viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Qué se puede hacer con Paulino Rivero?

Decíamos en nuestro comentario de ayer que Canarias no puede soportar durante más tiempo a la pareja de déspotas políticos que nos gobierna. El pueblo se siente despreciado. El canario se siente más indígena que nunca. Un canario, políticamente traidor a su gente, y una caudilla goda, atrevida y denunciada, están decidiendo arbitrariamente sobre la vida y hacienda de los canarios. Esto hay que sacudirlo. Quitarlo. Los canarios le han permitido a Paulino Rivero seguir gobernando tres años y medio más, pero hay que sacarlo de donde está y enviarlo al exilio para el resto de su vida. Es algo que debe hacer lo que quede de Coalición Canaria después del estrepitoso hundimiento electoral de los nacionalistas (propiciado por el propio Rivero, la quícara Oramas y otros), o el Parlamento de Canarias, o las asociaciones de vecinos o hasta los sindicatos, si quieren tener aceptación y validez entre la población. Los sindicatos deberían salir a la calle con pancartas y entorpecer el desarrollo de la vida pública hasta conseguir que se marche el déspota. No solo que se marche del Gobierno, como decíamos ayer, sino también de las Islas.

Así escribe hoy nuestro sacrosanto y patriota mártir barriosesamero, apelando a lo que mejor sabe y conoce: familia, municipio y sindicato. Con todo, la letra de esta canción me resulta familiar, con su tufillo a hit-parade paleto y setentero, a cargo de las voces de la Charanga del Tío Honorio. ¿Habrá sido ésta la inspiración de Gary Baldi?

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