- (...) la encuesta-barómetro sobre los sentimientos canarios (o españoles) que ha publicado un periódico de Las Palmas. Según este sondeo, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (el CIS, un organismo español radicado en Madrid y, en consecuencia, al servicio de los intereses coloniales de la Metrópoli), el 49,9% de la población de este Archipiélago se siente muy orgullosa de ser española y el 35,9% bastante orgullosa. Simultáneamente, el 79,9% de los canarios se sienten muy orgullosos de serlo y el 15,9% bastante orgullosa. No ponemos en duda los datos obtenidos por el CIS, pese a su marcada dependencia de España, pero estamos convencidos de que no reflejan la realidad. Basta salir a la calle, oír lo que se dice por las esquinas e incluso asistir a los mítines de los falsos nacionalistas de CC -los nacionalistas auténticos son los que piden la independencia de su tierra- para comprobar que la juventud canaria detesta lo español.
En román paladino, lo que hacen los señores de El Día es descalificar gratuitamente al CIS por el solo hecho de ser un organismo público radicado en Madrid para, acto seguido, afirmar desvergonzadamente que no dudan de sus datos. O sea: tirar la piedra (el belillo) y esconder la mano. Y más adelante, proponen un singular ejercicio demoscópico: salir a la calle y oír lo que dice la gente (en las esquinas, ojo). Ciencia y método absolutamente intachables. Segundo punto: los militares (siempre respetados, eso sí), a los terrenos baldíos:
- (...) esos terrenos que quiere ocupar el Ejército español son fértiles para la agricultura. ¿Por qué no se quedan en Las Palmas, que es donde está la base naval? Como no queremos ser extremistas y admiramos al Ejército (...), decimos que sí, que amplíen sus instalaciones en Tenerife (...), pero en terrenos baldíos (...), como corresponde a unas Fuerzas Armadas modernas (...). Además, las armas y las tropas destacadas en Canarias por el Ejército español no van a servirnos de protección por su debilidad, ya que no han sido modernamente equipadas, ante ningún ejército (...), que nos esté acechando (...).
Estoy de acuerdo en el uso racional del suelo y en la adecuada ordenación del territorio. Ahora bien, me pregunto cuál habría sido la postura de nuestro azulísimo periódico si, en vez de instalaciones militares (por cierto ¿es o no moderno el ejército en Canarias?), los terrenos fértiles para la agricultura (un sector que apenas abastece al mercado propio) hubiesen sido designados para cualquier infraestructura de postín. ¡Ay, fertilidad, cuán pronto habrías sido violada hasta las orejas, en beneficio de Tenerife! Y pobre del que osara discutirlo. ¿Que no? Tercer punto: tiro al ecologista por denunciar el proyecto de tren del sur (de Tenerife, claro):
- ¿Qué les pasa a nuestros nacionalistas españolistas? ¿Por qué se acobardan ante unos falsos ecologistas? Subrayamos lo de falsos ecologistas, como hemos dicho en muchas ocasiones, porque a los auténticos los respetamos. ¿Qué coj... pasa en Tenerife que no hay clorocos para plantarle cara a cuatro señores que no representan a nadie y que, pese a ello, quieren impedir el desarrollo de esta Isla?
El colectivo Ben Magec (osea, los falsos ecologistas) asegura que el trazado del tren es ilegal y que el Cabildo Insular de Tenerife carece de competencias para acometer un proyecto semejante. Y para defender estas posturas acuden a los tribunales de justicia (por la vía del contencioso administrativo), como es norma en cualquier país civilizado. ¿Argumenta José Rodríguez por qué, a su juicio, los ecologistas se equivocan? No. Simplemente les insulta y descalifica, soltando espumarajos por la boca (en forma de insinuaciones de lenguaje grosero), tal cual haría un perro rabioso. ¿Se le ha ocurrido al señor Rodríguez pensar que tal vez estas personas, además de a sí mismas, representan a todos aquellos que no están de acuerdo en que Canarias en general (y Tenerife en particular) sean el coto privado de los dueños de la concretera, la grúa y la apisonadora? Tonto no es: ¡desde luego que lo sabe! Pero obedece la orden de Zancho: ¡Mátalo!
El cuarto y el quinto punto tienen que ver con los estudios de TVE en Canarias (con la sombra del Sanedrín de Vegueta planeando cual oscuro buitre), y con el escáner para el puerto de Santa Cruz, algo que según el Gran Denunciador, debería haber sido exigido en Madrid a golpe de puñetazo sobre la mesa. No me molestaré en comentarlos, por no aburrir. Saltemos a la conclusión, mucho más jugosa: La Independencia como maná del futuro, aderezada con uno de esos ejemplos de los que tanto gusta nuestro maestro de Geografía:
- Que nadie lo dude. La solución a estos problemas está en la independencia. La solución y el futuro de Canarias está en conseguir su soberanía nacional. Hay que pararles las patas al PP y al PSOE canariones y también a los nacionalistas tinerfeños que se han entregado a los canariones. Cuando llegue la independencia, estamos seguros de que, por el amor que le profesan a España los canariones debido a la prebendas que reciben de España, a Canaria le ocurrirá como le ocurrió a la isla Mayotte -que no es la mayor- en el archipiélago de las Comoras: siguió unida a Francia después de la independencia, mientras las otras constituyen una nación importante en los foros internacionales que progresan muchísimo.
Una simple consulta a la Wikipedia, ese gran tesoro (entre otros muchos) que alberga la red de redes, nos revela que, en efecto, la isla Mayotte sigue vinculada a la metrópoli francesa. Las otras tres islas (un archipiélago volcánico, como Canarias) conforman una nación independiente (Comoras o Comores) ubicada entre Madagascar y Mozambique que se encuentra entre los países más pobres del mundo, dependiente por completo de la agricultura de subsistencia (que ocupa al 80% de la población), sin infraestructuras dignas de ese nombre, un nivel educativo bajo mínimos y un desempleo galopante, agravados por el crecimiento descontrolado de su población. Pues eso: naciones importantes que progresan muchísimo. En una palabra: Mentira. Y una verdad incontestable: los de Mayotte fueron, de todo punto, mucho más listos. Así que, si llega a cumplirse el delirio del señor Rodríguez, este menda se iría a vivir a Gran Canaria, con la certidumbre de eludir el hambre y el subdesarrollo.
Así que ya ven, señores: ladridos, espumarajos y dentelladas por doquier. Y el objetivo ineludible e ineluctable de matar a todo aquel que Zancho señale con el dedo o con su voz quebrada, en los estertores de su propia muerte, lo mismo da.
Sólo me pregunto: ¿quién es Zancho?
(P.D.: Hay quien piensa de modo muy similar al de este humilde autor):