jueves, 1 de julio de 2010

Receta de frangollo con crema catalana

No. No es que al editor, director y jefazo máximo de nuestro periódico favorito le haya dado por la gastronomía local. De hecho, desconozco el alcance de sus conocimientos a este respecto. Sucede simplemente que, al leer sus comentarios, me quedo con la impresión de una mezcla tal de ingredientes que no puedo pensar en otra cosa que en platos y especialidades culinarias donde concurre, precisamente, una mezcla profusa (a veces confusa) variada y singular de ingredientes de lo más diverso. Como el frangollo canario, por ejemplo: un postre a base de harina de millo (maíz), limón, almendras, matalaúva (anís), mantequilla, pasas, leche, etc.

Aprovecha el susodicho periodista la coyuntura actual a propósito del fallo del Tribunal Constitucional sobre el tan traído y llevado Estatut català para escribir sobre España, Cataluña, Canarias, Castilla y Madrid, mezclándolo todo en su Thermomix mental, y aderezado aquí y allá con un pellizco de Galicia y otro de Vascongadas. El resultado bien podría ser una combinación de frangollo con crema catalana por encima. He aquí unos fragmentos del postre resultante:

  • "(...) comprendemos que algunas regiones españolas quieran poner tierra por medio. No es el caso de Canarias, porque Canarias no es España. Todo lo que se diga de Cataluña, las Vascongadas o Galicia no cuenta para nosotros, porque no formamos parte de España; estamos a 1.400 kilómetros de las costas españolas y a 2.000 de Madrid, la capital de la odiosa Metrópoli que nos esclaviza. Sea como fuese, y pese a que no nos gustaría una España peninsular desmembrada, siempre se ha dicho que Cataluña es una nación. Cataluña forma parte de Europa, mientras que España es la frontera con África."
  • "(...) aun lamentándolo, tenemos que apoyar la postura segregacionista de Cataluña. Aunque los derechos históricos de Cataluña deberían abstraerse en beneficio de la unidad de España, se imponen, insistimos, las circunstancias actuales para que cese el dominio de Castilla sobre otros países y las personas que habitan en ellos. Países que no les pertenecen a los castellanos por mucho que lo diga la Constitución española. Máxime, en el caso de Cataluña, cuando concurre la circunstancia añadida de que los catalanes son distintos a los castellanos. Detestamos el separatismo, volvemos a decirlo, pero desde antiguo se sabe que Cataluña es distinta a Castilla y a España en general."
  • "Al margen de estas razones, debemos ponernos de parte del separatismo catalán por el trato colonial que estamos recibiendo en Canarias de Madrid y de Castilla. Queremos decir que nos solidarizamos con los ciudadanos catalanes en su deseo de vivir libres, sin estar sojuzgados por los políticos de Madrid."
Supongo que cualquier lector medianamente avispado ya se habrá dado cuenta de varios detalles muy reveladores:
  1. No se sabe bien quién nos esclaviza: si España, Castilla, Madrid o los políticos de Madrid en connivencia con algunos de aquí. ¿Quizá un poco de todo?
  2. A pesar de la repugnancia que la palabra separatismo provoca en el señor Rodríguez, algo así sólo tiene cabida cuando se habla de España, hasta el punto de que los derechos históricos de Cataluña deberían subordinarse al interés de la unidad española (al leer esto pienso en Pujol, Mas o Montilla, por no hablar de Puigcercós o Carod-Rovira). Cuando se trata de Canarias, la cosa es diferente gracias a un truco de prestidigitador: como Canarias no es España (ni, al parecer, lo ha sido nunca), el asco que le produce la postura presuntamente separatista de otros no es en modo alguno aplicable al caso canario, ni por lo tanto a él mismo.
  3. Cataluña es una nación porque siempre se ha dicho, claro. No importa que este debate (el de Cataluña como nación) no haya tenido lugar en la sociedad española hasta hace bien poco tiempo (no más de dos décadas), ni que tuviese su origen en el nacionalismo decimonónico. Siempre se ha dicho, según el criterio del señor Rodríguez. Con eso basta.
  4. Ya no nos sojuzga España, sino Castilla (o Madrid, o sus políticos). Y esto debe ser así porque atribuir esta realidad a España equivaldría a meter, muy inoportunamente, a los catalanes en el mismo saco. Pero como Cataluña y los catalanes le vienen muy bien al señor Rodríguez para justificarse, pues venga: otro birlibirloque.
  5. Finalmente, hoy casi nadie emplea el término Vascongadas, sino País Vasco o Euskadi. El uso más reciente de este calificativo para las tres provincias vascas se remonta a los tiempos del franquismo. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Hasta la próxima.

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