Dentro del repertorio de matraquillas con las que nuestro gran timador, perdón, timonel, nos obsequia a diario, hay una relativamente poco frecuente que, de un tiempo hasta ahora se ha convertido en tema estrella: los dineros que la presidencia del gobierno paga a ciertos periódicos, lo que el magno prócer considera injusto. Lean la diatriba de hoy:
Es una inmoralidad política, además de arrastrar una gran estela de
suciedad, el hecho de que el Gobierno regional dedique cuantiosas sumas
de dinero a subvencionar a dos periódicos cuando hay tantas necesidades
que atender en estas Islas. Es una inmoralidad sospechosa de dar mal
olor porque no se sabe exactamente qué intereses hay detrás. Esas
subvenciones, ¿por qué? ¿A cuenta de qué? ¿Con qué derechos? ¿En qué
país serio se actúa de esa forma? Hablamos de un periódico de Tenerife y
de otro de Las Palmas. Ambos entrevistan con frecuencia al presidente
del Gobierno, al igual que lo hace un digital, asimismo canarión, que
antes arremetía contra él todos los días pero ahora lo ensalza
babosamente con expresiones tales como "la figura presidencial y la
capacidad de Rivero para cautivar a sus auditorios allí donde va". Quién
lo ha visto y quién lo ve.
Estamos hablando, en el caso del periódico de Tenerife, de una
subvención directa y declarada en el Boletín Oficial de Canarias. Hay
otras subvenciones indirectas que se realizan a través de una productora
de televisión en las que participan ambos periódicos; el tinerfeño y el
canarión. Es decir, EL DÍA, el mejor periódico de Canarias, lucha en
solitario y sin ayudas por la independencia de su tierra y pide lo mejor
para su gente. Pide moralidad y patriotismo sin recibir el menor apoyo
desde un Gobierno regional sustentado por un partido supuestamente
nacionalista. Al contrario: desde ese Gobierno se arremete contra esta
Casa de forma interesada, vergonzosa e incalificable. A nosotros no se
nos ayuda como se hace, repetimos, directa e indirectamente con los
otros; a nosotros se nos persigue y se nos condena.
Me gustaría saber, abuelo, si tu pico de oro graznaría tanto si la pasta fuese para ti. ¿Te acordarías entonces de las necesidades ajenas? Apuesto a que no. ¿Ya no recuerdas los tiempos felices, cuando tu observador popular era el órgano oficioso, la voz encubierta de ATI primero y Coalición Canaria después? Entonces no había problema en ponerle la coronita de laurel al presidente de turno, ¿verdad? Sólo que, a diferencia del auriga romano, tú no te molestabas en recordar aquello de "sólo eres un hombre". ¿Para quién eran entonces los dineritos, a ver? Sigues siendo un caradura: no te abre las entrañas que una teta alimente a otros, que es lo que deberías denunciar, so hipócrita. Lo que de verdad te carcome es que una vez la tuviste tú. Y ahora la disfrutan otros. En algo sí estoy de acuerdo contigo esta vez: quién lo ha visto y quién lo ve.
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