Suenan los truenos en la avenida de Buenos Aires cuando alguien, sea quien sea, se atreve a meterse con Gary Baldi. En el pasado fueron Domingo Garí, Francisco Pomares, Alfonso González o Eugenio Fernández quienes regalaron los oídos del padrino de la prensa nivariense con los epítetos que éste ha ido sembrando con su cateta contumacia a golpe de editoriales y comentarios. A Carlos Sosa, más recientemente, le ha bastado con referirse socarronamente al Páter Canariarum como Don Pepito, sin más añadidos. Ante ello, el Pontifex maximus ha optado por recurrir a los tribunales, los cuales hasta ahora le han dado casi siempre la espalda, negándole la razón. Argumenta en su descargo el sufrido mártir que sólo ejerce la crítica política, sin entrar jamás en cuestiones personales, cosa que otros sí hacen contra él. Pero eso no es del todo cierto, no ya porque sus "críticas" exceden lo meramente político, sino porque, en efecto, traspasa ampliamente la frontera de lo personal, como hizo con Leopoldo Fernández, antiguo director del Diario de Avisos, por poner sólo un ejemplo.
El último episodio de su permanente status belli, surgido del caso de las emisoras de FM, tiene a Paulino Rivero como diana principal, al considerarle responsable directo de lo sucedido. Hoy hemos conocido a algunos blancos secundarios:
Una prueba de cuanto decimos es la toma de posesión, en Madrid, como miembro del Congreso de los Diputados de Fernando Ríos. ¿Y quién es Fernando Ríos? Un inútil; un inepto que, presidiendo una mesa de contratación de las emisoras de radio, ha enredado a Paulino Rivero con su propio consentimiento. Hemos visto una foto publicada en un periódico de Las Palmas con motivo de este nombramiento. Instantánea que recoge también la presencia de la quícara Oramas y del "otro"; el que nunca citamos porque es aun menos que una nulidad política: Alfredo Belda. Tres inútiles, en definitiva, que cobran un generoso sueldo con cargo a los bolsillos de los que pasan hambre. Esto requiere que vuelva la guillotina.
Pero que no piense Paulino Rivero que se queda sin rancho:
(...) ¿sabe el Parlamento, como representación que es del pueblo, que el pueblo no puede tener por presidente a un hombre o mujer bajo sospecha? ¿No cree ese mismo Parlamento que debe investigar a fondo y exhaustivamente los hechos denunciados y, mientras, dejar en suspenso la elección? ¿Sabe el pueblo que el causante de sus desgracias, penurias, miserias, paro, juventud sin porvenir, carencias de todas clases, Apocalipsis y... a punto también la peste -y no lo tomemos a tremendismo- es Paulino Rivero, que encima tiene la osadía de querer repetir? ¿Sabe el Parlamento que Paulino Rivero no debe ser aspirante por esas razones de tipo técnico, además de porque es déspota, inepto y ha perdido las elecciones? ¿Sabe el pueblo tinerfeño que Paulino Rivero por su egoísmo político se ha aliado con el PSOE que también perdió las elecciones para entregar el poder a Las Palmas del propio Gobierno regional, en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz?
Si en el pasado, a Gary Baldi le cayeron encima sentencias condenatorias en forma de multas y sanciones, este humilde bloguero cree que mañana podría ser peor pues, insultos aparte, está cruzando el Rubicón de la duda razonable sobre el presidente en funciones del gobierno canario, lo que podría suponer el fin de su periódico y, de paso, el suyo propio. Medios hay para ello.
El último episodio de su permanente status belli, surgido del caso de las emisoras de FM, tiene a Paulino Rivero como diana principal, al considerarle responsable directo de lo sucedido. Hoy hemos conocido a algunos blancos secundarios:
Una prueba de cuanto decimos es la toma de posesión, en Madrid, como miembro del Congreso de los Diputados de Fernando Ríos. ¿Y quién es Fernando Ríos? Un inútil; un inepto que, presidiendo una mesa de contratación de las emisoras de radio, ha enredado a Paulino Rivero con su propio consentimiento. Hemos visto una foto publicada en un periódico de Las Palmas con motivo de este nombramiento. Instantánea que recoge también la presencia de la quícara Oramas y del "otro"; el que nunca citamos porque es aun menos que una nulidad política: Alfredo Belda. Tres inútiles, en definitiva, que cobran un generoso sueldo con cargo a los bolsillos de los que pasan hambre. Esto requiere que vuelva la guillotina.
Pero que no piense Paulino Rivero que se queda sin rancho:
(...) ¿sabe el Parlamento, como representación que es del pueblo, que el pueblo no puede tener por presidente a un hombre o mujer bajo sospecha? ¿No cree ese mismo Parlamento que debe investigar a fondo y exhaustivamente los hechos denunciados y, mientras, dejar en suspenso la elección? ¿Sabe el pueblo que el causante de sus desgracias, penurias, miserias, paro, juventud sin porvenir, carencias de todas clases, Apocalipsis y... a punto también la peste -y no lo tomemos a tremendismo- es Paulino Rivero, que encima tiene la osadía de querer repetir? ¿Sabe el Parlamento que Paulino Rivero no debe ser aspirante por esas razones de tipo técnico, además de porque es déspota, inepto y ha perdido las elecciones? ¿Sabe el pueblo tinerfeño que Paulino Rivero por su egoísmo político se ha aliado con el PSOE que también perdió las elecciones para entregar el poder a Las Palmas del propio Gobierno regional, en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz?
Si en el pasado, a Gary Baldi le cayeron encima sentencias condenatorias en forma de multas y sanciones, este humilde bloguero cree que mañana podría ser peor pues, insultos aparte, está cruzando el Rubicón de la duda razonable sobre el presidente en funciones del gobierno canario, lo que podría suponer el fin de su periódico y, de paso, el suyo propio. Medios hay para ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario