Recuerden cómo [Paulino Rivero] movía los brazos como si fueran las extremidades de un títere, intentando ponerse a la altura de los peninsulares pero sin conseguirlo, porque el español, debido a que tiene mucha labia, sí sabe hablar. José Carlos Mauricio también trataba de ponerse a la altura de los demás parlamentarios peninsulares. Tampoco lo conseguía, aunque lo hacía mejor que Rivero.
Ya sabemos que, para el mencey guanchófono, canario es una cosa y español, otra. Por tanto, la conclusión lógica es que el canario carece de la labia del español y, en consecuencia, no sabe hablar o, en todo caso, siempre lo hará peor que un español. Así habla quien dice ser la voz del pueblo canario. Amén.
Ya sabemos que, para el mencey guanchófono, canario es una cosa y español, otra. Por tanto, la conclusión lógica es que el canario carece de la labia del español y, en consecuencia, no sabe hablar o, en todo caso, siempre lo hará peor que un español. Así habla quien dice ser la voz del pueblo canario. Amén.
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