promovido por doña Ángela Mena, la esposa del presidente, pidiendo la rectificación a una noticia que publicamos sobre sus supuestas actividades empresariales en México. Unos hechos que, aunque haya habido por medio una certificación diplomática, ocurrieron hace 14 años.
- Ayer, como decimos, tuvo lugar el juicio oral de la rectificación instado por doña Ángela Mena y otras personas, en la tesitura de coartar la libertad de expresión por la publicación de un artículo en nuestro periódico el día 19 de junio de 2011. Subrayamos un día más que esta petición de rectificación no ha sido interpuesta contra otros diarios nacionales y medios locales que también publicaron esta noticia. Sólo han ido contra EL DÍA, pese a que lo único que refleja la información recogida por nuestro periódico es un documento que estaba y sigue estando en el portal Kanarileaks, que es el mismo del que se hacen eco otros medios.
- Si tenemos que rectificar lo que han dicho otros, que rectifiquen primero los otros. Porque si no es así, todo esto huele que apesta a una persecución política contra un periódico que se limita a contar lo que otros callan, vaya usted a saber por qué motivos.
- (...) a la salida del juicio una batería de fotógrafos esperaban a José Rodríguez e hicieron miles de fotografías (...) ¿Por qué esta presencia? Pues por su condición de editor y director de un periódico líder en número de lectores de Canarias; por ser quien imprime EL DÍA, junto con sus colaboradores propios y de la calle; por ser el que edita el periódico cuya información es la más verídica y la más seria. Entonces, si somos un periódico serio, ¿por qué se nos ataca con tanta virulencia? Pues, porque queremos la libertad de Canarias, y la decencia de ciertos políticos y gobernantes y dirigentes.
- Resulta vergonzoso, incluso diríamos que odioso, el comportamiento de otros medios de comunicación que envían a sus fotógrafos a la salida de un juzgado, como si se tratara de retratar a un delincuente.
- ¿Qué hacen familiares directos de don Paulino Rivero (su esposa y una hermana) constituyendo sociedades en el extranjero con un elevado capital social?
- Está claro, clarísimo, que en Canarias y en España, por lo que nos dicen desde allá lejos, no hay democracia. Y cada día son más los que coinciden y en baja voz nos dicen cuánta razón tenía el generalísimo al prohibir los partidos políticos.
- El tema de México no se debe tomar a la ligera. Se ha evadido dinero. Eso es un delito siempre, pero mucho más cuando el pueblo pasa hambre, porque entonces estamos ante una situación de tiranía semejante a la protagonizada por Leónidas Trujillo en la República Dominicana o Augusto Leguía en el Perú.
Pero, como casi siempre, algo de razón tiene nuestro guanche mártir: la presencia de fotógrafos habría podido, efectiva y eventualmente, retratar a un presunto delincuente. Que el adjetivo que aún le salva desaparezca o no dependerá, en todo caso, de oportuna sentencia judicial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario