martes, 10 de julio de 2012

Un gulag llamado península

El destino de Paulino Rivero está sellado: padecerá cárcel por sus numerosos y horrendos crímenes contra Gary Baldi. Pero no será aquí, en las islas, ya que existe un lugar mejor para él (y por supuesto, para su señora): la península, convertida hoy en el gulag / konzentrazionslager de la futura República Canaria. Que para eso es más grande y aquí ya nos falta sitio:

Paulino Rivero debe ser detenido por lo que ha hecho. Debe ser llevado a juicio, juzgado, condenado a prisión y encerrado en una cárcel de la Península porque su comportamiento lo hace indigno de permanecer en Canarias aunque esté entre rejas. Ni él ni su esposa pueden permanecer en Canarias porque son una pareja políticamente aborrecible.

¡Ah, si Gary Baldi fuese Kafka y se diese el gustazo de reescribir El Proceso!

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