lunes, 29 de noviembre de 2010

La identidad del chulón

No es casualidad que los apellidos del insigne führer de la santacrucera avenida de Buenos Aires sean, precisamente, Rodríguez Ramírez. Así, un servidor puede decir de él que es un erre-que-erre sin temor a incurrir en falsedad. Todos sabemos que cuando alguien es calificado de este modo (e insisto, no se trata de una casualidad cuando hablamos del jefazo y propietario de El Día), se quiere hacer notar su carácter o verbo insistentes, machacones y pertinaces hasta el mismísimo aburrimiento. Así que, fíjense: de casta le venía al podenco. Canario, por supuesto.

Porque el susodicho editor, director y propietario pretende, erre que erre, majar a conciencia, como si fueran dientes de ajo, las mentes de quienes se tragan sus comentarios. En cierto modo, algo semejante es bien propio de vampiros, quienes chupaban la sangre de sus víctimas para así poder vivir eternamente. Pero de eso hablaremos otro día. Hoy, tocaremos una de las más recientes majaderías del diario azul. Tan reciente como que hoy mismo vuelven a la carga con ella.

Carlos Sosa dirige el periódico Canarias Ahora, un diario que sólo puede leerse en la red, muy en línea (nunca mejor dicho) con los tiempos que nos toca vivir. La línea editorial del mencionado periódico es afín a la izquierda y a los ecologistas, a quienes Sosa defiende abiertamente. Así que en él abundan las críticas hacia José Manuel Soria, sus maniobras, decisiones, conchabos y tejemanejes varios, extensibles a otros miembros destacados del Partido Popular canario. Hay asimismo frecuentes variscazos a Coalición Canaria, y también le atizan a otro medio, éste más tradicional y afín a la derecha política como el Canarias7, y por eso mismo han sido objeto de sus iras. Pero la cosa no termina ahí: en la sección "Top Secret" de Canarias Ahora suelen guardar un espacio al alma mater de este blog, a mi sublime inspiración, al jefazo en persona. Con socarronería chusca, buscan los tres pies al gato a las soflamas del prócer, siempre con más acierto que el autor de estas líneas, pues por algo son profesionales. Y eso al führer le sienta fatal. Aquí va una muestra de los halagos de Gary Baldi hacia su colega:
  • No menos increíble es el hecho de que, en dos ocasiones, se haya archivado una querella contra un profesor de la Universidad de La Laguna, al que aún no conocemos ni él nos conoce a nosotros, que también insultó gravemente, gravísimamente, con los epítetos inequívocos y denigrantes a José Rodríguez. De estos asuntos y de otros se aprovecha un chulón, un fracasado aspirante a cura, para reírse de forma contumaz y a diario del director de EL DÍA, usando unos calificativos que dañan gravemente su imagen; un individuo deleznable que lo es aún más porque ha comprometido a un miembro de la carrera judicial. [01-Nov-2010].
  • NOS ACUSA reiteradamente un chulón de que atacamos, y hasta de que amenazamos, a toda la Justicia y a todos los jueces. No es verdad. Hemos dicho en reiteradas ocasiones, y lo seguiremos haciendo, que respetamos a la Justicia como institución y a quienes la imparten. (...). Del chulón nos ocuparemos más extensamente otro día, pues hoy no tenemos ganas de andar por las cloacas. [05-Nov-2010]
  • Volvemos a ocuparnos hoy de un señor director de un medio digital canarión contra el que ya hemos interpuesto una demanda civil, a la que seguirá una querella. Se ve que dicho señor (en realidad un chulón aprovechado de sus circunstancias) tiene un asesoramiento judicial efectivo. En caso contrario no se explica como sigue difamando y tratando de ridiculizar a diario a una persona honesta y respetable como es José Rodríguez, editor y director de EL DÍA. A tipos de Las Palmas con esta catadura el odio a Tenerife les sale por las yemas de los dedos cuando escriben. [07-Nov-2010]
  • El chulón de quien hemos hablado en ocasiones (y nunca nombramos) vuelve ayer lunes, como todos los días, a arremeter contra José Rodríguez y contra EL DÍA. Lo hace comprometiendo a quien, al parecer, es persona de su intimidad. Una funcionaria que administra justicia y que a esta Casa la ha perjudicado en, que conozcamos, dos ocasiones. [09-Nov-2010]
  • (...) No obstante, esa paciencia terminará por acabarse. De hecho, ya se nos ha acabado, pues hemos iniciado acciones legales para defendernos de la canallesca hediondez de quienes tratan de denigrarnos a diario. En cambio, cierta capacidad de asombro sí continuamos teniendo. Por eso nos preguntamos cómo es posible que durante tanto tiempo un digital de Las Palmas, dirigido por un chulón con antecedentes, y no sólo de seminarista fracasado, al que tenemos demandado, siga accediendo cada vez que le apetece a asuntos que están tramitándose en los juzgados, algunos de ellos inclusive sometidos a secreto de sumario. [29-Nov-2010]
Ha nacido una nueva majadería: las amenazas al chulón de Las Palmas. Pobre señor Sosa: tiene todas las papeletas para ser blanco del encendido discurso del führer blanquiazul. Todas. Es grancanario, simpatiza con ideas socialistas y ecologistas, y encima va y le curra. Y lo único que hay a mano en El Día para responder a la sorna del Canarias Ahora es insultar a su director, acusándole de ser seminarista fracasado, como si fuera algo vergonzoso. Mucho más grave es la insinuación de connivencia con la justicia, pero el periodista grancanario, fiel a su estilo, se ríe de ello y de más. La cosa, con todo, no deja de tener su gracia. Carlos Sosa fue una de las pocas voces que se alzaron en contra de la resolución unánime del Parlamento de Canarias en la que se reprobaba la línea editorial de El Día, defendiendo su derecho a la libertad de expresión y sugiriendo, en cambio, que se cercenasen las subvenciones públicas hacia el diario chicharrero, es decir: que le diesen al führer donde de verdad, de verdad, le dolería. Paulino Rivero, por supuesto, no hizo nada semejante.

Así que, si en El Día no se atreven a mencionar el nombre del presunto chulón, ellos sabrán por qué, yo sí lo hago. Siga adelante, don Carlos. Puede que no esté siempre de acuerdo con usted, pero en esto de zurrarle a erre-que-erre, sí. Además, esté tranquilo: según dicen en El Día, siempre optarán por la resistencia pasiva. Con un par, los tíos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Bajo mínimos

Si de algo carecían el procónsul don Pepito y sus locos tribunos de la mesa cuadrada era de una voz autorizada en favor de sus propuestas. Naturalmente, ellos entienden que los desvaríos de Antonio Cubillo están bien, pero no bastan. Porque Cubillo, pese a haber sido tertuliano televisivo, y no más, no tiene sobre sí el aura de intelectual que otros sí pueden reclamar. El fundador del MPAIAC es pues una voz conveniente, y estridente también, aunque ya un tanto decrépita por el paso inexorable de los años, y no menos trasnochada, por idéntica razón. Por eso se han lanzado como cochinos tras las trufas en cuanto Juan Manuel García Ramos, profesor de esa deleznable institución llamada Universidad de La Laguna, así como presidente del Partido Nacionalista Canario, ha contestado unas manifestaciones del otrora presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en la conferencia que el antiguo mandatario socialista pronunció en Santa Cruz de Tenerife, organizada por Cajacanarias. Dijo Rodríguez Ibarra, entre otras cosas, que el nacionalismo canario se ha inventado la memoria histórica, a lo que García Ramos repuso que el político extremeño no era sino un godo más que ha venido a faltarnos al respeto, añadiendo que decir que Canarias no tiene memoria histórica es una falta de respeto inaceptable y lamentable. Como es norma, entresacamos algunas lindezas que desde el periódico azul le dedican a Rodríguez Ibarra... y a sus paisanos:
  • ¿Qué comían en Extremadura cuando en Canarias vivía un pueblo que habitaba unas islas entonces llamadas afortunadas? Bellotas. Es decir, alimento de cerdos. Y ni eso, porque Pizarro se lanzó a la conquista de tierras americanas, que expolió como otros tantos peninsulares muertos de hambre, porque sus amos ni siquiera le permitían comerse las bellotas de los cerdos.
  • Claro que los habitantes de Canarias formaban un pueblo cuando llegaron sus viles invasores en el siglo XV. ¿Duda alguien de que hubo un genocidio? En la Alemania actual es un delito negar el holocausto de los judíos a manos de los nazis. ¿Cuándo va a existir una ley similar en España respecto a los crímenes que cometieron en estas Islas las tropas regulares y mercenarias de Castilla? ¿No sabe Rodríguez Ibarra que entre esos rapaces criminales también había extremeños?
¿Se puede discrepar de las manifestaciones de Rodríguez Ibarra sin necesidad de caer en la charlatanería más cutre, estridente y chabacana? Según El Día, no. Como también asumen que sin mentir reiteradamente no es posible justificar nada. Pero, a juicio de quien escribe, por esta vez y en este punto concreto, el histriónico Ibarra tiene razón, y García Ramos no. El primero no ha dicho que Canarias carezca de memoria histórica, sino que el nacionalismo canario se la ha inventado, cosa muy distinta. Los nacionalistas canarios (permítanme que sonría) han hecho lo mismo que sus correligionarios en cualquier rincón del mundo desde hace casi dos siglos: honrar un pasado que, a fuerza de deformarlo, se hace irreconocible. Y si ese pasado no existe, habrá que inventárselo, para así tener a mano la herramienta favorita de todo nacionalista: el victimismo, despreciable canto plañidero con el que justificar un permanente y vil chantaje a los gobiernos centrales. Un chantaje político que sólo es posible en España en virtud de una ley electoral que otorga un peso desmesurado a las minorías, así como de una libertad de expresión que muchos se complacen en transgredir una y otra vez con sus mentiras, majaderías y memeces para niños chicos. Casualmente, Rodríguez Ibarra también advierte del debilitamiento del poder central, algo de lo que, según él mismo, los gobernantes de su partido han sido cómplices directos y contra lo que el propio político extremeño se ha revuelto varias veces en las últimas décadas.

Canarias no era ninguna nación en el siglo XV, sino que un conjunto de islas pobladas por grupos tribales que vivían en el Neolítico, desconocían la navegación, y hablaban lenguas que, pese a tener un tronco común, se habían hecho tan divergentes por mor del aislamiento que impedían entenderse a aborígenes de distintas islas, que no tenían ninguna conciencia de sí mismos más allá de la tribu, clan o menceyato al que perteneciesen y que, esto también conviene recordarlo, en más de una ocasión brindaron su apoyo directo a los castellanos en sus planes de conquista. Fueron invadidos y masacrados, sí. Como tantos otros antes y después de ellos. Pero es falso que seamos descendientes en exclusiva de los primeros habitantes: lo somos de ellos y de los que vinieron detrás, extremeños incluidos. A los nacionalistas, claro, les resulta más cómodo y conveniente inventarse el cuento de Caperucita Guanche (de nombre Guacimara, Idaira, Dácil o como quieran) y el Feroz Lobo Godo (Gonzalo, Francisco, Diego, o whatever). Quien quiera, que se lo crea. Yo no.

Y en cuanto al ministro de propaganda de la Avenida de Buenos Aires (curiosamente, o no, él y su homólogo del III Reich son tocayos), sólo reiterar lo de siempre: se empeña en tocar fondo, sólo para demostrar que ningún fondo es lo bastante profundo ni enfangado cuando de escribir editoriales para idiotas se trata. Pero hacerle la pelota a García Ramos es otra cosa: hay que fichar a un intelectual, como sea.

En resumen: bajo mínimos.


lunes, 15 de noviembre de 2010

Sin vergüenza

Unos cuantos días después (no uno, ni dos, ni tres) el sufrido adalid de la independencia de la patria guanche y prócer de Tenerife, führer indiscutible del periódico azul que se gesta, cual Alien en un infectado hospedador, en la santacrucera Avenida de Buenos Aires, y su manípulo de editorialistas han decidido, por fin, lanzarse al vacío y comentar lo ocurrido en El Aaiún a manos de los gendarmes y soldados marroquíes. Cualquier persona medianamente cabal y con un mínimo de entrañas habría, cuando menos, criticado la intervención de las autoridades del reino alauita sobre un conjunto de civiles saharauis que, a lo sumo, podían defenderse con piedras, palos y redaños. Máxime cuando esas mismas voces dicen repudiar a execrar la violencia. Pero no: fieles a su cita con la calamidad periodística, a Gary Baldi y sus secuaces sólo se les ha ocurrido servirse de los funestos sucesos que han tenido lugar a muy corta distancia de nuestras orillas para arrimar el ascua a su sardina, chicharro, pez porro o lo que sea. Ni una palabra de condena para los marroquíes, y por supuesto, ni una sílaba de apoyo en favor de los infelices que cayeron víctimas de la brutal represión marroquí. Pueden seguir el emético texto aquí, si lo desean, aunque no lo recomiendo. Permítanme que desmenuce un poco más su contenido:
  • Los acontecimientos internacionales nos están dando la razón de forma pavorosa, porque es para sentir temor ante el futuro inmediato que nos espera si antes, es decir, de forma inmediata, no nos convertimos en un país soberano con bandera y asiento en los foros internacionales. Un país que no sea susceptible de ser anexionado en cualquier momento por Marruecos. Alguien puede pensar que exageramos, pero, ¿qué está ocurriendo en el Sahara?
  • ¿POR QUÉ ha ocurrido lo del Sahara en estos días? Sencillamente porque el Sahara era una colonia que perdió su condición de tal y pasó de depender de un país que está en otro continente (algo completamente absurdo), a estar integrada en la nación que tiene a su lado. Porque el Sahara era una colonia, aunque sus habitantes tuviesen carnet de identidad español y contasen con sus procuradores en Cortes con sus turbantes y sus chilabas; es decir, con un remedo de los actuales Perestelo y Oramas en las Cortes del Rey Juan Carlos. Podemos decir que el Sahara está siendo la punta del iceberg de lo que puede suceder aquí, en este Archipiélago, en cualquier momento.
Quien busque en el texto reprobaciones a los marroquíes o voces en pro de los machacados saharauis perderá, repito, su tiempo. En cambio, hallará desafinadas y estridentes loas a los independentistas canarios, un completo carillón de las habituales y patéticas soflamas con las que bombardea un día sí y otro también a sus sufridos lectores, y memeces de calado diverso, todo ello aliñado de una buena dosis de miedo al moro. ¿Dónde quedan esas proclamas acerca de la autonomía que nos darían los marroquíes en caso de convertirnos en una de sus provincias? ¿Dónde la dignidad con la que generosamente nos obsequiarían Mohamed VI y sus testaferros?

No pongo por escrito el torrente de calificativos que pugna por salir de mi boca para este personaje, sus catetos cómplices y su patético discurso. Tan sólo señalo que este editorial únicamente puede escribirlo un individuo que desconoce por completo lo que significa la vergüenza. Quizás porque nunca la ha tenido.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Día D más uno

Hoy ni siquiera añado un vínculo al editorial/comentario de hoy en El Día. Tan sólo hago la breve constatación de que los señores editorialistas de este periodicucho (osea, Gary Baldi y sus camisas azules) siguen sin hacerse eco de lo sucedido ayer en El Aaiun ofreciendo, en su lugar, un obsceno ejercicio masturbatorio de autobombo, sazonado con una mesiánica presunción de santidad.

Seguimos esperando (casi con toda seguridad en vano) que dejen de una vez de tirar voladores para distraer al personal y entren, si es que las gónadas les dan para eso, a valorar las consecuencias de esa amplia autonomía de que disfrutan nuestros hermanos del Sahara Occidental de parte de sus gestapos marroquíes, y que según El Día tendríamos nosotros, los canarios, en caso de ser asimilados por la dictatorial monarquía alauita.

Insisto: seguimos esperando.

martes, 9 de noviembre de 2010

Hediondos fuegos de artificio

Ayer, fuerzas de seguridad y soldados marroquíes irrumpieron por la fuerza en un campamento saharaui instalado en El Aaiún en una operación de desalojo a gran escala., y no hay que descartar, conociendo al implicado, la posibilidad de una auténtica matanza. De momento es muy difícil conocer el balance de víctimas que han resultado de esta agresión, una más, guiada por la mano fascista y cobarde de las autoridades del reino alauita. De hecho, es posible que jamás se sepa con exactitud, dada la opacidad de nuestros vecinos en todo cuanto atañe a lo que ellos, eufemísticamente, llaman Provincias del sur. Y también quedará este infausto incidente como un borrón, también uno más, en la conciencia de las autoridades españolas que abandonaron a los saharauis a su suerte en manos de los verdugos marroquíes hace tres décadas y media.

Permítame el lector que recuerde algunas palabras de los editoriales y comentarios de El Día a lo largo de los últimos meses:
  • (...) el Gobierno de Rabat declarará que incorpora Canarias a su Administración política. En pocas palabras, de la noche a la mañana pasaremos a ser una provincia marroquí. Quizás, si tenemos suerte, con una amplia autonomía, pero provincia marroquí con todas las de la ley. [21 de junio]
  • Un desastre sería, en efecto, que dejemos de ser una colonia de España para convertirnos en una provincia marroquí. No porque Marruecos sea peor como país que España. En muchos aspectos lo consideramos más digno, entre otros motivos porque no tiene a sus espaldas un pasado de genocidios (...) y porque su Gobierno defiende los intereses de sus súbditos, cosa que no hacen los políticos españoles, más pendientes siempre de sus bolsillos [8 de agosto].
  • Con este escenario internacional, (...), seríamos una provincia marroquí de la noche a la mañana. Tendríamos toda la autonomía del mundo porque el Gobierno marroquí sería mucho más generoso con nosotros que el rapiñador Ejecutivo español (...). [20 de septiembre].
  • El Sahara será autónomo, pero jamás será un país libre como quieren sus habitantes. Lo mismo ocurrirá con Canarias cuando Marruecos nos anexione. Tendremos mucha más autonomía de la que actualmente disfrutamos, pero no seremos una nación. [26 de septiembre].
  • YA no sabemos, si esta situación de dependencia colonial española se prolonga, qué sería mejor: seguir siendo perros rampantes lamiendo la corona española o súbditos marroquíes con autonomía total al formar parte de Marruecos como una de sus provincias. [31 de octubre].
Lo que el 21 de junio era una afortunada y esperanzadora posibilidad, se convirtió en certeza después: en caso de ser incorporados a ese digno país llamado Marruecos (que no tiene pasado sino presente de genocidios), gozaríamos de una amplia autonomía, tan amplia como la de los saharauis, y mejor que la que disfrutamos siendo españoles. Pues bien, cabría plantearse si el editorial/comentario/pastoral de hoy se hace eco de lo ocurrido ayer en El Aaiún. Y claro que no: que si el candidato a la alcaldía de Santa Cruz, que si el Parlamento de Canarias es esto o lo otro, que si ataques a la jueza de siempre, y una delirante traca final en la que se mezclan el Papa, la libertad, los canariones y el patriotismo. Pero de lo sucedido ayer, nada. Osea: fuegos de artificio, cohetes o voladores, como se prefiera.

Permítaseme emplear una expresión muy canaria para calificar algo así: hediondo. Que es buen castellano, y designa a aquello que huele mal, que apesta, que hiede. Pero también a aquello que resulta sucio, repugnante y obsceno, tal y como nos recuerda la RAE. Es justamente lo que me provoca leer (o mejor dicho, no leer) las obscenas estupideces de este repugnante diario. No dudo que, antes de reconocer la metedura de pata, persistirán en sus obscenas mentiras, o tal vez emplearán lo ocurrido para meter más miedo al moro. Porque de gentuza así es lo único que cabe esperar.

Como bien diría don Francisco de Quevedo: ¡¡habría que ventosearles en la cara!!

martes, 2 de noviembre de 2010

Curso de ética periodística

¿Recuerdan la primera temporada del programa de televisión Caiga Quien Caiga? No sé ustedes, pero a mí me encantaba. Creo también que en ninguna de sus secuelas el equipo de reporteros ha estado a la altura del primero, capitaneado por Jesús Monzón (aka El Gran Wyoming), Juanjo de la Iglesia y Javier Martín, y compuesto por destacados e intrépidos entrevistadores como Pablo Carbonell (genio y figura), Tonino Guitián (ídem de ídem) y Sergio Pazos, entre otros. Una de sus secciones más aclamadas era el Curso de Ética Periodística, en el que Juanjo de la Iglesia analizaba con fina ironía titulares de prensa que por su redacción irreflexiva, apresurada o inadecuada se prestaban a equívocos fáciles, oportunamente puestos de manifiesto por el agudo presentador, quien invariablemente concluía con un titular alternativo, más sensato y mesurado que el original.

A veces, los comentarios y editoriales de nuestro periódico favorito se prestan a este juego. Pero lo que pretende hoy el abajo firmante no es comentar los titulares de las sagradas proclamas de nuestro héroe, sino su contenido, siempre más jugoso. Desde hace semanas, Gary Baldi ha dirigido su artillería contra la administración de justicia, más concretamente contra la magistrada responsable del Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de Tenerife. Y a su estilo de siempre: sin mencionar nombres, pero aportando datos suficientes como para hacer inequívoca la identificación. Fiel a su política de tirar la piedra (perdón, el tenique) y esconder la mano, la acusa implícitamente de prevaricación, apuntando como causa la relación sentimental que mantiene con un periodista que, siempre según el padre de la patria, se chancea a diario del él. Esa misma magistrada ha dado curso a una querella interpuesta por Santiago Pérez contra el führerjefazo por injurias y calumnias en tanto que, según parece, no ha hecho lo propio con la que el periódico interpuso contra el profesor de la ULL (nido de víboras...) Domingo Garí por sus palabras contra el santo prócer.

El editorial de hoy, escuetamente titulado La Justicia en Canarias, versa sobre lo que Gary Baldi entiende como justicia injusta, pues estaría vendida a los intereses de la metrópli al cebarse con él, pobre e indefenso mártir de la nación canaria independiente. En una sola palabra, pues: prevaricar. Reproducimos algunos párrafos:
  • Nos referimos a la Justicia peninsular; a la Justicia española que se aplica, incongruentemente, en Canarias (...). Justicia que no compartimos cuando está politizada, mediatizada o influida por la pasión, pero que acatamos.
  • No queremos hacer juicios de valor sobre determinadas decisiones. Respetamos a la Justicia porque creemos que es una institución seria (...)
  • Hablamos de los jueces que saben administrar justicia, que son todos salvo unos pocos; muy pocos, aunque susceptibles de que sus decisiones, merced a ese enorme poder que concentran en sus manos, hagan mucho daño a personas inocentes. No es la primera vez que determinadas sentencias han caído sobre esta Casa y sobre el editor y director de EL DÍA como cuervos carroñeros.
  • (...) el Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha perjudicado a ciertos proyectos tinerfeños. Eso es lo que parece, porque no podemos ser rotundos en este aspecto.
  • Las críticas que hemos realizado a algunas decisiones judiciales no han sido soeces en absoluto. Tal vez los interesados, los que se han visto afectados por ellas, así lo piensan. Nosotros nos hemos limitado a emplear un lenguaje eufemístico por respeto a la Justicia y a sus administradores (...)
Ciertamente, los comentarios de El Día no están politizados o mediatizados, y se redactan con ese ingenioso y eufemístico lenguaje cuya irónica sutileza ha sido vilmente malinterpretada. También es sabido que en nuestro periódico jamás se hacen juicios de valor, líbreles Dios, y que sufren como corderos pascuales las atroces decisiones de unos pocos jueces. En El Día siempre critican, nunca insultan, pese a que alguien haya podido, equivocadamente, pensar lo contrario. Recordemos palabras del comentario del pasado 11 de octubre:
  • ¿Tenemos que seguir creyendo en la justicia de la Justicia? Sí, tenemos que hacerlo. Tenemos que hacerlo aunque no sea la Justicia de los canarios (...) por imperativo legal. Y también porque estamos convencidos de que la Justicia está por encima de los jueces y las juezas; incluidas las que desconocen, o al menos parece que desconocen, que sus decisiones deben comentarlas en los juzgados revestidas con la toga, y no en paños menores como una vulgar barragana.
Sírvase el lector considerar si esta crítica es una muestra de eufemismo. Porque ya puestos y libres de tapujos, y con la libertad de expresión por bandera, podrían haber escrito lo siguiente:
  • Si creemos en la justicia que nos imponen es porque no nos queda otra. Y la justicia vale más que algunas juezas que comentan y dictan sus sentencias en sostén y tanga, como putillas de barriada.
Claro que siempre queda una opción que, por equilibrada, es inconcebible para el führerjefazo:
  • No nos inspira confianza esta justicia, aunque respetamos y acatamos las decisiones judiciales. Decisiones y sentencias que, creemos, en ningún caso deberían resolverse en el ámbito privado, observación ésta que dirigimos a la atención de cierta magistrada cuyo modo de proceder así nos lo hace sospechar.
Por cierto, la RAE define eufemismo como Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante. Sin duda, la expresión vulgar barragana es suave y decorosa como un pañuelo de seda.

Seguiremos al tanto.