Ya no podemos seguir actuando con la delicadeza que siempre nos ha
caracterizado al hablar de Paulino Rivero, la goda política que lo
acompaña y todos sus secuaces políticos. Ante la gravedad que ha
alcanzado la situación en estas Islas, no tenemos más remedio que pedir
la desaparición física de Rivero y sus compinches. Una desaparición
urgente porque este hombre no puede quedarse en El Sauzal, ni siquiera
en sus proximidades, después de lo que ha hecho.
Al menos, el capo de la familia Corleone era más sutil, ya saben: le haré una oferta que no podrá rechazar, y cosas así... Lo de la delicadeza, para enmarcar.
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