lunes, 25 de julio de 2011

¡Que le corten la cabeza!

Pues sí: la tentación de convertirse en reina de corazones y exigir la decapitación de Gary Baldi por sus absurdas diatribas y soflamas cargadas de insultos y de desprecio no es algo que resulte fácil de llevar. En realidad, y en lo que a mí concierne, siempre hay dos sentimientos encontrados cuando escribo sobre tan dicharachero personaje: el cabreo que me producen sus comentarios por un lado, y la lástima que me inspira, por el otro. Sí, sí: lástima; no la propia de quien se siente moralmente superior, sino la de un ciudadano de a pie que contempla cómo un pobre anciano se rebaja hasta ponerse a la altura del betún. Y lo peor: sin darse cuenta de ello, ni apreciar hasta qué punto está rebozado en el lodo de depuradora en el que se revuelca todos los días, despidiendo sus efluvios malolientes, consumido por la rabia y envilecido hasta la médula. Inconsciente de todo, tal vez, pero no por ello menos responsable, pues no le considero un enfermo mental... aún.

Últimamente, a nuestro sagrado apóstol de la libertad le ha dado por repartir mandobles en dos direcciones. Una, hacia Tenerife en la persona de Paulino Rivero, a quien acusa de déspota y tirano, cuando antes se deshacía en elogios a su persona. Aduce como razones que el sauzalero únicamente busca su beneficio personal, que está implicado en presuntas corruptelas allende la mar oceána, y que apoya al (y se apoya en el) nefando ZP y su partido estatista y canarión, con el único deseo de perpetuarse en el poder a toda costa. Pero ya sabemos que estas ácidas críticas, pertinentes o no, surgen desde el asuntillo de las emisoras de radio en FM y por tanto se resumen en una palabra, muy canaria por cierto: perreta.

La segunda apunta hacia Gran Canaria y se materializa en el director de Canarias Ahora, Carlos Sosa, a quien insulta con reiteración desde hace varios meses, y con especial crudeza (y pésimo gusto) en los últimos treinta días, más o menos. Y todo porque su colega grancanario, como ya sabemos, le ha llevado a los tribunales por sus repetidos improperios, quedando fijada la vista oral para el próximo diciembre. Intentó sin éxito Gary Baldi escaquearse de la comparecencia, so pretexto de sus problemas de salud, algo que los fiscales no han creído, pues razonan que si el anciano mencey goza de buena salud para insultar, también la tendrá para responder de sus palabras. Pues eso significa, en esencia, la responsabilidad. Sin embargo, y cual cabra montana, continúa el recalcitrante adalid nivariense escribiendo barbaridades sobre Sosa, dejando impresa una lamentable imagen de sí por su modo de entender la homosexualidad. Así escribe Zarrapastustra hoy:
  • Para mayor desgracia de ellos mismos [aquellos que piden su enjuiciamiento por apología del golpismo], lo poco -y mal- que leen lo leen en un digital que edita un chulón capicúa y mariconsón. Una publicación poco leída, pues está muy descalificada por culpa de su director, aunque aun así sigue metiéndose a diario con las personas decentes de este Archipiélago porque el chulón no conoce la decencia. Nos dicen que por indecente lo expulsaron en su día del seminario en el que se había refugiado. No sabemos si ya entonces era capicúa o se hizo después.
  • (...) no le perdona el mariconsón al editor de EL DÍA es que lo haya sacado del armario donde ha estado escondiendo, vergonzosamente, su homosexualidad. No decimos que la homosexualidad sea vergonzosa -al contrario; es un orgullo ser gay-, sino que el chulón se avergüenza de su condición, lo cual podría ser un delito ya que supone un menoscabo para los homosexuales. En consecuencia, es al mariconsón y no a José Rodríguez a quien debería investigar el fiscal. Porque nos dicen también que el chulón arrastra su homosexualidad (...) desde sus tiempos de exseminarista. ¿Y por qué lo sacó José Rodríguez del armario? Porque su condición de subvertido es harta conocida, aunque el chulón la mantuviese oculta y disfrazada con su actitud capicúa.
No se pueden escribir líneas más despreciables desde el odio más rancio, la más casposa incomprensión, la necedad más supina, o la más deprimente arrogancia. ¡Cuánta basura, catetez y rebuzno juntos! Sí, digo bien: rebuzno, la voz propia del asno ignorante, pues ni existe el término subvertido, ni una condición puede ser harta conocida. Y, ¿pueden creerlo?, así y todo, no dejo de sentir lástima por él. Lo juro.

Pero repito: si yo fuera la Reina de Corazones, alguien que no entiende de penas ni de lástimas, mi sentencia sería...

2 comentarios:

  1. Una pena, que a día de hoy tengamos un medio de comunicación que gaste tanta tinta en desinformar, en insultar, en disparar balas al aire queriendo apuntar a objetivos concretos sin más argumento que la desfachatez retrógrada de unos pocos... Y estos son los que quieren que les sigamos a la independencia... Puede que llegue el día, que se arrepientan de haber desperdiciado una vida entera con un periodismo que pasará a la historia de Canarias como la más inmadura de nuestra existencia, y a la que muchos tachan sus editoriales como autenticas redacciones equiparables a las sarcásticas historietas de El Jueves....

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  2. Muchas veces me he preguntado: ¿y después de Gary Baldi, qué? ¿Se llevará con él sus "cositas" o habrá quien las continúe? Porque por mucha mala leche que destile (mal bicho...), por ley de vida deberían quedarle menos de dos telediarios. Es curiosidad morbosa, lo admito. Pero ahí está.

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