Dos días después de que Canarias Ahora publicase que el gran jefazo nivariense habrá de sentarse en el banquillo de los acusados a resultas de la demanda interpuesta contra él por Carlos Sosa, Gary Baldi se hace eco de ello y vuelve a la carga con un genuino comentario en el que una vez más da lo esencial de sí mismo. Cabría pensar que, dadas las circunstancias, el mandamás hiciese uso (por una vez) de cordura y procurase no agravar más su situación. Sin embargo, sus palabras constituyen un prístino ejemplo de huida hacia adelante pues no sólo rehúye la prudencia, sino que insiste en la línea contumaz que ha terminado por llevarle al banquillo de los acusados. Ejemplos:
Creo que la presunta "inquina" que pueda sentir el periodista grancanario hacia el gran padrino no surge de la explícita revelación de sus supuestas tendencias sexuales, pues ésta es muy reciente. Gary Baldi comenzó a insultarle como chulón a secas, tal y como recogí en este mismo espacio, reproduciendo parcialmente hasta cinco editoriales y comentarios publicados en EL DIA el mes de noviembre pasado, en los que también se hacían oscuras alusiones a un turbio pasado y a ciertas tendencias sexuales, dejando asimismo entrever una posible connivencia de Carlos Sosa con la justicia, personalizada en su pareja, la magistrada Victoria Rosell (quien, por tanto, asumiría el papel de prevaricadora). El complementario capicúa no aparecía entonces por ninguna parte.
Pero no tardó mucho en hacerlo, convirtiéndose en norma desde las navidades pasadas. Basta con darse un paseíto por la hemeroteca (reitero: ¡Divino tesoro!) y echarle un vistazo a los editoriales y comentarios de los pasados 4, 11, y 15 de enero, 11, 18 y 20 de febrero, 9, 15 (con dedicatoria personal), 21, 24 y 26 de marzo, 10 y 17 de abril, 1 y 23 de mayo, y 8, 16, 29 (día de la "revelación") y 30 de junio, los cuales puedo recordar gracias a Cho Gúguel y a mi propio archivo. En alguno de ellos, nuestro magno prócer guanche avisaba que algún día desvelarían el porqué de sus cariñosos apelativos, saciando la curiosidad de las cándidas personas que no acertaban a imaginarse su significado. ¿Y cuál ha sido el pecado de Carlos Sosa y su equipo? Referirse a Gary Baldi como Don Pepito y comentar todo lo referente a él y a su periódico en tono de guasa, pero jamás irrespetuoso (al menos a mi entender). Hasta que por fin, salió a relucir el término mariconsón (Fidel Castro dixit) en boca del führersito (ídem).
Así que las cosas no son exactamente como las cuenta EL DÍA: vienen de muy atrás. La invitación "a salir del armario" ha sido, imagino, la gota que ha colmado el vaso. Una vez más recurriré a los adagios, concretamente a aquel latinajo que reza Errare humanum est, perseverare diabolicum. Puede que Carlos Sosa no sea precisamente un angelito, pues ya ha sido alguna vez condenado por la justicia. No sé, tampoco tengo el placer de conocerle en persona. Pero si tengo que darle la razón a alguien en este caso, no tengo género alguno de duda, con una sola excepción: acierta y mucho Gary Baldi cuando reconoce que tiene gravísimos problemas de corazón. Eso puede verlo cualquiera.
- Se jacta el chulón capicúa de Las Palmas de que José Rodríguez, editor y director de EL DÍA, tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados de un juzgado de Las Palmas para responder a una demanda por intromisión ilegítima en su honor. El honor de un individuo para el que sólo vale su propia dignidad como persona, pero no la de los demás. A los demás, a los que no son de su cuerda ideológica, los insulta y denigra a diario en las páginas de su infame periódico digital.
- (...) de cierto periódico digital de Las Palmas cuyo director, antiguo seminarista y con costumbres sospechosas desde entonces, dicen que colaboró con esta Casa como corresponsal en la tercera isla. Una época en la que mostraba sin tapujos actitudes subvertidas en el aspecto sexual. Dicen que posteriormente, y ocultando una homosexualidad de la que se avergüenza -lo cual es insultante para los homosexuales, pues esta tendencia sexual es hoy tan legítima y decorosa como cualquier otra y un orgullo gay- este individuo se ha enredado con una jueza. Creyéndose amparado por esta circunstancia, se ha dedicado año tras año a insultar a José Rodríguez y a denigrar a otras personas con proyección pública en Canarias. Gran parte de su inquina contra EL DÍA se debe a que hemos abierto la puerta del armario en el que se escondía como el macho que no es. Como consecuencia de estos insultos lo hemos denunciado, pero también se ha ido de rositas.
- (...) José Rodríguez se sentará en el banquillo sin que atiendan sus cuestiones de salud para no comparecer. El editor de EL DÍA tiene gravísimas afecciones en su corazón. No obstante, los jueces han despreciado las certificaciones médicas presentadas que aconsejan evitarle cualquier estrés que agrave sus dolencias cardíacas.
Creo que la presunta "inquina" que pueda sentir el periodista grancanario hacia el gran padrino no surge de la explícita revelación de sus supuestas tendencias sexuales, pues ésta es muy reciente. Gary Baldi comenzó a insultarle como chulón a secas, tal y como recogí en este mismo espacio, reproduciendo parcialmente hasta cinco editoriales y comentarios publicados en EL DIA el mes de noviembre pasado, en los que también se hacían oscuras alusiones a un turbio pasado y a ciertas tendencias sexuales, dejando asimismo entrever una posible connivencia de Carlos Sosa con la justicia, personalizada en su pareja, la magistrada Victoria Rosell (quien, por tanto, asumiría el papel de prevaricadora). El complementario capicúa no aparecía entonces por ninguna parte.
Pero no tardó mucho en hacerlo, convirtiéndose en norma desde las navidades pasadas. Basta con darse un paseíto por la hemeroteca (reitero: ¡Divino tesoro!) y echarle un vistazo a los editoriales y comentarios de los pasados 4, 11, y 15 de enero, 11, 18 y 20 de febrero, 9, 15 (con dedicatoria personal), 21, 24 y 26 de marzo, 10 y 17 de abril, 1 y 23 de mayo, y 8, 16, 29 (día de la "revelación") y 30 de junio, los cuales puedo recordar gracias a Cho Gúguel y a mi propio archivo. En alguno de ellos, nuestro magno prócer guanche avisaba que algún día desvelarían el porqué de sus cariñosos apelativos, saciando la curiosidad de las cándidas personas que no acertaban a imaginarse su significado. ¿Y cuál ha sido el pecado de Carlos Sosa y su equipo? Referirse a Gary Baldi como Don Pepito y comentar todo lo referente a él y a su periódico en tono de guasa, pero jamás irrespetuoso (al menos a mi entender). Hasta que por fin, salió a relucir el término mariconsón (Fidel Castro dixit) en boca del führersito (ídem).
Así que las cosas no son exactamente como las cuenta EL DÍA: vienen de muy atrás. La invitación "a salir del armario" ha sido, imagino, la gota que ha colmado el vaso. Una vez más recurriré a los adagios, concretamente a aquel latinajo que reza Errare humanum est, perseverare diabolicum. Puede que Carlos Sosa no sea precisamente un angelito, pues ya ha sido alguna vez condenado por la justicia. No sé, tampoco tengo el placer de conocerle en persona. Pero si tengo que darle la razón a alguien en este caso, no tengo género alguno de duda, con una sola excepción: acierta y mucho Gary Baldi cuando reconoce que tiene gravísimos problemas de corazón. Eso puede verlo cualquiera.
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