Ayer, fuerzas de seguridad y soldados marroquíes irrumpieron por la fuerza en un campamento saharaui instalado en El Aaiún en una operación de desalojo a gran escala., y no hay que descartar, conociendo al implicado, la posibilidad de una auténtica matanza. De momento es muy difícil conocer el balance de víctimas que han resultado de esta agresión, una más, guiada por la mano fascista y cobarde de las autoridades del reino alauita. De hecho, es posible que jamás se sepa con exactitud, dada la opacidad de nuestros vecinos en todo cuanto atañe a lo que ellos, eufemísticamente, llaman Provincias del sur. Y también quedará este infausto incidente como un borrón, también uno más, en la conciencia de las autoridades españolas que abandonaron a los saharauis a su suerte en manos de los verdugos marroquíes hace tres décadas y media.
Permítame el lector que recuerde algunas palabras de los editoriales y comentarios de El Día a lo largo de los últimos meses:
Permítaseme emplear una expresión muy canaria para calificar algo así: hediondo. Que es buen castellano, y designa a aquello que huele mal, que apesta, que hiede. Pero también a aquello que resulta sucio, repugnante y obsceno, tal y como nos recuerda la RAE. Es justamente lo que me provoca leer (o mejor dicho, no leer) las obscenas estupideces de este repugnante diario. No dudo que, antes de reconocer la metedura de pata, persistirán en sus obscenas mentiras, o tal vez emplearán lo ocurrido para meter más miedo al moro. Porque de gentuza así es lo único que cabe esperar.
Como bien diría don Francisco de Quevedo: ¡¡habría que ventosearles en la cara!!
Permítame el lector que recuerde algunas palabras de los editoriales y comentarios de El Día a lo largo de los últimos meses:
- (...) el Gobierno de Rabat declarará que incorpora Canarias a su Administración política. En pocas palabras, de la noche a la mañana pasaremos a ser una provincia marroquí. Quizás, si tenemos suerte, con una amplia autonomía, pero provincia marroquí con todas las de la ley. [21 de junio]
- Un desastre sería, en efecto, que dejemos de ser una colonia de España para convertirnos en una provincia marroquí. No porque Marruecos sea peor como país que España. En muchos aspectos lo consideramos más digno, entre otros motivos porque no tiene a sus espaldas un pasado de genocidios (...) y porque su Gobierno defiende los intereses de sus súbditos, cosa que no hacen los políticos españoles, más pendientes siempre de sus bolsillos [8 de agosto].
- Con este escenario internacional, (...), seríamos una provincia marroquí de la noche a la mañana. Tendríamos toda la autonomía del mundo porque el Gobierno marroquí sería mucho más generoso con nosotros que el rapiñador Ejecutivo español (...). [20 de septiembre].
- El Sahara será autónomo, pero jamás será un país libre como quieren sus habitantes. Lo mismo ocurrirá con Canarias cuando Marruecos nos anexione. Tendremos mucha más autonomía de la que actualmente disfrutamos, pero no seremos una nación. [26 de septiembre].
- YA no sabemos, si esta situación de dependencia colonial española se prolonga, qué sería mejor: seguir siendo perros rampantes lamiendo la corona española o súbditos marroquíes con autonomía total al formar parte de Marruecos como una de sus provincias. [31 de octubre].
Permítaseme emplear una expresión muy canaria para calificar algo así: hediondo. Que es buen castellano, y designa a aquello que huele mal, que apesta, que hiede. Pero también a aquello que resulta sucio, repugnante y obsceno, tal y como nos recuerda la RAE. Es justamente lo que me provoca leer (o mejor dicho, no leer) las obscenas estupideces de este repugnante diario. No dudo que, antes de reconocer la metedura de pata, persistirán en sus obscenas mentiras, o tal vez emplearán lo ocurrido para meter más miedo al moro. Porque de gentuza así es lo único que cabe esperar.
Como bien diría don Francisco de Quevedo: ¡¡habría que ventosearles en la cara!!
Probablemente don José y sus secuaces no tendrán argumentos morales para defender la intervención marroquí, ese país que nos daría la autonomía deseada. No hay justificación para la actuación militar en El Aaiún, y sería un suicidio periodístico buscar una razón convincente.
ResponderEliminarSólo en un aspecto habría que darle el beneplácito al heredero de don Leoncio: los políticos de la metrópolis no han estado a la altura condenando esta masacre. Las representantes de las dos fuerzas mayoritarias españolas han hablado del tema con una tibieza insultante, tanto la Ministra de Exteriores, la señora Jiménez, como la Secretaria General popular, la también señora Cospedal.
He opinado.
Muchas gracias por el comentario. Estoy completamente de acuerdo contigo, en especial lo referente a los políticos españoles: otro manchón más (y van...)
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