Escribía ayer el mencey cabreado, arañando el suelo con la pezuña y agachando aviesamente la testuz:
Y a este respecto, nos acusa un chulón capicúa [Carlos Sosa, director de Canarias Ahora, aclaro] de arremeter contra el señor Rivero por una pataleta al haber sido perjudicados en el reparto de las frecuencias de radio. Hemos sido perjudicados, pero ya reclamaremos donde debemos hacerlo. Nuestras críticas al candidato a presidente son porque ha empobrecido a estas Islas; porque su indolencia frente a Zapatero (...) ha traído el hambre a unas islas que antes eran afortunadas; ha conseguido que la juventud deba emigrar como lo hicieron sus antepasados porque aquí no tiene trabajo. Por eso volvemos a decirle a don Paulino que se marche para España.
Y escribe hoy, no recuperado aún del shock:
No contentos todos ellos con lo que han hecho padecer al pueblo canario (...) , a pocos días de que se consume el atropello democrático de que el actual presidente en funciones vuelva a ser investido como presidente con plenas funciones, han cometido el señor Rivero y sus adláteres un atropello aún mayor, más inconcebible, más indignante: negar unas frecuencias radioeléctricas para que siga emitiendo la emisora de radio del más importante grupo de comunicación de Canarias; en realidad, del único grupo de comunicación que existe, como tal, en el Archipiélago. No le importa al señor Rivero y a sus nacionalistas de pacotilla que una veintena de personas pierdan su puesto de trabajo, mientras él, y el hijito del papá político, y el otro iletrado que asesora de todo aunque no tiene ni idea de nada, les conceden frecuencias a empresas peninsulares que no han creado ni un solo puesto de trabajo en Canarias. Qué cínicos son cuando dicen que quieren dar preferencia a los canarios para acceder a los puestos de trabajo que se generen en las Islas. Por eso decimos que este hombre no puede ser presidente del Gobierno regional.
¿Hay o no hay pataleta?
Y escribe hoy, no recuperado aún del shock:
No contentos todos ellos con lo que han hecho padecer al pueblo canario (...) , a pocos días de que se consume el atropello democrático de que el actual presidente en funciones vuelva a ser investido como presidente con plenas funciones, han cometido el señor Rivero y sus adláteres un atropello aún mayor, más inconcebible, más indignante: negar unas frecuencias radioeléctricas para que siga emitiendo la emisora de radio del más importante grupo de comunicación de Canarias; en realidad, del único grupo de comunicación que existe, como tal, en el Archipiélago. No le importa al señor Rivero y a sus nacionalistas de pacotilla que una veintena de personas pierdan su puesto de trabajo, mientras él, y el hijito del papá político, y el otro iletrado que asesora de todo aunque no tiene ni idea de nada, les conceden frecuencias a empresas peninsulares que no han creado ni un solo puesto de trabajo en Canarias. Qué cínicos son cuando dicen que quieren dar preferencia a los canarios para acceder a los puestos de trabajo que se generen en las Islas. Por eso decimos que este hombre no puede ser presidente del Gobierno regional.
¿Hay o no hay pataleta?
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