Pocas veces como hasta ahora había plasmado Gary Baldi su ideario al completo en un editorial. Lo publicado hoy resume con evidente claridad los postulados que constituyen la infame línea editorial del observador popular de la avenida de Buenos Aires. Destacamos los siguientes ejemplos:
- Es absurdo decir o simplemente pensar que somos españoles porque el canario destaca por su acento apenas abre la boca en la Península. Somos bien tratados y bien atendidos, como decíamos en uno de nuestros comentarios esta misma semana, pero solo por la curiosidad que despertamos entre los españoles al ver a un negrito blanco. [Obvia xenofobia]
- Que no olviden los canarios españolistas y los amantes de la españolidad que los aborígenes resistieron durante casi cien años -casi un siglo de lucha- el embate de los criminales conquistadores, a pesar de que sus armas eran rudimentarias en comparación con el acero, los caballos y la pólvora que poseían los invasores. Estaban casi indefensos en cuanto a armamento porque eran un pueblo pacífico, pero no escatimaron valor en las batallas para defender su libertad como lo demuestra ese largo período de resistencia. [Mentira. No todas las islas fueron conquistadas por la fuerza. Incluso en Tenerife hubo un bando de guerra -los que se combatieron a los castellanos- y otro de paz -los que no intervinieron- sin contar con que contingentes gomeros y guanartemes colaboraron en la conquista de Tenerife].
- Predicamos el pacifismo. El pacifismo de Gandhi, de Luther King y de tantos y tantos líderes mundiales que han destacado en la historia de la humanidad por la renuncia absoluta a la violencia ... [Otro embuste, y de los gordos. Cabe recordar los llamamientos a la sublevación popular o, los más recientes, y despreciables, para depositar a la señora de Paulino Rivero en un cubo de basura. Gandhi y Luther King no podrían sentir otra cosa que compasión].
- A muchos españolistas, españolistos, amantes de la españolidad y canarios traidores a su tierra y a su gente no les gusta que expresemos estas verdades. Por eso nos acosan. Por eso nos denuncian y nos llevan ante los tribunales. [De nuevo, Pinocho fue a pescar. Si vas a los tribunales es por insultar al prójimo y publicar falsedades].
- En esta campaña contra nuestra línea editorial participan algunos periodistas hediondos; hombres y mujeres sucios de alma y apestosos de cuerpo. Nos acusan de racistas y xenófobos. [Recadito para los colegas de profesión, siempre queridos y respetados].
- Qué infamia, cuando desde niños pedíamos para el Domund, para ayudar a los negritos y para los hermanos en Dios. Lo que no podíamos consentir era que, por falta de competencia política y por políticas absurdas, Canarias se llenase de personas foráneas no solo mediante las pateras, sino también por puertos y aeropuertos. [De nuevo, tufillo racista y xenófobo, más obvio si se recuerdan las palabras escritas en su día contra los inmigrantes de Latinoamérica y Africa, que no contra los europeos].
- Estábamos mejor, por ejemplo, con los puertos francos. Lo señalaba nuestro colaborador Pablo Zurita en su artículo del pasado jueves, publicado en EL DÍA (...) [La nostálgica pasión de siempre por lo pretérito, así como la endogamia galopante].
- Hay que volver al pasado, aunque sea temporalmente, para avanzar hacia el futuro y echar al español invasor y también a los esclavistas del presente, que son Paulino Rivero y su esposa; la aciaga pareja rumana que gobierna despóticamente estas Islas. Volver al pasado, sí; volver a lo que éramos hasta hace unos días. Hasta que llegó Paulino. [No podía faltar la mención honoris causa para quien dejó a Gary Baldi sin emisora de FM].
Claro que se echan algunos detalles más en falta, como los vivas a Franco, las succiones al Ejército, el odio recalcitrante a Gran Canaria (con perdón) y a los socialistas perversos, el peligro inminente de invasión y anexión marroquí, o alusiones más directas a esa justicia parcial que tanto les persigue por ser güenos guanches, amén de alguna majadería más, pero no se puede tener todo en esta vida. Yo creo que, como muestra, no está pero que nada mal.