Ahora que uno va conociendo las mañas de José Rodríguez, confieso que me extrañó no descubrir en el comentario del pasado martes cualquier alusión a la persona de Santiago Pérez, y sí en su lugar una patética soflama en pro de una huelga patriótica en las islas, que no comentaré. Suponía que habría párrafos dedicados al político lagunero tras su derrota a manos de José Miguel Pérez en las primarias que deberían decidir, entre otros, el candidato socialista a la presidencia del gobierno canario. Pero no hubo que esperar mucho. Al día siguiente mis expectativas se vieron ampliamente colmadas. José Rodríguez se disfrazó de Guy Fawkes y la emprendió furiosamente a cuchilladas con su encarnación del tiránico Adam Sutler:
Cuando la clase política tinerfeña deje de colaborar con cierto señor y sus libelos, y cuando se prohíban definitivamente los anuncios de prostitución más o menos encubierta en la prensa escrita, es posible que a nuestro Joseph Goebbels le pase otro tanto. Espero verlo.
- Don Santiago Pérez pertenece ya al pasado político de este Archipiélago. Su desaparición de la vida pública está siendo festejada ampliamente, según leemos en los periódicos regionales, por la mayoría de sus compañeros de partido. Todos están hartos de su intransigencia, de su bolchevismo, de su leninismo y su estalinismo. Santiago Pérez ha perdido todas las elecciones a las que se ha presentado porque, como decimos un día más, el pueblo no lo quiere. A estas alturas sólo lo apoyan los nostálgicos de la existencia de la Unión Soviética.
- De nuevo le recomendamos a José Miguel Pérez, secretario general del PSC-PSOE, que se aparte de este individuo de mala catadura política, como lo han hecho insignes socialistas.
Cuando la clase política tinerfeña deje de colaborar con cierto señor y sus libelos, y cuando se prohíban definitivamente los anuncios de prostitución más o menos encubierta en la prensa escrita, es posible que a nuestro Joseph Goebbels le pase otro tanto. Espero verlo.
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