lunes, 29 de octubre de 2012

Que no podía, que no podía viajar

Hace cosa de algunos meses, de manera alevosa y cobarde, Gary Baldi se abstuvo de comparecer en el Juzgado de Primera Instancia Número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, demandado por Carlos Sosa debido a los numerosos y reiterados insultos que el octogenario mencey le lanzaba cada vez que tenía ocasión desde su siniestro ministerio de propaganda. Se excusaba entonces nuestro gran apóstol alegando ciertos problemas de salud que, según él, le impedían desplazarse a la isla vecina.

Pues parece que su salud ha mejorado más que notablemente. Tanto el editorial de ayer como el comentario de hoy, nos ponen al corriente de las últimas andanzas de alguien cuyo estado de salud se presumía sumamente delicado y frágil:

El presidente, editor y director de EL DÍA acaba de regresar de un viaje por varios estados de Norteamérica en el que ha conocido algunos aspectos internos, y para él desconocidos, de una nación que ya había visitado en otras ocasiones. Su impresión de Estados Unidos es de envidia sana. José Rodríguez comprende los motivos que tienen los norteamericanos para sentirse orgullosos [Editorial del 28/10/2012]

La diferencia salta a la vista cuando nos comparamos con las naciones avanzadas. Es lo que le ha sucedido, como decíamos en nuestro editorial de ayer, al presidente, editor y director del Grupo de Comunicación de EL DÍA en un viaje a Estados Unidos que acaba de concluir. Contrasta la visión de un país en el que, pese a las dificultades, la gente vive bien y hay orden. [Comentario del 29/10/2012]

Desde esta bitácora, nos alegramos de la mejoría experimentada por el caudillo, perdón, mencey nivariense, toda vez que, un suponer, ya no habrá impedimentos para cubrir la distancia que nos separa de Las Palmas. De otro modo, podríamos llegar a pensar que es un caradura mentiroso, pero por nuestra afable naturaleza y modo de ser, somos incapaces de concebir tamaña barbaridad.


sábado, 20 de octubre de 2012

Para mí, siempre Gary Baldi

El insigne patriota, mencey periodístico de las islas, dueño, jefazo y señor del observador popular  de la tinerfeña avenida de Buenos Aires, ha sufrido un nuevo varapalo judicial. La Audiencia Provincial de Tenerife ha revocado la sentencia en su momento dictada por el juez Álvaro Gaspar Pardo de Andrade, en virtud de la cual el periodista Carlos Sosa, director del periódico digital Canarias Ahora, debía cesar en su insistencia de referirse al arriba mentado como Don Pepito. Es cierto que el periodista grancanario ha desobedecido esta sentencia en varias ocasiones desde el pasado mes de marzo hasta ahora, pero el caso es que los jueces han recobrado el juicio, el mismo que Don Pepito ha perdido, aunque en su momento sacara pecho (con la boca pequeña, eso sí), por su momentánea victoria. Así que a partir de ahora, quien lo desee puede referirse a él con este cariñoso apelativo sin miedo a que le metan un puro judicial.

El llanto amargo no se ha hecho esperar a este lado de la frontera interprovincial:

(...) nos preguntamos si a partir de ahora nos seguirán procesando a nosotros por emplear expresiones, siempre dentro de nuestros artículos de opinión -y por lo tanto exclusivamente relacionados con la crítica periodística- tales como chulón, barragana, perfumado, tiñoso, bembón, jubileta, bobona, etcétera. De lo contrario, estaríamos en la difícil situación de pensar que la Justicia -en la que reiteramos nuestra absoluta confianza- se ha quitado la venda de los ojos para ver a quién juzga antes de dictar sus sentencias.  (...) Prueba de que la sentencia supone una patente de corso para que este mendaz individuo prosiga con sus reiteradas faltas de respeto lo tenemos en la publicación digital de la que es director y propietario. Ayer se mofaba ampliamente en ella de José Rodríguez. ¿No es esto perseguible judicialmente, incluso de oficio? ¿Podemos nosotros llamar Don Juanito al Jefe del Estado, no solo una vez sino tantas como 6.600 veces como mínimo, sin que nos suceda nada?

Saboreando la victoria, y empeñado en dar una lección al octogenario patriota nivariense, Carlos Sosa publica en su periódico una serie de vídeos que resumen lo más destacado de aquella sesión judicial. Por ejemplo, aquí pueden ver como el gran mencey se autoproclama como autor intelectual de sus comentarios y editoriales. Aquí matiza sus ácidos y reiterados ataque s jueces y magistrados que le quitan la razón, acusándoles de prevaricadores. Aquí (pieza hilarante donde las haya) manifiesta ser director de periódico desde su nacimiento. Y aquí, aquí y aquí su fiel y orondo escudero Andrés Chaves hace pública contrición por haberse referido a su actual jefe con tan irrespetuosos modos.

Es verdad que el apelativo (o nombrete, como el perjudicado llega a decir en alguna ocasión) es el Top de los calificativos usados contra él, sobre todo en el ámbito periodístico. En la blogosfera hay un poco más de diversidad. Así, en el más que recomendable espacio de Canarias Bruta le conocen y citan habitualmente como El Yayo, cariñosísimo apelativo dado a los mayores.

Por mi parte, aun sintiéndome amparado por el revés judicial dado al ilustre editorialista, patrono de la causa libertaria de nuestro africano archipiélago por la gracia de Achamán, sigo en mis trece. Porque acaso don José Esteban sea en el fondo (muy en el fondo) un romántico, como lo fue Giuseppe Garibaldi, quien luchó con lo que tenía para lograr la unidad y libertad de su patria, aunque todo cambiase para después seguir igual, como bien dijo Lampedusa por boca del Príncipe de Salina. Y precisamente porque creo que nada cambiaría de lograrse su esperpéntica hoja de ruta, y porque le veo como una simple caricatura del aventurero italiano, inspirándome en el personaje creado por Les Luthiers en su sketch El asesino misterioso, digo aquí y ahora que seguirá siendo Gary Baldi en estas páginas. Forever.

martes, 16 de octubre de 2012

Europeos, africanos, retintos... ¿o viceversa?

El diario azul ha marcado un hito imborrable en su editorial de hoy (imborrable es, porque ya ha salido a la calle negro sobre blanco), llamando abiertamente a la africanización del pueblo canario. Si el ministro Wert se descolgaba el otro día con lo de "españolizar", Gary Baldi no ha querido ser menos y se ha propuesto despertar la aletargada, pero genuina, conciencia de nuestros ciudadanos: quiere "africanizarnos". Lean:

Te lo repetimos, canario: tú no eres español ni europeo; ni siquiera un europeo ultraperiférico. Tú eres un isleño de tu propia tierra. Eres un indígena colonizado con la piel blanca, pero indígena por encima de todo. Un súbdito de un país que está en otro continente y cuyos gobernantes deciden por ti nada menos que a 2.000 kilómetros de distancia. ¿Solo por esta circunstancia te das cuenta del disparate que supone que estas Islas continúen siendo una colonia española? Canario: no eres europeo; ERES AFRICANO. Le damos un premio a quien nos demuestre que no somos africanos sino europeos. De color blanco, pero africanos, aunque en Canarias también hay algunos morenazos retintos.

Queda a la libre interpretación del lector cualquier hipótesis sobre la orientación sexual del autor de este texto. El énfasis en mayúsculas ha sido, debo aclarar, un añadido mío. Simplemente lo subrayo para contrastar este párrafo con este otro, escrito hace algunos años en el mismo periódico, a propósito del antaño diputado de Coalición Canaria José Carlos Mauricio:

SIEMPRE NOS HEMOS considerado europeos los canarios, por razones obvias; se trata de una convicción total, nunca puesta en duda más que por minorías, y ahora viene el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno canario, José Carlos Mauricio, a pregonar ante la prensa y las autoridades mauritanas que somos África. No se puede ser más negativo. (...) Pero, ¿qué pretende este hombre?: ¿que dejemos de ser una región más de Europa y vivamos en el desierto? (...) Con estas declaraciones está diciendo que son bienvenidos los cayucos, los subsaharianos, la miseria... y que compartimos lo que tenemos con millones de africanos. ¿Qué sería él en ese caso, administrador de esa miseria? (...) Mauricio, al declararnos africanos a todos los canarios, se ha dejado llevar por una percepción que es más propia de su provincia, Las Palmas, donde mucha gente no considera a los berberiscos tan extraños étnicamente (explicaciones históricas no faltan), y no ha respetado los sentimientos de tinerfeños, palmeros, gomeros y herreños, que están a años luz de esas ideas. ¿Aspirará él a convertirse en un reyezuelo africano o, tal vez, lo veremos como gran capo del negocio de la venta de pateras?

Una convicción total, dice... ¡Hay que ver cuán rápido se dejan atrás los años luz en El Día! Osea, que Africa ya no representa el desierto, las pateras o la miseria, ni el sentimiento africanista, antaño repudiado por canarión, es ya privativo del "Magreb occidental", como algunos llaman a nuestras islas orientales. Si semejante bandazo obedece a una más que respetable rectificación, justo sería reconocer hoy que Mauricio era entonces un gran patriota, pero no:

Nombres como los de Secundino Delgado, Antonio Cubillo, Manuel Díaz, José Luis Concepción, Jorge Dorta, Hilario Rodríguez y tantos más son dignos de figurar por derecho propio en la historia de Canarias

A menos, claro, que esté incluido en los "tantos más". Después de todo, y por muy africano que fuese, es canarión. Pues nada, gente, ya saben: A-fri-ca-nos o, mejor aún: ¡mo-re-na-zos!

lunes, 8 de octubre de 2012

Contraste económico

Entre la colección de mantras del diario más dicharachero de la avenida de Buenos Aíres, destaca en particular el que reza algo así como: España roba nuestros recursos, imprescindible para poder justificar éste otro: sin España viviríamos como reyes. No sé ustedes, pero yo hace tiempo que adquirí la, según creo, saludable costumbre de no creer a pies juntillas lo que dice un solo medio de comunicación (y si es EL DÍA, ni te cuento). Y mira por dónde, hoy se puede contrastar lo que, sobre riquezas y dineros, dicen dos medios: el de siempre, por boca de no se sabe quién, y el Diario de Avisos, por boca de su colaborador Francisco Pomares (por cierto, una más entre las bestias negras de Gary Baldi). Ahí va el primero:

Si Canarias fuese una nación soberana no tendría necesidad de pedir un rescate a España. Si nuestros recursos se quedaran aquí en vez de ir a las arcas de la Hacienda española, tendríamos suficiente dinero para pagar nuestras facturas. Como bien ha señalado José Luis Concepción, líder del Movimiento Patriótico Canario, en el año 2011 España obtuvo de Canarias un beneficio de 465 millones de euros mediante el IRPF, teniendo en cuenta que en las Islas había en ese momento 300.000 parados por culpa del colonialismo y de Paulino Rivero, político necio que nos ha llevado a la ruina. De acuerdo con estos datos, cabe suponer que en 2007, cuando no había comenzado la crisis, los beneficios obtenidos por los españoles de su "finca canaria" fueron superiores a los 1.500 millones de euros. Lo mismo sucede con la recaudación de otros impuestos, pese a que un tercio de éstos no son declarados en las Islas sino en los lugares donde tienen su sede social las empresas que comercian con Canarias o prestan servicios en el Archipiélago. A partir de estos datos, solo con una estimación moderada cabe suponer que el Gobierno español se lleva unos 6.000 millones de euros anuales de Canarias. Frente a esta cantidad, el rescate de 756 millones de euros solicitado por el Gobierno políticamente inepto del políticamente estúpido Paulino Rivero no es sino una migaja.

Y aquí, el segundo:

Con Canarias instalada en la peor recesión que se recuerde, con los datos económicos y sociales de las islas por debajo de todas las regiones españolas, con Canarias solicitando ser rescatada, después de ingresar en la Tesorería del Estado menos de la mitad de lo que le viene de vuelta (el 40% frente al 86% de lo que paga y recibe per capita cada españolito de a pie en 2011), este discurso de “o más nacionalismo o más nacionalismo” suena como el estribillo de una de esas canciones que cantan los soldados o los estudiantes cuando están borrachos. (...) La nuestra no es por desgracia -como ocurre con Cataluña o con Balerares- una región que aporte más dinero del que recibe. Recibimos del Tesoro Público más del doble de lo que aportamos, y aún así la media es menor de lo que recibe cada ciudadano español. ¿Y saben por qué? No porque nuestra economía regional sea el 40% de la media española, como indica nuestra paupérrima recaudación. Más bien porque aquí hay más economía sumergida, más fraude, más subempleo y más enriquecimiento camuflado que en ningún otro sitio.

Que cada cual se quede con el análisis que más le guste. Yo lo tengo claro, claro, claro.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Una sonora bofetada

Así escribían ayer en la avenida de Buenos Aires (lo de buenos es un decir), en relación a la entrevista a Paulino Rivero publicada en el Diario de Avisos y realizada por su director, José David Santos:

(...) nuestra indignación se acrecienta cuando vemos a este estúpido político dictarle a un periodista chupatintas una sarta de falsas acusaciones contra EL DÍA. Acusaciones a las que en este caso da pie el propio chupatintas que realizó la entrevista, al preguntarle por los "insultos" que diariamente le dedicamos desde estas páginas. ¿Quién coño es este niñato para decir que insultamos a un sátrapa político? EL DÍA no insulta sino critica, pues la crítica política, incluso la mordaz, es consustancial con el ejercicio de la democracia. Oye, niñito: vas a pasar por el juzgado. Tanto tú, como tu periódico; para que no te pases calumniando. ¿Quién sos tú para meterte con EL DÍA, tonto de atrás? ¿Es que no te alcanza la categoría de director para saber cómo se debe escribir una entrevista? ¿Tan mal está tu empresa que tienes que rebajarte a entrevistar al dictado al causante de las grandes calamidades que sufre Canarias? Mejor le hubieras encargado la entrevista a uno de tus redactores; te habrías ahorrado ir al juzgado.

Y así responde hoy el insultado (que no criticado):

En el periódico El Día trabajan personas que a lo largo de los años han compartido conmigo muchas cosas, algunas de más importancia de la que ellos mismos pueden creer. En la avenida de Buenos Aires hacen lo mejor posible su labor grandes profesionales, alguno estudió conmigo; otros me ayudaron muchísimo en mis primeros pasos en esta profesión cuando me tocó enfrentarme a asuntos de los que poco sabía; los hay que contribuyeron para que a mi vida personal aterrizara mi santa (jamás le podré devolver ese favor); existen en esa casa personas que me conocen antes de que ni siquiera empezara a estudiar Periodismo y que me han tratado (y apoyado) desde que era un niño; hay otros de los que aprendí muchísimo y que también me dieron una oportunidad que, azares del destino posteriores, desembocó en la dirección de este periódico; he paseado por varias plantas de su redacción; he sido invitado a los despachos más importantes e, incluso, me han estrechado la mano con afecto; he compartido confidencias de lo bueno (que es mucho) y lo malo (menos, creo) que sucede entre sus muros, cosas que nunca revelaré porque hablábamos entre compañeros; recuerdo con cariño alguna entrevista (por otra faceta de mi vida) que me hicieron en su momento. En definitiva, tengo en el pasado y presente de ese periódico vinculaciones vitales que supongo desconoce quien en la edición de ayer trató de humillarme públicamente. Por eso, ahora, cuando el cuerpo pide responder, solo puedo reiterar mis gracias a El Día por todo lo que me ha dado.

Aplaudo la elegancia y el buen corazón. De lo otro no hace falta decir nada, pues se califica por sí solo. Sobra decir más.