viernes, 16 de diciembre de 2011

Gary Baldi forever!

Para llenar su comentario de hoy, Gary Baldi se inspira una vez más en el juicio celebrado el martes, in absentia sua, en la capital grancanaria. Señalemos algunos pasajes del texto con el que el diario azul nos regala los sentidos:
  • A nosotros, por referirnos a esa persona condenada [Carlos Sosa Báez, por primera vez citado de modo explícito] varias veces por intromisión en el honor de gente respetable, e incluso por calumnias graves contra un político, como chulón, capicúa y mariconsón nos pide una fiscal 100.000 euros, amén de 10.000 más por sendos artículos de nuestros columnistas Andrés Chaves y Ricardo Peytaví (...)
  • (...) también por sus [de Carlos Sosa] continuos intentos de denigrar a José Rodríguez utilizando un diminutivo circunscrito exclusivamente a su ámbito familiar. Únicamente nos queda la satisfacción de que el juicio, motivado por su demanda contra EL DÍA, lo ha descubierto y estigmatizado socialmente en Canarias. No hemos sido nosotros quienes hemos revelado la identidad del chulón, capicúa y mariconsón.
  • (...) la fiscal se extendió durante más de un cuarto de hora en sus consideraciones acusatorias. Es decir, el Ministerio Público empleó la mayor parte del tiempo de la acusación. ¿Qué interés tiene la fiscal en contra de EL DÍA? ¿Estamos ante un claro caso de corporativismo entre fiscales y jueces?
  • (...) José Rodríguez es persona íntegra, honrada y a distancia astronómica de la hez del periodismo que lo denuncia y que aplaude a los sucios. También es un hombre inteligente; sumamente inteligente. De inteligencia y patriotismo superiores, que ha llevado el periódico a las más altas cotas de su historia y por el que labora para mantenerlo en pie otro siglo. Porque José Rodríguez vivirá otro siglo conservando intactas las tres potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad.
Si los jueces han condenado a Carlos Sosa por haber injuriado y calumniado, ¿por qué no iban a hacer lo propio con El Día, cuando su jefazo se prodiga en insultos cual fuego graneado un día tras otro? Y en el caso concreto del director de Canarias Ahora, metiéndose sin tapujos con su vida privada o sus supuestas preferencias sexuales, para colmo por parte de alguien con un concepto tan retorcido de la homosexualidad. Dice el editorialista que llamarle don Pepito equivale a denigrarle. Pues no sé a qué espera para llamar a toda su familia a capítulo y ponerles tiesos como velas. ¿Qué es eso de denigrar al padrino? ¡Más respeto, hombre! Que va a vivir otros cien años, inteligente, lúcido y totipotente (¡vaya Narciso!).

Otro siglo, dice. Con dos clorocos. Será la longevidad propia del mal bicho.

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