Muy buenas a todos. Si he estado ausente de estas páginas digitales no ha sido por voluntad mía, sino porque Gary Baldi casi me deja sin trabajo. No, no es que haya denunciado este blog ni a su autor; ocurre simplemente que lleva semanas repitiéndose como una cotorra en sus panfletos diarios. Que si Paulino es muy malo, que si Ana Oramas una calamidad, que si Ricardo Melchior un españolista, y Angela Mena, un ave exótica, sin olvidar que Coalición Canaria va a desaparecer, los jueces son esto y aquello, y la habitual llamada a la independencia, el falso genocidio de los guanches, y el cuerno de la abundancia que nos aguarda cuando seamos la república bananera de sus sueños, en fin... Aburrido. Muy aburrido, de verdad. Y sin apenas resquicio para comentar nada, pues los pegotes de gofio con lo que compone su particular escaldón diario han sido ya comentados aquí y en otros sitios hasta la saciedad. La mentira repetida mil veces, que dijo su tocayo Goebbels.
Menos mal que, pese al empleo exhaustivo del copiapega, de vez en cuando le surge una musa, divina inspiración que, lo admito, le hace engendrar auténticas genialidades. Gracias a ello puede este blog sobrevivir, porque si la durante campaña electoral, los comentarios y editoriales de El Día se van a mantener en los términos ya dichos, poca cosa cabrá comentar aquí, la verdad. Pero no. Hoy nos ha regalado una perlita, de ésas que no soltaba hacía ya tiempo. Tenía que ser en referencia a Carlos Sosa y a la vista oral que le aguarda en breve (un mes y una semana, para ser exactos), que la capital de la isla de los secarrales.
No obstante, queremos aclarar que el chulón capicúa es mariconsón y no gay, pues este término se reserva para las personas homosexuales de gran valía y con títulos universitarios; unos logros académicos de los que carece el chulón capicúa, pues su único mérito, como indica su apodo, es relacionarse con quien le conviene cuando le conviene.
Confieso que cuando leí este parrafito, no pude reprimir la carcajada. ¿Cómo es posible que llegue tan lejos la supina ignorancia de este arritranco? Homosexuales de todo el mundo, ya lo sabéis: si queréis llegar a gays, deberéis ostentar diplomatura, licenciatura, ingeniería, o doctorado (y en el futuro, graduado o máster). Si no, seréis simples y vulgares mariconsones. Porque, bien pensado, hay que dar ejemplo: un gay debe ser, ante todo, fundamentoso, culto y de gran valía, faltaría más. Y si no puede pagarse los estudios, ¡será un inútil mariconsón sin futuro ni valor!
Resultaría hasta gracioso, si no fuera verdaderamente P-A-T-É-T-I-C-O.
Menos mal que, pese al empleo exhaustivo del copiapega, de vez en cuando le surge una musa, divina inspiración que, lo admito, le hace engendrar auténticas genialidades. Gracias a ello puede este blog sobrevivir, porque si la durante campaña electoral, los comentarios y editoriales de El Día se van a mantener en los términos ya dichos, poca cosa cabrá comentar aquí, la verdad. Pero no. Hoy nos ha regalado una perlita, de ésas que no soltaba hacía ya tiempo. Tenía que ser en referencia a Carlos Sosa y a la vista oral que le aguarda en breve (un mes y una semana, para ser exactos), que la capital de la isla de los secarrales.
No obstante, queremos aclarar que el chulón capicúa es mariconsón y no gay, pues este término se reserva para las personas homosexuales de gran valía y con títulos universitarios; unos logros académicos de los que carece el chulón capicúa, pues su único mérito, como indica su apodo, es relacionarse con quien le conviene cuando le conviene.
Confieso que cuando leí este parrafito, no pude reprimir la carcajada. ¿Cómo es posible que llegue tan lejos la supina ignorancia de este arritranco? Homosexuales de todo el mundo, ya lo sabéis: si queréis llegar a gays, deberéis ostentar diplomatura, licenciatura, ingeniería, o doctorado (y en el futuro, graduado o máster). Si no, seréis simples y vulgares mariconsones. Porque, bien pensado, hay que dar ejemplo: un gay debe ser, ante todo, fundamentoso, culto y de gran valía, faltaría más. Y si no puede pagarse los estudios, ¡será un inútil mariconsón sin futuro ni valor!
Resultaría hasta gracioso, si no fuera verdaderamente P-A-T-É-T-I-C-O.
Debo confesar, querido Mr. Knight, que he tenido la santa paciencia de leerme completa la ultima página del periódico azul de hoy. Y, efectivamente, el penúltimo párrafo anterior a la mini conclusión es digno de una sonora carcajada. Desde luego, se ha lucido con su clase de semántica en función del nivel sociocultural del personal.
ResponderEliminarY eso que tiene "tres disparos en el corazon", el caballero.
Saludos y enhorabuena por este blog.
Muchas gracias. Si después de todo, es divertido el hombre.
ResponderEliminar