El próximo viernes, día 1 de febrero tendrá lugar en Santa Cruz de Tenerife la vista oral por el juicio de Paulino Rivero frente al sin par Gary Baldi. Motivo: México lindo y querido. ¡Ándele! Huelga a estas alturas dar detalles del culebrón. Año y medio después, el gran jefazo se sentará en el banquillo por lo que se puede interpretar como un claro intento de chantaje al presidente del gobierno de Canarias (entonces candidato a tal) a raíz del espinoso asunto de las emisoras de FM y la subsiguiente defunción de Radio El Día.
En Gran Canaria se han hecho eco de la cita judicial Canarias Ahora y Canarias 7. En este último caso, además, han aprovechado la ocasión para negar las reiteradas acusaciones garybaldianas de subvenciones y trato favorable del gobierno a cambio de loas a Rivero. Y como no puede ser de otro modo, el insigne mencey guanchófono carga su más pestilente artillería contra quienes le ponen a bajar del equino de largas y peludas orejas que, como a Sancho Panza, le sirve de vehículo:
- Vuelve a arremeter contra nosotros el chiquito que dirige un periódico canarión venido a menos en número de lectores y en otras cosas que luego comentaremos. Vuelve a la carga este imprudente y lo hace, como ha cogido por costumbre, en uno de sus editoriales dominicales, esta vez con aires de matón de tercera categoría o de isla tercera, pues lo mismo da.
- (...) ese muchachito sigue sin ver la realidad y nos tilda de cobardes usando ciertos eufemismos porque él, que asimismo nos acusa de no hablar claro, es el primero que no habla claro. ¿No ve la realidad este bisoño atrevido porque también está escondido en un armario? Si es así, que no se preocupe porque con la misma facilidad con que hemos sacado a uno, lo halamos fuera también a él. Por cierto, nos llegan noticias desde Las Palmas de que el tatarita suele acudir ahora a los actos públicos, incluidos conciertos en el Alfredo Krauss, con su pareja cogidos los dos de la mano como tortolitos adolescentes, no sabemos si por un repentino apasionamiento o porque quiere seguir engañando a la sociedad "grancanaria" mostrando una condición que no es la suya por naturaleza. A la vejez, viruela.
- No menos graciosa es la acusación de que el editor de EL DÍA está nervioso ante el juicio al que se enfrentará el día 1 de febrero por una denuncia de Rivero y compañía. Otra vez, de pura risa. Para empezar, la información sobre la fecha de esta vista no la obtuvo el muchachito bisoño indagando en los juzgados, ya que como periodista es muy cortito. El dato se lo dio el pajarraco de Las Palmas, que a su vez lo obtuvo de su querindanga. Sentarnos en el banquillo no nos pone nerviosos porque confiamos en la Justicia y en la profesionalidad de los magistrados.
- Nos sentaremos en el banquillo con dignidad en la confianza de que los jueces procesan por indicios, pero deben condenar con pruebas que se ajusten a la verdad de los hechos. Y la verdad es que la información sobre los papeles de México la dieron a conocer tres medios antes que EL DÍA: el portal de Internet KanariLeaks, el diario Abc de Madrid y una emisora local de radio. Ninguno de los tres ha sido objeto de denuncia alguna por parte de Paulino Rivero y Ángela Mena. ¿Por qué? ¿Por qué no lo investiga el tatarita, el muchachito de los editoriales bravos y cualquier otro periodista de estas Islas o de fuera de ellas? ¿Es que les pagan al pajarraco y al tatarita para que no investiguen?
- La realidad es que a Rivero y a sus secuaces políticos les interesa cerrar EL DÍA. Como no ha podido comprarnos, pretende que desaparezcamos. Por eso nos denuncia solo a nosotros. Si lo que le importase fuese su honor, el próximo viernes nos acompañarían en el banquillo como mínimo Abc y KanariLeaks. Pero como no es el honor sino el silencio de EL DÍA, junto con el dinero de la condena para terminar la mansión de El Sauzal, lo que le interesa al necio político que preside el Gobierno de estas Islas, leña a José Rodríguez porque es el editor de EL DÍA, y no este incompetente mago político, el culpable de que Canarias tenga casi 400.000 parados.
Confianza en los jueces, sí. ¿Como aquí, tal vez? ¿O aquí? ¿O aquí? ¿O aquí? ¡Cuánta mentira bellaca tras bellaca mentira! ¡Y cuánto nauseabundo victimismo! Si fuese cierto que los mentirosos sufren inmediatamente el Síndrome de Pinocho, cierto personaje ha mucho tiempo que caminaría más doblado que Quasimodo, agobiado por el peso de su hipertrofiado apéndice, capaz de ridiculizar al propio Cyrano de Bergerac. Faltan tres días, abuelo. Vaya preparando la cartera, por si acaso.
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