Recientemente, este humilde bloguero apuntaba la posibilidad de que alguien dio instrucciones oportunas para que el loco mencey de la avenida de Buenos Aires moderase sus diatribas; hoy, sin embargo, parece que ese mismo alguien ha vuelto a dar cancha, a aflojar la correa, a abrir la llave, o como se quiera imaginar: San Pepito Mártir vuelve al ataque, a su más puro estilo, es decir, repartiendo a diestro y siniestro, con inusitada y apenas contenida rabia, tanto que cuesta distinguir si lo que escribe son palabras o ladridos (se presupone lo primero, naturalmente). Por lo pronto, y sin mentarlo específicamente como es norma, dedica su (llamémosle) comentario, a Carlos Sosa, con sus cariñosos epítetos habituales.
Como el apóstol aborigen ha escrito sus líneas presa en apariencia de la hidrofobia, los ataques no se detienen en el director de Canarias Ahora, sino que atizan a la magistrada del Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas (de Gran Canaria) Victoria Rosell, a quien vuelve a referirse en términos chabacanos. Otras víctimas habituales (Santiago Pérez, Ana Oramas, José Luis Rodríguez Zapatero), también reciben lo suyo. El octogenario Gary Baldi concluye definiéndose como Enemigo de los enemigos del pueblo. Ahí queda eso. Pero también sucede que el abajo firmante empieza a estar harto de las falsedades de este individuo. Así que vamos a contestarle más seriamente dos cositas. La primera, la macana de la barbarie cometida contra el pueblo guanche, tabla de salvación para justificar su paranoia anti todo:
No estamos de acuerdo con los que justifican la barbarie castellana y española que se apoderó de estas idílicas Islas y se ensañó contra sus habitantes; unos pobladores que eran seres pacíficos y creados por Dios. Tampoco estamos de acuerdo con los ruines que invadieron este Archipiélago, que lo siguen ocupando y, lo que es peor, que siguen llevándose los recursos de Canarias. Queremos decir el dinero que ganan las empresas y los trabajadores; el dinero procedente de todas las fuentes de riqueza del Archipiélago. Millones y millones saqueados por la fuerza de las leyes que nos obligan a tributar a la Hacienda española. Es decir, a pagar un tributo de sangre.
Violenta o no, la conquista de Canarias sólo fue una más, y no precisamente la más sangrienta de la Historia, realizada en una época en que el término barbarie tenía un significado muy distinto al actual, y con el beneplácito aquiescente de una Iglesia y un papado a quienes seguramente Gary Baldi besaría los anillos (para empezar) a cada momento. Los ruines que vinieron, no lo dude nuestro xenófobo prócer, eran criaturas creadas por el mismo Dios que alumbró a los aborígenes quienes, pese a todo, pervivieron mezclándose con ellos. A otros les aguardó el exterminio sistemático o la esclavitud masiva. La Conquista hay que aceptarla, con lo malo y con lo bueno, porque no hay marcha atrás y ya no somos guanches. ¿O preferiría el bueno de Cagliostro correr hoy por la playa, en taparrabos como la chica del bronceador, en lugar de lucir traje y corbata? Que no se engañe ni pretenda engañar a nadie: en pleno siglo XV la cultura de los aborígenes estaba condenada a desaparecer, de una forma u otra. Amar, conservar y respetar lo que nos queda de ellos (tradiciones y reminiscencias de lenguaje) y que nos hace españoles de Canarias no implica odiar a nadie, ni mucho menos declararle enemigo.
La segunda falsedad alude a la economía de lujo que según el mencey loco tienen estas islas:
Dentro de esta confusión o empanada mental que tiene el canario respecto a que no puede caminar solo, decimos que es un planteamiento estúpido. Podemos ser riquísimos sólo con lo nuestro. El PIB de Canarias está fijado en 40.000 millones de euros anuales y sólo lo que se lleva la hacienda española en un ejercicio económico, en una anualidad, excede de los 12.000 millones de euros, de los que a la quícara le regalan unos cientos que no sirven para nada (hasta son falsos y mentirosos), pero ella se envanece y se pavonea delante de los que le están tomando el pelo.
Basta consultar el informe del Consejo Económico y Social (que, en materia de economía tiene más que decir que un servidor y, por supuesto, que el atorrante jefazo del periódico azul) correspondiente al año 2010 para hacerse una idea de lo que da de sí la economía de Canarias. Para saber que, incluso en la reciente época de bonanza, el PIB medio por habitante en las islas fue inferior a la media española, que la crisis ha golpeado sobre todo a nuestro endeble sector industrial y a la construción (ay, Zancho...). Para saber que Canarias tiene una agricultura precaria cuyos productos estrella (tomates y plátanos) están bajo la permanente amenaza de la competencia exterior, de zonas que no son colonias, pero donde los trabajadores del campo cobran mucho menos que un agricultor de nuestras islas. Para conocer que Canarias carece de materias primas, por lo que es completamente dependiente del exterior. Y que depende del sector servicios (incluyendo el turismo) en un 77% de ese P.I.B. del que tanto alardea el magno prócer. El presupuesto de la comunidad autónoma canaria asciende este año a 6700 millones de euros, y contempla un notable incremento del endeudamiento (la deuda per cápita asciende ya a casi 1800 euromortadelos por barba), pero esa deuda no se destina a financiar inversión, ni I+D+i, ni nada que se le parezca: gastos corrientes. Ese es el destino de la deuda del gobierno del criptopatriota Paulino Rivero. Claro que de estas cosas, Gary Baldi no tiene ni zorra idea o, peor aún, finge no tenerla. Para empanada mental, la suya.
En resumen: puede ser el mejor amigo del hombre, pero no del cartero. A ver si alguien le vacuna de una vez.
Como el apóstol aborigen ha escrito sus líneas presa en apariencia de la hidrofobia, los ataques no se detienen en el director de Canarias Ahora, sino que atizan a la magistrada del Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas (de Gran Canaria) Victoria Rosell, a quien vuelve a referirse en términos chabacanos. Otras víctimas habituales (Santiago Pérez, Ana Oramas, José Luis Rodríguez Zapatero), también reciben lo suyo. El octogenario Gary Baldi concluye definiéndose como Enemigo de los enemigos del pueblo. Ahí queda eso. Pero también sucede que el abajo firmante empieza a estar harto de las falsedades de este individuo. Así que vamos a contestarle más seriamente dos cositas. La primera, la macana de la barbarie cometida contra el pueblo guanche, tabla de salvación para justificar su paranoia anti todo:
No estamos de acuerdo con los que justifican la barbarie castellana y española que se apoderó de estas idílicas Islas y se ensañó contra sus habitantes; unos pobladores que eran seres pacíficos y creados por Dios. Tampoco estamos de acuerdo con los ruines que invadieron este Archipiélago, que lo siguen ocupando y, lo que es peor, que siguen llevándose los recursos de Canarias. Queremos decir el dinero que ganan las empresas y los trabajadores; el dinero procedente de todas las fuentes de riqueza del Archipiélago. Millones y millones saqueados por la fuerza de las leyes que nos obligan a tributar a la Hacienda española. Es decir, a pagar un tributo de sangre.
Violenta o no, la conquista de Canarias sólo fue una más, y no precisamente la más sangrienta de la Historia, realizada en una época en que el término barbarie tenía un significado muy distinto al actual, y con el beneplácito aquiescente de una Iglesia y un papado a quienes seguramente Gary Baldi besaría los anillos (para empezar) a cada momento. Los ruines que vinieron, no lo dude nuestro xenófobo prócer, eran criaturas creadas por el mismo Dios que alumbró a los aborígenes quienes, pese a todo, pervivieron mezclándose con ellos. A otros les aguardó el exterminio sistemático o la esclavitud masiva. La Conquista hay que aceptarla, con lo malo y con lo bueno, porque no hay marcha atrás y ya no somos guanches. ¿O preferiría el bueno de Cagliostro correr hoy por la playa, en taparrabos como la chica del bronceador, en lugar de lucir traje y corbata? Que no se engañe ni pretenda engañar a nadie: en pleno siglo XV la cultura de los aborígenes estaba condenada a desaparecer, de una forma u otra. Amar, conservar y respetar lo que nos queda de ellos (tradiciones y reminiscencias de lenguaje) y que nos hace españoles de Canarias no implica odiar a nadie, ni mucho menos declararle enemigo.
La segunda falsedad alude a la economía de lujo que según el mencey loco tienen estas islas:
Dentro de esta confusión o empanada mental que tiene el canario respecto a que no puede caminar solo, decimos que es un planteamiento estúpido. Podemos ser riquísimos sólo con lo nuestro. El PIB de Canarias está fijado en 40.000 millones de euros anuales y sólo lo que se lleva la hacienda española en un ejercicio económico, en una anualidad, excede de los 12.000 millones de euros, de los que a la quícara le regalan unos cientos que no sirven para nada (hasta son falsos y mentirosos), pero ella se envanece y se pavonea delante de los que le están tomando el pelo.
Basta consultar el informe del Consejo Económico y Social (que, en materia de economía tiene más que decir que un servidor y, por supuesto, que el atorrante jefazo del periódico azul) correspondiente al año 2010 para hacerse una idea de lo que da de sí la economía de Canarias. Para saber que, incluso en la reciente época de bonanza, el PIB medio por habitante en las islas fue inferior a la media española, que la crisis ha golpeado sobre todo a nuestro endeble sector industrial y a la construción (ay, Zancho...). Para saber que Canarias tiene una agricultura precaria cuyos productos estrella (tomates y plátanos) están bajo la permanente amenaza de la competencia exterior, de zonas que no son colonias, pero donde los trabajadores del campo cobran mucho menos que un agricultor de nuestras islas. Para conocer que Canarias carece de materias primas, por lo que es completamente dependiente del exterior. Y que depende del sector servicios (incluyendo el turismo) en un 77% de ese P.I.B. del que tanto alardea el magno prócer. El presupuesto de la comunidad autónoma canaria asciende este año a 6700 millones de euros, y contempla un notable incremento del endeudamiento (la deuda per cápita asciende ya a casi 1800 euromortadelos por barba), pero esa deuda no se destina a financiar inversión, ni I+D+i, ni nada que se le parezca: gastos corrientes. Ese es el destino de la deuda del gobierno del criptopatriota Paulino Rivero. Claro que de estas cosas, Gary Baldi no tiene ni zorra idea o, peor aún, finge no tenerla. Para empanada mental, la suya.
En resumen: puede ser el mejor amigo del hombre, pero no del cartero. A ver si alguien le vacuna de una vez.
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