No dejan de sorprender, de verdad que no. Nuestro gran adalid, héroe incombustible de la libertad de Canarias, magno prócer de la santa independencia, azote de ecologistas, socialistas, canariones, profesores universitarios y enemigos de Tenerife en general (
faaalssssosss hobbitsss todossss ellosssss), pide el cupo económico para Canarias en su
comentario de hoy, a los mandos del
Stuka Rakuda, como el
Barón Hans Fritz. Que no se diga que no aportan ideas. Lean:
(...)
Vasconia recauda todos los impuestos de su territorio y luego le paga un cupo -el cupo vasco- al resto de España por los servicios que presta el Estado español en esa comunidad. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo nosotros? ¿Por qué don Paulino y su Niña en Madrid, en vez de negociar unas aguas que siguen siendo de Marruecos, no forzó del débil y políticamente desahuciado Zapatero el establecimiento de un cupo canario? ¿Es que tenemos menos derechos que los vascos, siendo una colonia situada a 1.400 kilómetros de la Metrópoli y a 2.000 de su capital, mientras que las Vascongadas forman parte del territorio peninsular?La cosa tiene su miga, y no poca. En primer lugar, el cupo vasco no es sólo vasco sino también navarro. Es decir, que para empezar esta forma de contribución económica al resto del estado no es exclusiva de
las Vascongadas (por cierto, el modo usual en tiempos del
Caudillo y anteriores para referirse al actual País Vasco). Segundo, y en contra de lo que pueda creerse, el cupo vasconavarro tiene una razón de existir, por más que para algunos
sea más que discutible en estos tiempos, que se remonta a los tiempos de la Restauración Borbónica. Es decir, al final de la turbulenta Primera República Española y el comienzo del reinado de
Alfonso XII bajo la presidencia de gobierno alternante de
Antonio Cánovas y
Mateo Sagasta. Entonces se concibieron los conciertos económicos y sus cupos derivados como una compensación a las provincias forales (vascas y navarra) por la supresión de los derechos forales tras las Guerras Carlistas. Dicho concierto consiste, como muy bien apunta por una vez
Gary Baldi, en la recaudación de impuestos en dichos territorios por la administración local (hoy autonómica) y el pago de una cantidad por los servicios que el Estado desempeña en ellos.
¿Dónde está el truco del almendruco? En primer lugar, en que es relativamente sencillo conseguir que las cantidades que se pagan
no correspondan exactamente a lo que deberían, tal y como se ha denunciado
para el caso navarro. Y en segundo lugar, mucho más importante aún, que esta forma de recaudación y pago permite que las administraciones locales
dispongan de más dinero (mis recursos para mí, y el vecino que se las apañe como pueda), aunque ello suponga una violación flagrante de los equilibrios interterritoriales en el país, así como de la igualdad de sus ciudadanos ante la ley. A este respecto, conviene recordar que el País Vasco y Navarra disfrutan de niveles de vida y renta
superiores con mucho a la media nacional (incluso a la europea). El cupo se ha convertido así en un
Santo Grial para vascos y navarros, y casi nadie osa sugerir su supresión, pues ha adquirido la condición de derecho histórico consagrado por la propia Constitución Española. Por eso mismo, el ínclito
rey Artur (
Mas) y sus caballeros de la rectangular Plaça de Sant Jaume pretenden un Concierto Económico para Camelot, digo Catalunya, entonando el habitual canto victimista, auténtico himno para cualquier nacionalista de pro.
Otros también se han apuntado a la feliz idea. Y ése es el tren al que se nos sube el observador popular de la Avenida de Buenos Aires. Bueno, ése y los trenes de Tenerife, que para Gran Canaria ni agua. Como ven, nada nuevo bajo el sol.
Los dos últimos detalles que destila el parrafito tienen que ver con la mal disimulada sugerencia al
gran jefe Pau de hacer chantaje político a
ZP, y la discordancia de número entre
Paulino y su Niña y
no forzó (en lugar de
no forzaron). ¿Habrá que quitarle el "don" al maestro
Gary Baldi y reenviarle a la escuela con el simple nombre de
Pepito? Algo así como lo que él pretende con Gran Canaria y el
Gran. Digo.