El editorial de hoy, largo y extenso como pocos, incluye varios detalles que no deben pasar desapercibidos, entre ellos el que sigue:
- José Rodríguez nació en la calle San Francisco Javier, núcleo de El Toscal, y muchos parientes suyos vivieron en las calles de Santa Rosalía y San Vicente Ferrer. El propio José Rodríguez reside en la frontera del Toscal. Y no dice donde, aunque muchos lo saben, por temor a los que no simpatizan con él. Unos individuos de bajos instintos le han puesto un petardo en su vivienda y le destrozaron los tres magníficos buzones de correo que poseía, hechos con metal duro. Cosa de los demócratas.
- Igualmente podemos citar a un "profesor" que está pudriendo por dentro a la Universidad de La Laguna que insultó de forma abyecta al director de este periódico. Pese a que utilizó los calificativos más increíbles, un juez no admitió la querella. Recurrimos, el caso pasó a la Audiencia y se la devolvió al juez, que volvió a archivarlas. Aunque los calificativos empleados son de pena de muerte, su autor se fue de rositas. Una periodista canariona insultó igualmente a José Rodríguez y la absolvió una jueza al parecer amiga suya que previamente había sido denunciada por el editor de este periódico. Es decir, no se abstuvo de enjuiciar el caso, como debería haber hecho. En definitiva, una justicia que, si no se arregla, deploramos que exista.
El editorial de hoy, ciertamente largo como un día sin pan, tiene, además, un comentario contradictorio sobre las milicias coloniales (por una parte las trata de fuerzas de ocupación pero por otro lado alaba su presencia en la isla).
ResponderEliminarSin embargo, lo que habrá hecho saltar las lagrimitas a los pacientes lectores es el "mea culpa" que entonan al decir que ellos no tienen la verdad absoluta en su poder... Im-pre-sio-nan-te.
Saludos.