El comentario de ayer fue en verdad jugoso, como una buena gallina en (nunca mejor dicho) pepitoria, como esa que tan bien preparan en Casa Ciriaco, en la madrileña Calle Mayor. Al ejercicio de dudosa salud mental protagonizado por las insignes plumas del diario azul hay que añadir un desvarío que no por menos extenso debe dejar de mencionarse. Lean:
Esto [el posible e inmediato reconocimiento internacional de Sudán del sur como país independiente tras referéndum] es lo mismo que ocurrirá con Canarias cuando alcancemos nuestra independencia, aunque en Canarias no tiene por qué haber votación. El caso de nuestras Islas es distinto porque nunca hemos sido parte de España, pues somos un territorio que España, una nación situada muy lejos y en otro continente, colonizó hace casi seis siglos. Además, todavía persiste el miedo y el engaño entre la población canaria, por lo que en caso de celebrarse un referéndum es posible que el cien por cien de los ciudadanos se pronuncie a favor de seguir unidos a la Metrópoli. Pero por miedo o por narcosis, lo repetimos, no por convicción, ya que ni un solo canario auténtico piensa que es español. No obstante, conseguir la independencia de Canarias es una cuestión de dignidad, de devolución de lo que fue arrebatado y de impedir que sigan los delincuentes robando el producto del trabajo de los canarios.
Sorprendente. Sudán es un país que durante mucho tiempo, casi desde el mismo momento de su independencia en 1955, ha estado sumergido de lleno en una guerra civil tras otra, a cada cual más cruel y sanguinaria, y donde la tradición democrática ha brillado por su ausencia. Pues hete aquí que los sur-sudaneses pueden votar tranquilamente, sin miedo ni narcosis, pero los canarios, que en las últimas décadas hemos vivido muy en paz, no podemos. Aquí la solución independentista (¡jarl!) ha de aceptarse por narices, sin que medie la libre expresión de la voluntad de estas gentes (¿comórl?), eso que conocemos como democracia, sólo porque a este fiiiiiistro y a sus adláteres les da la real gana. ¿Te da cuén?
Los nacionalsocialistas se valieron en 1933 de la democracia misma para, acto seguido, liquidarla sin miramientos. Esto va más allá, incluso, del fascismo histórico, pero antes que llorar por esta Pepitada, prefiero reírme. No es peor, en absoluto, para mi salud.
¡Nooorl!
Esto [el posible e inmediato reconocimiento internacional de Sudán del sur como país independiente tras referéndum] es lo mismo que ocurrirá con Canarias cuando alcancemos nuestra independencia, aunque en Canarias no tiene por qué haber votación. El caso de nuestras Islas es distinto porque nunca hemos sido parte de España, pues somos un territorio que España, una nación situada muy lejos y en otro continente, colonizó hace casi seis siglos. Además, todavía persiste el miedo y el engaño entre la población canaria, por lo que en caso de celebrarse un referéndum es posible que el cien por cien de los ciudadanos se pronuncie a favor de seguir unidos a la Metrópoli. Pero por miedo o por narcosis, lo repetimos, no por convicción, ya que ni un solo canario auténtico piensa que es español. No obstante, conseguir la independencia de Canarias es una cuestión de dignidad, de devolución de lo que fue arrebatado y de impedir que sigan los delincuentes robando el producto del trabajo de los canarios.
Sorprendente. Sudán es un país que durante mucho tiempo, casi desde el mismo momento de su independencia en 1955, ha estado sumergido de lleno en una guerra civil tras otra, a cada cual más cruel y sanguinaria, y donde la tradición democrática ha brillado por su ausencia. Pues hete aquí que los sur-sudaneses pueden votar tranquilamente, sin miedo ni narcosis, pero los canarios, que en las últimas décadas hemos vivido muy en paz, no podemos. Aquí la solución independentista (¡jarl!) ha de aceptarse por narices, sin que medie la libre expresión de la voluntad de estas gentes (¿comórl?), eso que conocemos como democracia, sólo porque a este fiiiiiistro y a sus adláteres les da la real gana. ¿Te da cuén?
Los nacionalsocialistas se valieron en 1933 de la democracia misma para, acto seguido, liquidarla sin miramientos. Esto va más allá, incluso, del fascismo histórico, pero antes que llorar por esta Pepitada, prefiero reírme. No es peor, en absoluto, para mi salud.
¡Nooorl!
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