sábado, 30 de julio de 2011

God save the Fool

A pesar de haber cursado una carrera universitaria de ciencias y tener la inmensa fortuna de poder ejercerla (entiéndase en el estricto terreno laboral), siento profunda debilidad y auténtica pasión por la Historia, con mayúsculas. Una disciplina, como tantas otras de lo que se da en llamar Humanidades, que corre serio peligro de olvido, por la mano de quienes han pergeñado (que no diseñado) los planes de estudio que cursan nuestros adolescentes en la ESO y en bachillerato. Nos recuerda a menudo Arturo Pérez-Reverte que el valor de la historia se resume en una breve sentencia: somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos.

Aprender Historia no consiste, por tanto, en memorizar una mera colección de hechos, personajes y fechas, sino en comprender lo que una determinada conjunción de esos factores supuso para nuestros semejantes entonces, así como de las repercusiones que supone hoy para todos nosotros. La Historia es, pues, algo precioso y delicado por el enorme poder que contiene, y por tanto debe ser atendida y entendida, nunca esgrimida o deformada en aras de alguna finalidad, sobre todo política. Esa es una de las razones por las que reniego activamente de cualquier nacionalismo de cualquier signo que en el mundo haya sido o pueda ser. El manual del nacionalista incluye como axioma invariable la prostitución de la historia y sus acontecimientos, con el oscuro y perverso propósito de procurar justificación a sus postulados, siempre tribales, a menudo estridentes y frecuentemente retrógrados. Por eso no puedo evitar que me hierva la sangre cuando algún imbécil (a fool, en inglés) juega a historiador sin más argumentos que el ciego fanatismo o la más evidente y supina memez.

Pues bien, lean este parrafito que se marca Gary Baldi hoy, a propósito de unas declaraciones del general Abad Ripoll pronunciadas en la conmemoración del intento fallido de la Royal Navy británica, al mando de Horacio Nelson, de conquistar esta isla:

Lo mejor para nosotros, indudablemente, hubiese sido caer en manos británicas, porque a estas alturas posiblemente ya seríamos libres. Los ingleses son un pueblo mucho más civilizado que el español; un pueblo que hubiese entendido que este Archipiélago debe ser un país libre y habría obrado en consecuencia. Que no olvide el general Abad un dicho popular: los dos peores errores cometidos en Canarias fueron no haber dejado entrar a Nelson y permitir que saliera Franco. Y "vox populi, vox Dei". El pueblo siempre tiene razón. El pueblo dice esto porque es muy sabio; sabe que con los españoles nunca conseguiremos nada, porque los españoles, los de antes y los de ahora, son rapiñadores, mientras que los ingleses, volvemos a decirlo, son personas cultas y civilizadas.

¿Conque que los ingleses no han sido rapiñadores? ¿Así que habrían entendido a la primera que Canarias es un país libre? Tiene gracia que se hagan semejantes afirmaciones acerca del país que reunió bajo su mando el imperio colonial más extenso que jamás se haya visto: Canadá, la franja este de los Estados Unidos, la India, el Pakistán y Bangla Desh juntos, Australia, y media Africa fueron británicos, sin contar con numerosos archipiélagos y enclaves repartidos por todo el orbe. Naturalmente, y como los hijos de la Gran Bretaña son tan educados, establecieron sus colonias después de haber pedido permiso a las gentes locales, nunca sacando provecho de su primacía naval o de su formidable y disciplinado ejército. Antepusieron siempre el bienestar de los colonizados a sus propios intereses comerciales. Y de rapiñar, nada: un mito. Nadie puede explicarse por qué nombres como Francis Drake, Henry Morgan, Edward Teach (apodado Barbanegra), Walter Rayleigh, Thomas Cavendish, o William Kidd, todos ellos hijos de su Graciosa Majestad (por mencionar sólo algunos), aparezcan como figuras prominentes de la piratería y el corso en docenas de libros. Mala propaganda española, sin duda.

Y en cuanto a la majadería (¡otra más!) de nuestro gran prócer acerca de la comprensión de que hubiesen hecho gala los británicos para reconocernos como país libre, no sólo es una burda y gratuita especulación, sino además cuestionable a la luz de la realidad actual. Si uno repasa la lista de territorios no autónomos que, según la famosa resolución 1514 de Naciones Unidas, deben ser descolonizados, encuentra casos como los de Anguila, Bermudas, las islas Caicos y Turcos, las islas Caimán, las islas Malvinas... uy, perdón, Falklands, Montserrat, Pitcairn, o Santa Helena y, por supuesto, la joya de la corona: Gibraltar. ¿Quién los administra? El Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y sus educadas y civilizadas gentes. El caso de las Malvinas es muy paradigmático: fueron ocupadas por la fuerza en 1833, al igual que lo fue Gibraltar un siglo antes. Y ahora se hacen valer los derechos de los pobladores, descendientes de los colonos británicos, sobre cualquier reclamación territorial que puedan formular Argentina o España. Typically British.

Que nadie me interprete mal. Esto no es un ejercicio barato de anglofobia. He vivido varios meses entre británicos, he visitado Inglaterra, Gales y Escocia, les he tratado personalmente, hablo su idioma, escucho su música, leo a sus autores, y tengo la fortuna de poder contar con amistades y personas cercanas, británicas, a las que considero buena gente y aprecio de verdad. Entre ellas a un afable profesor de la Universidad de Salford (Manchester) que dio un giro decisivo a mi tesis doctoral mientras estuve allí. Y les considero, en efecto, personas educadas y sensatas, organizadas, disciplinadas, y respetuosas de sus leyes y la sociedad en que viven. Ahora bien, lo que no tolero es que un iluminado juntaletras venga a explicarme (¡qué vox populi ni ocho cuartos!) lo que han sido los británicos en la historia y lo que sería hoy de nosotros si Nelson hubiese mantenido intactos sus dos brazos y hubiera añadido este terruño a la lista de dominios de Su Majestad.

Y como después de todo, albergo la esperanza de que la Divina Providencia le devuelva algún día el entendimiento, vaya para él el saludo que sirve de título a este post. Perdón, a esta entrada.

miércoles, 27 de julio de 2011

Nos sobran argumentos

Que no, señorita, no proteste. Entiendo que se sienta mal por no haber sido admitida al concurso de Miss República-Independiente-Canaria, pero las cosas son así. No crea que estamos tan ciegos como para no apreciar su estatura, su silueta, o su felina forma de caminar, ni la gracia de sus movimientos, o la voluptuosidad de sus senos... ¡y cosenos! Todos hemos caído rendidos ante los luceros del alba que tiene por ojos, lo admito; y no se nos ha pasado por alto la sensualidad de su larga, brillante y sedosa melena. ¡Ay, si usted supiese la agitación que ha provocado con sólo ladear suavemente la cabeza! Reconozco que su seductora sonrisa y la cálida simpatía que emana son únicas en el mundo, pero qué se le va a hacer. ¿Y qué puedo decirle de la perfección de sus curvas, que me recuerdan a mi guitarra? ¿De sus larguísimas y torneadas piernas? ¿De su delicado rostro, que haría palidecer de envidia a la mismísima Proserpina, debatiéndose tan hermosa como indefensa en los fuertes brazos del lascivo Hades? No ha sido nada de eso, es la pura verdad. Señora mía, reina de las estrellas, dueña de los colores de la noche: si usted, pese a todo eso, no puede optar al cetro y la corona es simplemente porque no es adecuada. Y punto.

¿Verdad que no suena muy coherente? Pues lean esto (ya saben de dónde viene):

Paulino Rivero tiene que meditar lo que le hemos estado diciendo estos últimos días: debe dimitir y exiliarse de Canarias. No se lo decimos por rencor después de que nos haya negado lo que nos correspondía; de que le haya negado al Grupo de Comunicación EL DÍA, el único que existe como tal en el Archipiélago, las frecuencias que hubiesen permitido la continuidad de Radio EL DÍA y el mantenimiento de una veintena de puestos de trabajo; no se lo decimos porque le haya negado el pan y la sal a la empresa con más méritos para ejercer las labores informativas propias de cualquier medio de comunicación; no se lo decimos porque "gracias" a su despotismo, y también a su "inteligencia", "patriotismo" y "buen gobierno", en estos días vaya a desaparecer Radio EL DÍA. Le decimos al presidente que debe renunciar a su cargo y marcharse para siempre de las Islas porque es la verdad. Paulino Rivero tiene que dimitir y desaparecer de aquí porque le está causando un gravísimo daño a Canarias.

Ya les adelanto que, si reúnen el coraje necesario para leer el resto, no encontrarán ningún otro motivo que avale la sugerencia formulada al Presidente de Canarias.

martes, 26 de julio de 2011

Independence Road

Últimamente, los delirios de Gary Baldi ascienden más y más deprisa por una espiral tan vertiginosa que cuesta ponerse en su lugar sin riesgo de quedar psíquicamente colapsado. En su último engendro editorial, se entremezclan una sarta de malolientes lindezas dedicadas a Carlos Sosa con una interpretación de la condición colonial de Canarias rayana en lo paranormal, especialmente cuando se consideran las vías por las cuales, según el iluminado apóstol guanchófono, retornaremos al mítico Jardín de las Hespérides:
  • Estas islas fueron, hace casi seis siglos, la primera víctima del expansionismo colonialista con el que España entró en la edad moderna. Canarias fue la primera colonia y sus habitantes, nuestros antepasados los guanches, la primera población autóctona en sufrir un genocidio a manos de los conquistadores castellanos.
  • Este Archipiélago fue la primera colonia de España, incluso de Europa, y ahora es la última. Queda Gibraltar, pero la situación es distinta ya que el Peñón pasó a manos inglesas en virtud de un tratado y no mediante una conquista sangrienta que, como en el caso de Canarias, diezmó a la población autóctona.
  • (...) [la independencia de Canarias] puede proceder de varios puntos. Puede producirse como consecuencia de una decisión reparadora con el pasado que adopte el Monarca español, puede proceder de un acuerdo de las Cortes españolas y también de una decisión de la ONU, pues aunque haya vencido el plazo establecido en la Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de los pueblos, sigue vigente como un hecho incuestionable la situación colonial de Canarias.
  • Argumentan en contra de nuestra libertad los españolistas y los amantes de la españolidad de estas Islas que Canarias no aparece en el listado de territorios que deben ser descolonizados, pero eso sólo se debe a un error administrativo (...)
  • Asimismo (...) que proceda de los países africanos, pues África sabe que posee unas islas que le pertenecen geográficamente aunque políticamente, y debido a una situación que no puede ser más absurda, son de una nación europea.
  • (...) tampoco descartamos que la independencia de Canarias reciba su impulso final del Parlamento europeo, donde hay políticos civilizados que conocen que estas Islas son una colonia española y, en consecuencia, no forman parte de Europa.
Ninguna de estas esperanzadoras vías hacia la ansiada independencia tiene como protagonista a quien debe: el pueblo canario. Tal vez porque su inconveniente voz situó a los iluminados del MPC tras el Partido Animalista en las últimas elecciones, arropándoles con la friolera de 2728 votos frente a un censo electoral que supera el millón y medio de personas, situándoles así en la decimocuarta posición de la lista de partidos por votos; decimosexta si se incluyen el voto en blanco y el nulo (9 de cada uno de ellos por cada voto independentista). Por supuesto, esto no es extraño con semejante curriculum vitae, pues nuestro prócer sabe tanto de democracia como de lechuguinos o coles de Bruselas, siendo perfectamente capaz de clamar hoy por la independencia por decreto ajeno, y hacerlo antier mismo por el ruido de sables y el golpe militar. Sin despeinarse. Así que, ¿para qué molestarse sugiriendo algo tan incómodo como un referéndum?

Para la posteridad quedan sus majaderías sobre un genocidio que nunca existió (si los guanches fueron exterminados, ¿cómo es posible que sean nuestros antepasados?, y si fueron diezmados, ¿de quién somos entonces descendientes?), y el hecho de que el pobre funcionario de la ONU que olvidó incluir a Canarias en la lista de territorios a descolonizar (en la que, por cierto, sí figura Gibraltar), debería ser inmediatamente expulsado de su puesto de trabajo por tamaño error, y sin derecho a paro, por tornillo. ¡Hala!

Quiz

Escrito en el editorial de hoy, ya sabemos dónde:
  • (...) nos insultan en algunos medios de comunicación; en publicaciones mediocres, ínfimas en cuanto a difusión, que babean su envidia contra EL DÍA y su editor porque les cuesta mucho digerir el éxito ajeno en medio de tanto fracaso propio.
  • Esa es la actitud continua, ya casi ejercida a diario, de un chulón capicúa y mariconsón que no tiene dos dedos de frente. Un individuo de la peor ralea que, no contento con sus reiterados intentos de humillar a José Rodríguez, habla de terceras personas que le sugieren el contenido de los editoriales de EL DÍA.
  • [José Rodríguez] (...) piensa todo lo que dice pero no dice todo lo que piensa de muchos atrevidos, de muchos chulones capicúas que se han estado escondiendo en un armario durante años, innoblemente amargados de su condición ya que ser gay, lo decimos un día más, no es motivo de afrenta sino de orgullo; lo prueba el hecho de que cada año se celebre el día del orgullo gay.
  • No comprendemos cómo es posible que no haya actuado de oficio la Justicia a la que el chulón y su novia desprestigian y hasta arrastran por los suelos con sus actitudes. Un chulón capicúa y mariconsón que tiene todos los defectos imaginables y ni una virtud.
  • Ya se encargarán los tribunales del chulón capicúa, pues si piensa que va a seguir yéndose de rositas indefinidamente está muy equivocado.
Se propone el siguiente juego de preguntas y respuestas:
  1. ¿Quién insulta?
  2. ¿Quién pretende humillar a quién?
  3. ¿Es el autor de estas líneas un mago (en el peor sentido del término)?
  4. ¿La condición de chulón y capicúa es propia de cualquier homosexual?
  5. ¿Contra quién debería la justicia actuar de oficio?
  6. ¿Se puede vislumbrar alguna virtud en el autor de estas líneas?
  7. ¿Cree el autor de estas líneas que se irá de rositas?
  8. ¿Puede el autor de estas líneas ser capaz de pensar lo que escribe?
  9. ¿Arrastra por los suelos el autor de estas líneas a la profesión periodística?
  10. ¿Debería el autor de estas líneas residir en un hospital psiquiátrico?

lunes, 25 de julio de 2011

¡Que le corten la cabeza!

Pues sí: la tentación de convertirse en reina de corazones y exigir la decapitación de Gary Baldi por sus absurdas diatribas y soflamas cargadas de insultos y de desprecio no es algo que resulte fácil de llevar. En realidad, y en lo que a mí concierne, siempre hay dos sentimientos encontrados cuando escribo sobre tan dicharachero personaje: el cabreo que me producen sus comentarios por un lado, y la lástima que me inspira, por el otro. Sí, sí: lástima; no la propia de quien se siente moralmente superior, sino la de un ciudadano de a pie que contempla cómo un pobre anciano se rebaja hasta ponerse a la altura del betún. Y lo peor: sin darse cuenta de ello, ni apreciar hasta qué punto está rebozado en el lodo de depuradora en el que se revuelca todos los días, despidiendo sus efluvios malolientes, consumido por la rabia y envilecido hasta la médula. Inconsciente de todo, tal vez, pero no por ello menos responsable, pues no le considero un enfermo mental... aún.

Últimamente, a nuestro sagrado apóstol de la libertad le ha dado por repartir mandobles en dos direcciones. Una, hacia Tenerife en la persona de Paulino Rivero, a quien acusa de déspota y tirano, cuando antes se deshacía en elogios a su persona. Aduce como razones que el sauzalero únicamente busca su beneficio personal, que está implicado en presuntas corruptelas allende la mar oceána, y que apoya al (y se apoya en el) nefando ZP y su partido estatista y canarión, con el único deseo de perpetuarse en el poder a toda costa. Pero ya sabemos que estas ácidas críticas, pertinentes o no, surgen desde el asuntillo de las emisoras de radio en FM y por tanto se resumen en una palabra, muy canaria por cierto: perreta.

La segunda apunta hacia Gran Canaria y se materializa en el director de Canarias Ahora, Carlos Sosa, a quien insulta con reiteración desde hace varios meses, y con especial crudeza (y pésimo gusto) en los últimos treinta días, más o menos. Y todo porque su colega grancanario, como ya sabemos, le ha llevado a los tribunales por sus repetidos improperios, quedando fijada la vista oral para el próximo diciembre. Intentó sin éxito Gary Baldi escaquearse de la comparecencia, so pretexto de sus problemas de salud, algo que los fiscales no han creído, pues razonan que si el anciano mencey goza de buena salud para insultar, también la tendrá para responder de sus palabras. Pues eso significa, en esencia, la responsabilidad. Sin embargo, y cual cabra montana, continúa el recalcitrante adalid nivariense escribiendo barbaridades sobre Sosa, dejando impresa una lamentable imagen de sí por su modo de entender la homosexualidad. Así escribe Zarrapastustra hoy:
  • Para mayor desgracia de ellos mismos [aquellos que piden su enjuiciamiento por apología del golpismo], lo poco -y mal- que leen lo leen en un digital que edita un chulón capicúa y mariconsón. Una publicación poco leída, pues está muy descalificada por culpa de su director, aunque aun así sigue metiéndose a diario con las personas decentes de este Archipiélago porque el chulón no conoce la decencia. Nos dicen que por indecente lo expulsaron en su día del seminario en el que se había refugiado. No sabemos si ya entonces era capicúa o se hizo después.
  • (...) no le perdona el mariconsón al editor de EL DÍA es que lo haya sacado del armario donde ha estado escondiendo, vergonzosamente, su homosexualidad. No decimos que la homosexualidad sea vergonzosa -al contrario; es un orgullo ser gay-, sino que el chulón se avergüenza de su condición, lo cual podría ser un delito ya que supone un menoscabo para los homosexuales. En consecuencia, es al mariconsón y no a José Rodríguez a quien debería investigar el fiscal. Porque nos dicen también que el chulón arrastra su homosexualidad (...) desde sus tiempos de exseminarista. ¿Y por qué lo sacó José Rodríguez del armario? Porque su condición de subvertido es harta conocida, aunque el chulón la mantuviese oculta y disfrazada con su actitud capicúa.
No se pueden escribir líneas más despreciables desde el odio más rancio, la más casposa incomprensión, la necedad más supina, o la más deprimente arrogancia. ¡Cuánta basura, catetez y rebuzno juntos! Sí, digo bien: rebuzno, la voz propia del asno ignorante, pues ni existe el término subvertido, ni una condición puede ser harta conocida. Y, ¿pueden creerlo?, así y todo, no dejo de sentir lástima por él. Lo juro.

Pero repito: si yo fuera la Reina de Corazones, alguien que no entiende de penas ni de lástimas, mi sentencia sería...

miércoles, 20 de julio de 2011

Donde dije digo...

Ya era muy mosqueante que Gary Baldi no hiciese siquiera un guiño al 75 aniversario del antes llamado (glorioso) Alzamiento Nacional. Como tampoco sorprende que, una vez caído en la cuenta de la traición de su inconsciente (el cual, literalmente, le cose a puñaladas), intente tapar lo escrito para que suene mejor. Compruébenlo ustedes mismos:
  • Un Gobierno que (...) ha permitido que los españoles vivan inmersos en un ambiente de miseria, de hambre, de paro, de cinismo político y de corrupción que se asemeja (...) al de aquellos tiempos del 18 de julio. (...) es tanto lo que está ocurriendo en los países europeos y limítrofes, en el plano civil, político y económico, que las circunstancias justifican un alzamiento de quienes tienen la virtud de salvar a la patria. No pueden quedar impasibles esas fuerzas, que serían militares, ante la corrupción, la desvergüenza y el martirio que está sufriendo el pueblo español (...) [El Día, 19 de julio de 2011].
  • Nos recriminan algunos de nuestros lectores que estemos llamando a un alzamiento. En absoluto. Nunca lo haremos, aunque debemos decir, porque así nos lo dicta la conciencia, que lo ocurrido el 18 de julio estaba justificado. No obstante, jamás puede producirse otro alzamiento militar, que sería anacrónico y estúpido. Ahora es el pueblo el que debe levantarse no en armas, sino pacíficamente -armado con las armas de la razón y de la decencia- para acabar con tanta y tanta corrupción que nos ahoga. [El Día, 20 de julio de 2011].
¡Ah, fíjate tú...! En otras palabras: los militares, hagan el favor de incomodarse nada más, ¿eh? Pero quietecitos. El alzamiento, déjenlo en manos del pueblo, que entiende más de estas cosas.

martes, 19 de julio de 2011

Ejercer la dignificante homosexualidad

A veces, resulta descorazonador leer los patéticos intentos de Gary Baldi por defender ideas en las que en verdad no cree, sencillamente porque escapan a su comprensión y porque es incapaz de atisbar siquiera su significado, que no le cabe en la cabeza ni por su educación, por su trayectoria, por su vida y también, tristemente, por su forma de ser y de conducirse. Por eso, la interpretación que este buen señor hace a veces de la realidad chirría de modo estridente en los oídos de quien estas líneas escribe. Esta vez me refiero a la homosexualidad. Gary Baldi intentaba justificar el pasado día 16 los insultos lanzados hacia Carlos Sosa por su presunta homosexualidad del siguiente modo:

(...) esta tendencia sexual es hoy tan legítima y decorosa como cualquier otra y un orgullo gay.

De haber eliminado las tres últimas palabras, la frase habría resultado un poco más correcta; sin embargo, afirmar que la homosexualidad es un orgullo gay chirría. Eso por no entrar en detalle sobre lo adecuado de calificarla como tendencia. Pero bueno, admitamos pulpo como animal de compañía pues, en esencia, comparto la idea que, con cierta torpeza, se pretende transmitir.

Pero como el magno prócer a veces no sabe qué escribir, sus comentarios y editoriales terminan por ser más-de-lo-mismo, un mantra, un rosario repetido machaconamente en el que, como mucho, cambia el orden de los factores y alguna que otra cosilla... si acaso. Por eso me he referido en alguna ocasión a él como don erre-que-erre (Rodríguez Ramirez, después de todo). Y hoy es uno de esos días en que el editorial rezuma un penetrante olor almizclado a déja vu, un refrito de monotemas ya majados hasta la saciedad, incluyendo una nueva referencia a Carlos Sosa y a la homosexualidad, pero... ¡atención a esta perlita!:

Ya hemos alertado también de la orgía que se prepara para el 13 de diciembre en Las Palmas. (...) Un canarión chulón capicúa y mariconsón que hemos sacado del armario en el que se escondía para pasar por el macho que nunca ha sido. Y decir esto no es nada peyorativo (lo señalábamos en nuestro comentario del sábado) ya que la homosexualidad es un motivo dignificante para quienes la ejercen, según el nuevo canon político.

¿Ejercer la homosexualidad, dice? ¿Dignificante? ¿Me lo repita? La homosexualidad no se ejerce, caballero, no es comparable a una actividad profesional. La homosexualidad se vive y se siente desde que una persona toma conciencia de ella en la preadolescencia. Exactamente igual que la heterosexualidad; razón por la cual no cabe hablar de dignificante. Nadie se dignifica por ser homosexual; otra cosa bien distinta es no ser indigno por ello, ni despreciado, marginado, maltratado o humillado, cuando no brutalmente torturado o asesinado, ni ser considerado enfermo mental, tal como postulaba el viejo canon político, ese mismo al que Gary Baldi es tan afecto y que tanto añora. La dignidad nos corresponde meramente por ser personas, no por nuestro objeto de deseo sexual. ¡Cuánta razón tiene Paco Pomares cuando califica a este señor de pobre anciano sin cultura, formación o valores, o de ágrafo envanecido! Coincido con su punto de vista.

Si cree el anciano padrino de nuestro periódico favorito que llamar mariconsón a alguien no resulta peyorativo, entonces veremos el próximo 13 de diciembre si el juez opina lo mismo. Y si la vista oral va a ser una orgía, entonces también comprobaremos cómo se porta nuestro machote, y si sale de ella igual de dignificado que entró.

lunes, 18 de julio de 2011

Nada que declarar

Así escribe hoy, 18 de julio, 75 aniversario del glorioso alzamiento nacional, el mencey de la Avenida de Buenos Aires:

Hoy, a pesar de ser una fecha señalada en la historia reciente de España, que no es nuestro país, el país de los canarios, sino la nación que nos sojuzga colonialmente desde hace casi seis siglos, no tenemos ningún hecho concreto que comentar. Nada que decir de la historia reciente, de eso que hoy se llama memoria histórica, porque la memoria histórica del genocidio guanche, el holocausto de nuestros antepasados, se remonta mucho más atrás.

Absolutamente fascinante. ¿Ni siquiera un leve tic en el brazo derecho? ¿No habrá una visitita furtiva a Las Raíces? Vivir para ver...

sábado, 16 de julio de 2011

... perseverare diabolicum

Dos días después de que Canarias Ahora publicase que el gran jefazo nivariense habrá de sentarse en el banquillo de los acusados a resultas de la demanda interpuesta contra él por Carlos Sosa, Gary Baldi se hace eco de ello y vuelve a la carga con un genuino comentario en el que una vez más da lo esencial de sí mismo. Cabría pensar que, dadas las circunstancias, el mandamás hiciese uso (por una vez) de cordura y procurase no agravar más su situación. Sin embargo, sus palabras constituyen un prístino ejemplo de huida hacia adelante pues no sólo rehúye la prudencia, sino que insiste en la línea contumaz que ha terminado por llevarle al banquillo de los acusados. Ejemplos:
  • Se jacta el chulón capicúa de Las Palmas de que José Rodríguez, editor y director de EL DÍA, tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados de un juzgado de Las Palmas para responder a una demanda por intromisión ilegítima en su honor. El honor de un individuo para el que sólo vale su propia dignidad como persona, pero no la de los demás. A los demás, a los que no son de su cuerda ideológica, los insulta y denigra a diario en las páginas de su infame periódico digital.
  • (...) de cierto periódico digital de Las Palmas cuyo director, antiguo seminarista y con costumbres sospechosas desde entonces, dicen que colaboró con esta Casa como corresponsal en la tercera isla. Una época en la que mostraba sin tapujos actitudes subvertidas en el aspecto sexual. Dicen que posteriormente, y ocultando una homosexualidad de la que se avergüenza -lo cual es insultante para los homosexuales, pues esta tendencia sexual es hoy tan legítima y decorosa como cualquier otra y un orgullo gay- este individuo se ha enredado con una jueza. Creyéndose amparado por esta circunstancia, se ha dedicado año tras año a insultar a José Rodríguez y a denigrar a otras personas con proyección pública en Canarias. Gran parte de su inquina contra EL DÍA se debe a que hemos abierto la puerta del armario en el que se escondía como el macho que no es. Como consecuencia de estos insultos lo hemos denunciado, pero también se ha ido de rositas.
  • (...) José Rodríguez se sentará en el banquillo sin que atiendan sus cuestiones de salud para no comparecer. El editor de EL DÍA tiene gravísimas afecciones en su corazón. No obstante, los jueces han despreciado las certificaciones médicas presentadas que aconsejan evitarle cualquier estrés que agrave sus dolencias cardíacas.
Así que, como era de esperar, Gary Baldi se refugia en su edad y en su delicado estado de salud para presentarse a sí mismo como una víctima de Carlos Sosa y del juez que le ha citado para la vista oral. Llegados a este punto, uno no entiende por qué el gran mencey no ha denunciado a Paulino Rivero por aumentar su nivel de estrés al hacerle la faena de Radio El Día. Sea como sea, y dejando a un lado la escasa gallardía que supone esconderse tras la edad y los achaques para eludir su responsabilidad, se puede demostrar fácilmente que el autor intelectual de estos párrafos se ha dejado olvidada la cañita de pescar en su casa. Para variar.

Creo que la presunta "inquina" que pueda sentir el periodista grancanario hacia el gran padrino no surge de la explícita revelación de sus supuestas tendencias sexuales, pues ésta es muy reciente. Gary Baldi comenzó a insultarle como chulón a secas, tal y como recogí en este mismo espacio, reproduciendo parcialmente hasta cinco editoriales y comentarios publicados en EL DIA el mes de noviembre pasado, en los que también se hacían oscuras alusiones a un turbio pasado y a ciertas tendencias sexuales, dejando asimismo entrever una posible connivencia de Carlos Sosa con la justicia, personalizada en su pareja, la magistrada Victoria Rosell (quien, por tanto, asumiría el papel de prevaricadora). El complementario capicúa no aparecía entonces por ninguna parte.

Pero no tardó mucho en hacerlo, convirtiéndose en norma desde las navidades pasadas. Basta con darse un paseíto por la hemeroteca (reitero: ¡Divino tesoro!) y echarle un vistazo a los editoriales y comentarios de los pasados 4, 11, y 15 de enero, 11, 18 y 20 de febrero, 9, 15 (con dedicatoria personal), 21, 24 y 26 de marzo, 10 y 17 de abril, 1 y 23 de mayo, y 8, 16, 29 (día de la "revelación") y 30 de junio, los cuales puedo recordar gracias a Cho Gúguel y a mi propio archivo. En alguno de ellos, nuestro magno prócer guanche avisaba que algún día desvelarían el porqué de sus cariñosos apelativos, saciando la curiosidad de las cándidas personas que no acertaban a imaginarse su significado. ¿Y cuál ha sido el pecado de Carlos Sosa y su equipo? Referirse a Gary Baldi como Don Pepito y comentar todo lo referente a él y a su periódico en tono de guasa, pero jamás irrespetuoso (al menos a mi entender). Hasta que por fin, salió a relucir el término mariconsón (Fidel Castro dixit) en boca del führersito (ídem).

Así que las cosas no son exactamente como las cuenta EL DÍA: vienen de muy atrás. La invitación "a salir del armario" ha sido, imagino, la gota que ha colmado el vaso. Una vez más recurriré a los adagios, concretamente a aquel latinajo que reza Errare humanum est, perseverare diabolicum. Puede que Carlos Sosa no sea precisamente un angelito, pues ya ha sido alguna vez condenado por la justicia. No sé, tampoco tengo el placer de conocerle en persona. Pero si tengo que darle la razón a alguien en este caso, no tengo género alguno de duda, con una sola excepción: acierta y mucho Gary Baldi cuando reconoce que tiene gravísimos problemas de corazón. Eso puede verlo cualquiera.

jueves, 14 de julio de 2011

Quien juega con fuego...

Uno de los motivos que me animaron hace ya más de un año a dedicar parte de mi tiempo a comentar los sermones de su ilustradísimo, mencey guanchófono de las islas, fue el asombro unas veces, e indignación otras, que me producía comprobar la ligereza de su pluma a la hora de enjuiciar a las personas y a los colectivos que no comulgaban con su peculiar manera de ver la realidad del archipiélago. Y cuando digo ligereza me refiero, naturalmente, a los calificativos: gruesos unas veces, muy soeces otras, sarcásticos otras, cuando no abiertamente despectivos, y así. Todo ello camuflado bajo el (a mi juicio) torpe disfraz de crítica "política", es decir, que lo dicho era justificable so pretexto de que se ceñía exclusivamente al ámbito político, como los supuestos orgasmos (políticos, of course) de María del Mar Julios al leerse la reprobación que en su día hizo el Parlamento de Canarias al periódico azul.

Pero con frecuencia, las críticas rebasaban con mucho lo puramente político, entrando de lleno en el terreno personal que, en virtud de nuestras leyes, debe ser objeto del más exquisito de los respetos. Se erigía entonces Gary Baldi por encima del bien y del mal, pretendiendo ser garante de la decencia y la rectitud de pensamiento cuando en realidad era todo lo contrario. Recientemente, en una entrevista publicada en el especial conmemorativo del 35 aniversario del periódico EL PAÍS, el escritor cacereño Javier Cercas (autor de Soldados de Salamina o Anatomía de un instante) citaba a su colega italomexicano Alejandro Rossi para definir la intolerancia y enfatizar la nefasta influencia que ha ejercido de modo secular en nuestro país. Según él, la intolerancia consistiría en confundir un error intelectual con otro moral. En otras palabras, estar equivocado implica ser mala persona. Gary Baldi ha incurrido con mucha frecuencia en este error; ciertamente no ha sido el único, pero ahí ha quedado. Bien patente.

Una de las personas a las que nuestro magno prócer ha tomado como diana de sus más furiosas diatribas ha sido Carlos Sosa, director del periódico digital Canarias Ahora. Sin citar jamás su nombre, acuñó el término chulón capicúa para referirse a él pero, al igual que sucediera con Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca, ocultar el nombre era fútil, pues daba tantas y tan evidentes pistas sobre la identidad del periodista grancanario que incluso quien suscribe pudo averiguarla sin mucho esfuerzo. El tono de sus ácidas críticas alcanzó también a la magistrada Victoria Rosell, quien hasta hace poco era (y supongo que seguirá siendo) pareja sentimental de Carlos Sosa, refiriéndose a ella (una vez más sin decir nombres, pero dando pistas suficientes) como una vulgar barragana. Y la cosa culminó hace unos pocos días, cuando Gary Baldi terminó por aclarar lo que era obvio, salvo para las mentes más ingenuas entre sus lectores: que capicúa equivalía a homosexual (el término exacto fue mariconsón). Y, ni corto ni perezoso, acompañó el término con otros calificativos que no repetiré aquí, ni siquiera con la excusa de una cita. La homosexualidad no supone hoy en día ningún desdoro para nadie, afortunadamente, excepto a los ojos de alguien de mentalidad tan retrógrada como quien nos ocupa. Pero llamar mariconsón a alguien es insultarle de modo bajo y rastrero. Y peor aún, constituye una intromisión de todo punto ilegítima en la vida privada del prójimo.

Y así lo ha entendido Carlos Sosa, quien por fin, y supongo que hastiado ya de tanta basura, ha interpuesto a Gary Baldi la correspondiente demanda por los motivos antes señalados, exigiendo como reparación la nada desdeñable suma de ciento cincuenta mil euromortadelos. La vista oral ya tiene fecha: 13 de diciembre de este año. Y el lugar: Las Palmas de Gran Canaria. ¡Ahí es nada la penitencia! Ya me imagino las posibles líneas argumentales de la defensa: que yo no he citado nombres, que si es una crítica periodística, que si la libertad de expresión, que fíjese usted qué buena persona soy, que cómo me van a meter un puro, a mis años, etcétera. Y como ya he dicho antes en este espacio: ¡qué ironía! Ha tenido que ser Carlos Sosa, antaño uno de los pocos defensores del derecho a la libertad de expresión de Gary Baldi quien le siente en el banquillo de los acusados.

La sabiduría popular es así, sabia: quien juega con fuego se puede quemar. Y así parece que va a suceder, dentro de muy poco.

¡Buen Día! Update: Este humilde bloguero admite haber cometido un error que afecta a la juez titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas, doña Victoria Rosell. Al parecer, no era a ella a quien se refería Gary Baldi con el calificativo de vulgar barragana, sino a la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de Tenerife, doña Nuria Navarro, de acuerdo con lo publicado en Canarias Ahora el pasado 4 de noviembre de 2010. Esta rectificación afecta también, por tanto, a las entradas de este blog publicadas los pasados 11 de octubre y 29 de noviembre de 2010.

lunes, 11 de julio de 2011

Understanding Gadafi

Al leer el comentario de hoy en nuestro periódico favorito, tengo la sensación de que la parafernalia que Gary Baldi está montando en torno a Paulino Rivero y su partido le ha servido de ayuda para tomar nuevo impulso en sus ansias independentistas, muy de capa caída tras el batacazo electoral del MPC en las pasadas elecciones locales, cuando fue superado por agrupaciones tan conocidas como el Partido Antitaurino y contra el Maltrato Animal (¡y eso que los animales no tienen derecho a voto!), o Sentido Común en Canarias. Afirma nuestro prócer que la independencia se aproxima, lo que me hace pensar que su catalejo debe ser a todas luces mejor que el mío, porque el abajo firmante no la ve venir por ningún lado. La imaginación al poder, dicen. Y si es pasándose la voluntad de los ciudadanos por el arco del triunfo, para qué contar.

Lo mejor del comentario, con todo, es la interpretación que nuestro insigne padrino editorialista hace de las recientes apreciaciones del (todavía) líder libio Muamar El-Gadafi. En un discurso pronunciado el viernes pasado en una localidad del sur del país, el jefazo de la Yamahiriya dijo, con su desparpajo habitual, que las Islas Canarias, Andalucía y Sicilia son tierras árabes que hay que liberar. Y ahí ha saltado detrás, tan presto como ágil, nuestro bienamado Gary Baldi para explicar al vulgo canario las palabras del revolucionario dirigente:

No negamos que en Canarias existen vestigios de la cultura berberisca, pero estas Islas nunca han tenido la consideración de tierras árabes. Eso sí, son islas del continente africano y nunca europeas, pero no árabes. No es este un archipiélago geográficamente europeo, aunque tenga influencias culturales europeas.

No obstante, y al margen de estas consideraciones, lo que merece la pena destacar del líder libio es que conoce la existencia de Canarias y sabe, al mismo tiempo, que no es ésta una tierra europea. Por lo tanto, si no es un Archipiélago europeo, no forma parte de España. Es decir, Canarias es una colonia española y como tal debe ser liberada por la metrópoli que la esclaviza desde hace casi seis siglos. En el fondo, esto es lo que ha querido decir Gadafi al referirse a Canarias.

¡Que no, señor mío, que no se entera usted ni del NoDo! Y anda que no lo habrá visto de veces, en los añorados tiempos de su generalísimo. Gadafi ha querido decir exactamente lo que ha dicho: árabes, y no africanas. Ni siquiera moras (por magrebíes), sino árabes. Y por más que el amigo Muamar demuestre una vez más su escaso conocimiento de la realidad más allá de su conveniencia, lo verdaderamente inquietante de sus palabras es la indisimulada voluntad de que nuestro archipiélago entre a formar parte del mundo islámico árabe. Una voluntad que sin duda comparte su compadre Mohamed VI de Marruecos, nuestro dulce y amable vecino. Una voluntad que no se ha llevado a cabo hasta hoy sencillamente porque estas islas forman parte de España, y así lo entiende el que suscribe.

No creo que nuestras gentes de a pie necesiten que el magno prócer, con su siempre sutil verbo, pretenda liarse el turbante y emular a Mahoma, interpretando a su antojo las divinas palabras del mensajero de la revolución socialista árabe. Molto pericoloso. Gadafi no es una hermanita de la caridad, sino uno de tantos dictadores que, en nombre de la igualdad y la unión entre pueblos hermanos, ha gobernado a su gente con mano de hierro y ha alentado, protegido, entrenado y financiado al terrorismo internacional, interviniendo con demasiada frecuencia en conflictos regionales que han causado millares de muertos y sufrimientos atroces. Y sospecho que si aún permanece aferrado a su poltrona, pese al conflicto que está bañando en sangre a su país, es sencilla y lamentablemente porque a las potencias occidentales les interesa una Libia desangrada y arrasada hasta los cimientos. De otra manera, entiendo que el caudillo del panarabismo estaría disecado en un museo desde hace meses.

Así que cuidadín, que una cosa es exorcizar al Sanedrín de Vegueta (no más real que la pandilla de Don Gato) y otra meterse a traducir a uno de los personajes más peligrosos de nuestro entorno más próximo. ¿O es que no le han dicho nunca que no se debe jugar con fuego?

viernes, 8 de julio de 2011

¿Corrupción Canaria?

Si ayer me refería al sin par Gary Baldi por el (cariñoso, por favor que nadie lo dude) apelativo de Stoneface, hoy tengo que volver a hacerlo. Y vaya por delante que ni soy periodista, ni entiendo de periodismo, ni es ése mi deseo. Tan sólo reitero una vez más mi condición de ciudadano de a pie y de humilde bloguero, eso es todo. Y en virtud de esa condición, que asumo gustosamente, así como en nombre del más elemental sentido común, entiendo que los periodistas deberían tener memoria histórica y recordar que existen las hemerotecas, sobre todo cuando cargan a sus espaldas trayectorias tan dilatadas como la de nuestro guanchísimo y neofranquista prócer. Hasta aquí lo que en mi sencilla opinión alcanza el sentido común. Luego, que cada cual haga, piense y, en este caso, escriba como quiera.

La cruzada del apóstol de la libertad contra el malvado (antes idolatrado) Paulino Rivero cumple hoy un nuevo capítulo con una muesca más en el revólver del justiciero: la de otorgar al partido del ya nuevo presidente de Canarias el cartel de corrupto. Más exactamente, así clama la voz que se dice del pueblo:

No podemos olvidar que CC es el segundo partido en cuanto a corrupción en el ranking estatal según un barómetro del CIS. No nos extraña este dato, pues CC no es un partido nacionalista; es un partido que está practicando un mercantilismo perjudicial para el pueblo. Como siempre, salvamos a dos o tres ejemplares de alcaldes que son nacionalistas de sentimiento, pero no de ejercicio. En fin, con esa actitud despótica y anticanaria están acabando con el partido, porque nadie se fía ya de los que se proclaman nacionalistas.

En efecto, el Centro de Investigaciones Sociológicas, organismo dependiente del Ministerio de Presidencia, acaba de hacer públicos los resultados de su último barómetro de opinión, según los cuales Coalición Canaria sería, en opinión de los ciudadanos, el segundo partido de España con mayor vinculación a casos de corrupción, sólo por detrás del Partido Popular. Ser un partido corrupto a los ojos de la ciudadanía es una cosa, y serlo por decreto es otra. Gary Baldi no parece distinguir en su comentario ambas realidades, no sé si por defectos de neurotransmisión o por pura y simple conveniencia. O quizá un poco de cada cosa.

Pero que nadie se confunda: podría parecer que pretendo desde estas líneas sacar brillo a la imagen de Coalición (¿Corrupción?) Canaria, y reivindicarlo como partido honesto y libre de toda mácula. Nada más lejos de mi intención. Lo que me deja atónito (aunque a estas alturas ya no debería) es que el mandamás de la Avenida de Buenos Aires señale con el dedo a la formación de Paulino Rivero basándose en el presunto affaire mexicano (bastante dudoso, al menos por ahora), o en el coste de los viajes del presidente en helicóptero (chocolate del loro puro y duro) para hablar de partido corrupto. Si el ínclito jefazo nivariense quisiera argumentos de peso para apoyar esta hipótesis, no tendría más que echar mano de las hemerotecas y recordar, por ejemplo, el vergonzoso caso ICFEM, una trama en la que se fueron al limbo millones de las antiguas pesetas (generosamente subvencionadas por Europa) cuyo destino debía haber sido la formación de trabajadores canarios, allá cuando Manuel Hermoso era presidente del gobierno y Víctor Díaz consejero de Empleo. O tal vez prefiera recordar el no menos sonoro caso Tindaya, merced al cual otra millonada se evaporó como por arte de magia en forma de estudios geotécnicos que al parecer nunca se hicieron, también en tiempos del gobierno de Manuel Hermoso. ¡Y qué decir del reciente (y feísimo) asunto de Las Teresitas! Claro que aquí está implicado, pues aún no ha concluido, nada menos que Miguel Zerolo, segundo beneficiario de los favores franceses (siempre figurados, claro está) de Gary Baldi, tras el propio Rivero. ¿Abrió la boca para otra cosa el patriarca guanchófono? Sí: para echar flores a Zerolo por su condición de patriota y de paso, atribuir las investigaciones judiciales a las manos negras de siempre: el PSC-PSOE y el tenebroso Sanedrín de Vegueta, en perjuicio de Tenerife y su capital. Ah, y también para atizarle duro a Juan F. López Aguilar, desde el momento en que se le ocurrió hacerse eco de lo que la Intervención General del Estado calificó como Pelotazo de Libro. De nuevo serotonina en lugar de acetilcolina.

Naturalmente, otros no están a salvo de la sospecha: ahí están el caso Eólico o el caso Tebeto como ejemplos más inmediatos. Y todo ello, por supuesto, sin contar la miríada de posibles y presuntas corruptelitas de las que seguramente jamás nos enteraremos, y que unos y otros se han tapado mutuamente al dictado del hoy por mí y mañana por ti. ¡Y aún hay quien se atreve (ciertamente con muy poco estilo) a descalificar a quienes protestan en la Plaza de la Candelaria desde el 15 de mayo pasado!

Las responsabilidades en nuestro ordenamiento jurídico son individuales y no colectivas. Por eso, y en rigor, no se puede culpar a Coalición Canaria en conjunto (ni a ningún otro partido político) por las fechorías que hayan podido cometer sus miembros. Pero es evidente que estos asuntillos restan legitimidad a la hora de exigir limpieza a los demás, ponen a todos en tela de juicio (ahí está el CIS para confirmarlo), facilitan el estéril y bochornoso cruce de acusaciones en los debates públicos y crean en el ciudadano de a pie la peligrosa idea de que la democracia es inútil.

Y lo peor de todo es que esa clase de ideas son el fermento ideal para que el demagogo de turno (y no me gusta señalar) haga de las suyas. Por eso conviene no perder la memoria y recordar el pasado. ¡Hemeroteca, divino tesoro!Enlace

miércoles, 6 de julio de 2011

Stoneface

El calificativo Cara cortada (Scarface, en inglés) resuena profundamente en la historia del cine. Primero fue Howard Hawks quien lo llevó a la gran pantalla, allá por 1932, cuando hizo su versión de lo que vendría a ser la vida del entonces Capo di tutti capi, Alfonso (Al) Capone (camuflado bajo el alias Tony Camonte, e interpretado por el gran Paul Muni). Cinco décadas después sería Brian de Palma quien hiciera otro tanto, al relatar la vida de Tony Montana, personaje ficticio que, gracias a esta cinta, se convirtió en paradigma del gángster del cine moderno, merced a un imperial Alfredo (Al) Pacino, brillantemente secundado por Steve Bauer, Maria Elizabeth Mastrantonio y la siempre deslumbrante Michelle Pfeiffer.

No pretendo decir que Gary Baldi tiene negocios sucios comparables a los de los pistoleros cuyas vidas retrataron tan insignes directores. Válgame Dios. Y, desde luego, cualquier parecido de sus lugartenientes Peytaví y Chaves con la Pfeiffer y la Mastrantonio es completamente surrealista. Por tanto, no sería de recibo aplicar a nuestro insigne mandamás el mote que ostentaron los personajes de ficción, entre otras razones, además, porque su rostro, aún surcado por las grietas del tiempo inexorable, está de una pieza más allá de los pequeños cortes que haya podido producirse, por ejemplo, al afeitarse, como cualquier hijo de vecino. Pero no puedo dejar de pensar en su consistencia, pétrea como el granito más resistente, al leer estos parrafitos de su comentario publicado hoy:
  • (...) la desgracia de Canarias se consumó ayer en el Parlamento autonómico, con la políticamente infame investidura de Paulino Rivero como presidente autonómico. Nadie podrá reprocharnos que no hayamos avisado hasta la saciedad de esta tragedia que nos ha caído encima.
  • ¿Van a resolverse nuestras penurias con el señor Rivero al frente del Gobierno? En modo alguno. Nuestras penurias seguirán. Y satisfechos podemos estar si siguen igual que hasta ahora, pues previsiblemente empeorarán.
  • (...) lo decimos un día más, los dirigentes de CC nos han salido ranas, y el señor Rivero el mayor batracio de todos ellos.
  • ¿Cómo es posible que el Parlamento de Canarias, reincidente en sus iniquidades políticas, haya puesto ayer el Gobierno de Canarias en manos del peor enemigo de las Islas y de sus habitantes?
  • El Parlamento debía haber esperado hasta que se completase la información de México antes de investir como presidente a quien no lo merece.
Será bueno recordar aquí una vez más que, no hace ni un año, Gary Baldi practicaba la succión bucogenital (nótese la metáfora, aunque admito su posible mal gusto), acompasada y rítmica, a aquél a quien tan amargamente critica hoy por la sola razón de que le ha quitado el chupete (nunca mejor dicho) radiofónico de la boca. Paulino Rivero no era menos culpable del paro, el hambre, y los despropósitos en sanidad y educación hace seis meses que ahora. Y ahí estaba Gary Baldi, solícito, para lamerle el níspero (un político serio, honesto, eficaz, trabajador, decía). Todos los males venían de la situación colonial de las islas y del odiado opresor español. Reclama hoy el jefazo a José Manuel Soria como presidente de las islas, y quizá no le falte razón, en virtud del resultado de las recientes elecciones. Pero si Paulino Rivero es cuestionable por no haber sido el más votado, también lo fue hace cuatro años cuando Juan Fernando López Aguilar reunió más votos y escaños que el dirigente de CC. Soria, repito, está haciendo la digestión del jarabe que administró en su día a otros. No lo lamento.

Recordemos que en aquellos ya lejanos días, López Aguilar había formulado acusaciones de corrupción hacia Coalición Canaria (familiar, ¿verdad?). Paulino Rivero, siempre tan listo, se sirvió de ello como excusa para no conceder la presidencia a los socialistas. Y eso lo recogió nuestro periódico favorito, cuando Gary Baldi afirmaba tan contento que tanto valen los 19 más 15 de CC y PP como los 26 del PSC-PSOE, cuando se hacía cruces ante la posibilidad de una presidencia del PSC, o criticaba a los socialistas por anunciar una dura oposición al que iba a ser el gobierno-del-desgobierno. López Aguilar fue entonces calificado como la cara visible de la clase política canariona, alguien que según sus palabras ladraba en el desierto.

Así que tampoco lamento las perretas del mencey loco. En todo caso, insisto en pensar que, por la dureza de su rostro y la desvergüenza mostrada al medir con distinto rasero la misma realidad, se gana a pulso el calificativo que da título a esta entrada. Y eso sin entrar a discutir el tamaño de tan venerable rostro.

lunes, 4 de julio de 2011

¡La que me he perdido! (2ª parte)

No te digo yo. Si es que parece que Gary Baldi sabía por boca de alguien que este humilde bloguero se proponía tomarse unas minivacaciones en el sur patrio peninsular. Con anterioridad a las acusaciones concretas de evasión de capitales formuladas por el padrino de la prensa tinerfeña, el pasado miércoles se marcaba esta tremenda salvajada:

NOS SIGUEN llamando muchas personas para preguntarnos por qué decimos de cierto individuo de Las Palmas, que se cree periodista pero solo es un vulgar ramplón al servicio de quien le suelta unas migajas para que mantenga abierto el mal periódico digital del que malvive, que es un chulón capicúa. De momento no lo escribimos abiertamente, pero sotto voce sí le contamos a quien nos pregunte que es un "mariconsón", como llamó Fidel Castro a un individuo que le gastó una broma por teléfono. Un cretino que ha comprometido a una jueza de Las Palmas y al que solo cabe calificar de mierda en este Archipiélago (...) el individuo de quien hablamos es, insistimos, un mariconsón de la más baja ralea; ni siquiera es una mariquita mala, como dicen en la tercera isla para referirse a los afeminados traviesos pero en el fondo inofensivos. Este es un chulón capicúa resentido, amargado y torpe; un personaje deleznable y deleznado en su propia ciudad e isla tercera porque quienes lo conocen lo desprecian; lo consideran como a una putilla callejera siempre atenta a la caída de la hoja o en busca de rastrojo. Alguien, en definitiva, que no conoce la decencia porque las personas decentes, a las que denigra con tanta asiduidad, nunca han querido saber nada de él.

¡Pues menos mal que sólo ha comentado sotto voce las cualidades del periodista en cuestión, director del digital Canarias Ahora, por más señas! Si llega a dar detalles más concretos, no me atrevo a imaginar la basura inmunda que habría vomitado en sucesivas arcadas. Claro que lo que se vomita es aquello que por una razón u otra no se ha podido digerir en condiciones normales. Y en cierto modo, lo que sale afuera es un reflejo de lo que pasa en el interior, pues cuanto más turbia y accidentada es la revoltura estomacal, peor es el resultado.

No caminaré más por la senda escatológica, pero viene muy propósito tratándose de quien se trata y, en todo caso, procuro que no suene tal como huele, no como otros. Sólo recordaré aquí que el periodista grancanario y el medio que dirige cargan habitualmente las tintas contra el Partido Popular y aquellos de sus colegas más o menos afines a la derecha política, sobre todo de Gran Canaria; deben de ser ésas las personas decentes a las que se refiere nuestro anciano führersito de la avenida de Buenos Aires (Fidel Castro dixit, por cierto).

Claro que siempre es posible rectificar, si hay voluntad para ello, pero no. Al día siguiente, aún tuvo tiempo el mencey guanchófono-sin-micrófono para revolcarse en el lodo un poco más:

Por otra parte, no sentimos haber dicho lo que hemos dicho del mariconsón. Un individuo que merece el desprecio de toda la sociedad canaria por lo daños morales que ha ocasionado a cuantos se relacionan con él, entre ellos una jueza con la que convive. Un personaje ridículo y acomplejado que, fruto de sentirse inferior a los demás, intenta ridiculizar a las personas decentes. (...) Y en cuanto al chulón capicúa, un consejo: salga del armario de una vez, ahora que EL DÍA ha abierto la puerta para que todos vean lo que hay dentro. Salga de una vez que la homosexualidad ya no está perseguida como ocurría en tiempos del generalísimo.

No cabe comentar nada más. Únicamente deseo decir desde aquí que como lagunero, tinerfeño, canario (y español, ojo) que soy y me siento, mi persona destila vergüenza de compartir, aunque sea un trozo de mi isla, con semejante individuo. Se me agria el aliento sólo de pensar en su persona, de verdad. Y así y todo, también me queda un resquicio de compasión por toda la amargura, por la negra y maloliente podredumbre que debe llevar dentro y que le brota de cuando en cuando, a modo de nauseabundas erupciones. Como ésta.

domingo, 3 de julio de 2011

¡La que me he perdido!

Todavía recuerdo la frase que acompañaba la obra Y al tercer año resucitó, del gran escritor satírico Fernando Vizcaíno Casas: No se os puede dejar solos, atribuida al dictador ferrolano que durante casi cuatro décadas llevó con mano férrea los destinos de esta desgraciada nación llamada España. Supongo que la alusión al Caudillo debería ser muy del agrado de Gary Baldi, quien durante mucho tiempo fue su seguro servidor, en tanto que hoy no pasa de ser su seguro nostálgico. Y sería sin duda aplicable al padrino de la prensa nivariense, porque ¡caray!, no puede uno ausentarse ni un momento sin que el magno prócer guanchófono-sin-micrófono haga alguna de las suyas. Ya sé que Internet existe, y que está presente doquiera se mueva uno pero ¡caray! (insisto), hay momentos en que no apetece para nada estar pendiente de una máquina y de las bobadas del jefazo del periódico azul si ello implica renunciar a otros placeres, como un pescaíto frito regado de espumeante cerveza y en compañía familiar en la onubense playa de Matalascañas. Por ejemplo.

Decíamos esta misma semana que el culebrón mexicano en el que se entremezclaban emisoras de radio, Gibraltar, la esposa de Paulino Rivero y un poder de dudoda procedencia prometía nuevos y jugosos episodios. Y así ha sido. Léase si no este parrafito del sabrosísismo editorial del pasado viernes:

El tema de México no se debe tomar a la ligera. Se ha evadido dinero. Eso es un delito siempre, pero mucho más cuando el pueblo pasa hambre, porque entonces estamos ante una situación de tiranía semejante a la protagonizada por Leónidas Trujillo en la República Dominicana o Augusto Leguía en el Perú. Este es un tema en el que debe intervenir la Policía Judicial, la Fiscalía del Estado como ya pidió don Paulino Rivero y nosotros mismos. Es más: ya que este asunto se reparte entre Canarias, México y el Reino Unido (por la intervención de una persona gibraltareña), debe intervenir la Interpol y, por qué no, hasta el FBI y Scotland Yard para certificar que son falsificaciones tanto la escritura de constitución de una sociedad como el otorgamiento de un poder a un ciudadano de Gibraltar. Si realmente son falsos estos documentos, hay que premiar con un premio universal al autor de la falsificación, o descubrirlo para que le rindamos honores.

Que yo sepa. no existe ninguna prueba de que el supuesto poder y la constitución de la presunta sociedad mercantil sean auténticos, y sin embargo ahí está don erre-que-erre: repitiendo la (presunta) mentira para que acabe por convertirse en (presunta) verdad. Afirma Gary Baldi que con ello no cumple sino con su derecho a informar, pero falta a la verdad, pues si es cierto que conocía lo que dice que conocía no se explica por qué se lo ha guardado hasta que le ha estallado en la cara el asunto de las emisoras de FM. Porque justo un día después, decía el gran padrino esto mismo:

Y ya que hablamos de informar, para que nuestros lectores sepan bien quién es Paulino Rivero hoy publicamos una amplia información aparecida en un diario digital de ámbito estatal en el que se relata cómo ha sido favorecido un empresario, con el que tiene amistad personal, en la concesión de emisoras de radio y en la adjudicación de obras. En días posteriores también informaremos, con aportación de facturas, sobre lo que cuestan los viajes en helicóptero del presidente -hoy en funciones- del Gobierno de Canarias, así como el despilfarro en informes sobre la protección del derecho al honor, no en el caso que ahora está de actualidad sino en épocas anteriores. Informes que han sido encargados a despachos de abogados peninsulares porque, como dice el refrán, una cosa es predicar y otra dar trigo.

Y un día después, es decir, hoy, esto otro:

Ni chantaje, ni coacción: sólo información, pura información. Lo que queremos es que se vaya usted, don Paulino. Y eso no es un chantaje. Eso es una opinión recogida del pueblo. El pueblo quiere que renuncie y desaparezca del panorama político. Y si es posible de la vista de los canarios, mejor. Y una cosa, señor Rivero: si tal como dice un digital usted cree que informamos de lo que informamos como medida de presión tras quedarnos sin licencia en un concurso radiofónico, decimos que miente como un bellaco. Nos dejó usted sin licencia porque le hemos cantado las verdades de su ineficacia, de su ineptitud, de su despotismo y de su idiotez política (...)

Y un cuerno, señor mío: lo que usted y su periódico han hecho con el presidente del gobierno regional tiene más que ver con el sexo en Francia que con otra cosa. Todo el mundo es capaz de ver (porque no cuesta nada) los verdaderos motivos de su pataleta: no hay radio El Día, y esto resume todo. Y permítame que me ponga en la piel de Gollum y recite aquello de Cuidaaaado, mi tessssorooo, porque afirmar que el presidente de Canarias ha evadido dinero sin tener pruebas es pisar terreno muy resbaladizo y harto peligroso. Me encanta escribir en este blog, así que, por favor, no se haga usted el Hara kiri. Porque está bien cerca de ello.