Hace un año y medio, Gary Baldi y El Día se embarcaron en la guerra que aún mantienen con Paulino Rivero y su círculo de allegados, a cuenta de unos documentos publicados por la web Kanarileaks en los que se vinculaba a Angela Mena y dos personas más cercanas a Rivero con una supuesta empresa radicada en México, cuyo capital social era tan elevado que haría pensar en una presunta evasión de capitales, de origen posiblemente fraudulento. Todo aquello, como ya sabemos, tras habérsele denegado al gran jefazo guanchófono la licencia para mantener Radio El Día. Todo quedó en nada: nadie pudo demostrar la veracidad del documento, y Paulino Rivero aportó la documentación que (ésta sí) probaba que ninguna de las personas acusadas por El Día había podido estar en México, lo que ponía en tela de juicio las acusaciones del gran mencey.
El pasado día 29 (supongo que no lo publicó antes por miedo a que los lectores pensaran que era una inocentada), El Día sacó en portada una foto de la mansión que, presuntamente, Paulino Rivero y su esposa se están construyendo en El Sauzal. Ésta misma:
A la vista de ello, numerosos blogueros se pusieron en pie de guerra, comprensiblemente indignados por el despropósito, como puede verse aquí, aquí, o aquí (hay más). El que suscribe ha preferido esperar, y no porque crea que Paulino Rivero es un santurrón, sino porque ya ha visto lo que El Día es capaz de hacer y decir en aras de su vendetta.
La cosa se complicó al terciar en la polémica dos periódicos grancanarios: Canarias 7 y Canarias Ahora, quienes sí se mojaron afirmando taxativamente que lo publicado por El Día es falso y que la fotografía en cuestión corresponde a un conjunto de chalés que no son de propiedad presidencial.
Hasta el momento, y que yo sepa, Rivero no ha dicho esta boca es mía, ni siquiera en su blog personal. El sabrá lo que hace y por qué. La prensa local tampoco ha comentado nada sobre esta supuesta primicia informativa. Si, tal y como afirman desde Gran Canaria, lo de la mansión es un cuento, creo que el presidente está tardando demasiado en decirlo alto y claro. Si es verdad, sería vergonzoso que en este momento, entre noticias cotidianas de desahucios y despidos, Rivero y su señora hiciesen tamaña ostentación, de dudoso alcance con los sueldos que ambos tienen.
Quien sí lo tiene claro es el de siempre. No ya lo de la mansión, sino México lindo y querido, jugando a uno de sus deportes favoritos: esconder la manita tras tirar el belillo:
¿Es falso que sigue sin aclararse el asunto de México? No decimos que sea cierto; tan solo exigimos que se aclare lo que ha sucedido y eso, que sepamos, todavía no se ha hecho. (...) Existe México y existe la mansión.
Habrá nuevos capítulos. Seguro.
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