lunes, 14 de marzo de 2011

Bienaventurados los que sufren persecución...

Como ya sabemos long ago, en la santacrucera Avenida de Buenos Aires no hay abuela que valga: son de lo mejorcito, tanto que no paran de echarse flores a la mínima ocasión. En los tiempos del cólera que nos toca vivir, el discurso fácil (y facilón) es echárselas por patriota, devolviendo a cambio una lluvia de cardos a quienes no comulgan con la palabra del octogenario mencey Gary Baldi. La sarta de exabruptos con que el gran patriota obsequia a los disidentes de su iluminado verbo es una de las razones que han llevado a los tribunales de justicia a caerle encima y dejarle no pocas veces cual Gallo de Morón: sin plumas y cacareando. Simplemente porque no se puede, siquiera en el sacrosanto y vejado nombre de la Libertad de Expresión, incurrir en la falta contumaz de respeto al prójimo ni al insulto abierto burdamente disfrazado de crítica (basta con anteponer el adjetivo político al insulto, e.g., los supuestos orgasmos políticos de María del Mar Julios). Por no hablar de las acometidas dirigidas a Carlos Sosa, director de Canarias Ahora, sin atreverse a mencionar su nombre, tal y como se ha visto obligado a hacer con esos malévolos políticos cuyos nombres y fotos iban a conformar su cacareada galería de la vergüenza (política, of course) de la clase dirigente canaria... hasta que Zancho tiró de la correa y terminó por acallar a su Lindo Pulgoso. Y la lista sigue con Victoria Rosell, Teresa Cárdenes, Santiago Pérez, Carmen Gaspar, Ana Oramas, Domingo Garí, Román Rodríguez, y tantos y tantos...

Pero no. Al bueno de Gary Baldi eso de que los jueces le den caña le sienta fatal. Tanto que, en un nuevo ejercicio de mezcolanza ovina, vuelve a arremeter contra el sistema judicial convirtiéndose a sí mismo (no podría ser de otro modo) en una presunta víctima inocente de la libertad de nuestro pueblo oprimido:
  • CADA día nos tenemos que enfrentar a grandes dificultades porque hemos elegido una línea editorial muy controvertida. Lo sabemos, pero al mismo tiempo, conscientes de la responsabilidad que tenemos ante el pueblo de Tenerife y de toda Canarias, también sabemos que no podemos renunciar al camino emprendido. A veces pasamos por momentos de desaliento ante los virulentos e injustificados ataques que sufrimos.
  • Un día más nos vemos obligados a hablar de la Justicia. Hay ovejas negras, gusanos y pasionarias en todas partes. No es la primera vez que lo afirmamos, y nos reiteramos en ello porque es así. Pero en líneas generales defendemos a la Justicia. (...) Sin embargo, desde ese respeto y acatamiento de las decisiones judiciales, nos defendemos panza arriba cuando hemos de hacerlo, pues no toleramos la injusticia contra nosotros. Por eso acabamos de presentar un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional por una de esas resoluciones -otras veces son sentencias- que sistemáticamente se dictan contra EL DÍA como castigo a su postura patriótica. Seguimos constatando que no se nos perdona nuestra lucha pacífica para conseguir la libertad del pueblo canario; para lograr que dejemos de estar sometidos al peninsular; al español.
  • (...) no es cierto que no haya Justicia en España. Sí hay Justicia. Lo que ocurre es que existen jueces, hombres y mujeres, muy subjetivos. Sabemos que EL DÍA es perseguido por pedir que Canarias sea para los canarios. Sin embargo, llevados por esa fe que mantenemos en la judicatura, no queremos pensar que el castigo de las sentencias sea una consecuencia de que quienes sentencian son españoles de España y no de Canarias.
Habrá que leer los comentarios si algún veredicto resulta favorable a los intereses del gran apóstol del observador popular. Hasta que eso ocurra, mientras tanto, el lobo se pone la piel de cordero y entona el miserere mei. Gary Baldi, sin embargo, no es tonto: sabe perfectamente que la razón de los veredictos adversos es su energúmena actitud y sus diarias y permanentes salidas de tono y hasta de pentagrama. Reclama una consideración que él niega a diario a los grancanarios, a los políticos de izquierdas en general y socialistas en particular, a los periodistas de la competencia, a los ecologistas, a los profesores de la Universidad de La Laguna y a todo pichipata que no lleve la bandera azul con la cruz de San Andrés tatuada en la frente. No se preocupe nuestro prócer: si es verdad que sufre persecución, suyo será el reino de los cielos. Veremos si la Audiencia Nacional lo entiende así también.

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