Hay que reconocerle a Cagliostro Rodríguez su habilidad para generar un esperpento tras otro en sus editoriales y comentarios. Ignoro si pretende emular a Ramón María del Valle-Inclán, padre del género y, de paso, odioso español como tantos otros que han contribuido a hacer de nosotros lo que somos, a través del imperialismo, el expolio y la colonización. En cualquier caso, el führersito (Fidel Castro dixit) de El Día sigue incansable repitiendo las mismas sandeces de siempre, pero con nuevos añadidos, a cada cual más sorprendente por grotesco y patético, en una delirante carrera hacia adelante cuyo final no me atrevo a imaginar.
El editorial de hoy es sencillamente irreproducible e infumable, como tantos otros, pero a la vez impagable. Porque si no, este humilde blog no tendría razón de ser. Comienza alegando la necesidad de la huelga general (¿¿??) convocada para hoy a fin de forzar la dimisión de José Luis Rodríguez Zapatero, culpable según él de todos los males que nos aquejan para, dos párrafos más adelante, desmarcarse de cualquier apoyo a la misma (no está mal para un socialcomunista). Luego, arremete con su habitual (y pésimo) gusto contra Ana Oramas, sin mentarla explícitamente, pero obsequiándole con toda suerte de improperios marca de la casa. Prosigue dándole palmaditas a Pau Rivero, ese oculto patriota, mientras le aconseja sobre lo que debe hacer y cómo. Y todo ello debidamente sazonado con las habituales falacias acerca de Marruecos y España. No reproduzco nada de lo anterior porque no quiero cansar a nadie: ya he dicho sobre ello cuanto tenía que decir.
Pero la memorable y espeluznante traca final en demanda de ayuda a los pueblos que antes sufrieron la dominación española (literalmente: Venezuela, Cuba y Filipinas) no tiene precio, de veras que no. En inglés, la palabra ayuda es help, como muchos ya sabrán, y eso a otros tantos les hará sonar los acordes del imperecedero tema homónimo de The Beatles. Si alguien quiere conocer la letra, puede hacerlo aquí. Yo me voy a limitar a traducirla, al menos en parte:
El editorial de hoy es sencillamente irreproducible e infumable, como tantos otros, pero a la vez impagable. Porque si no, este humilde blog no tendría razón de ser. Comienza alegando la necesidad de la huelga general (¿¿??) convocada para hoy a fin de forzar la dimisión de José Luis Rodríguez Zapatero, culpable según él de todos los males que nos aquejan para, dos párrafos más adelante, desmarcarse de cualquier apoyo a la misma (no está mal para un socialcomunista). Luego, arremete con su habitual (y pésimo) gusto contra Ana Oramas, sin mentarla explícitamente, pero obsequiándole con toda suerte de improperios marca de la casa. Prosigue dándole palmaditas a Pau Rivero, ese oculto patriota, mientras le aconseja sobre lo que debe hacer y cómo. Y todo ello debidamente sazonado con las habituales falacias acerca de Marruecos y España. No reproduzco nada de lo anterior porque no quiero cansar a nadie: ya he dicho sobre ello cuanto tenía que decir.
Pero la memorable y espeluznante traca final en demanda de ayuda a los pueblos que antes sufrieron la dominación española (literalmente: Venezuela, Cuba y Filipinas) no tiene precio, de veras que no. En inglés, la palabra ayuda es help, como muchos ya sabrán, y eso a otros tantos les hará sonar los acordes del imperecedero tema homónimo de The Beatles. Si alguien quiere conocer la letra, puede hacerlo aquí. Yo me voy a limitar a traducirla, al menos en parte:
Ayuda, necesito a alguien/Ayuda, y no a cualquiera/Ayuda, sabes que necesito a alguien, ¡ayuda!/Cuando era joven, mucho más que hoy/Nunca precisé en absoluto de nadie/Pero esos días quedan atrás, ya no me siento tan firme/Siento que he cambiado de idea y abierto las puertas/Ayúdame si puedes, me siento decaído/Y agradezco que estés junto a mí/Ayúdame a poner los pies en el suelo/Por favor, por favor ¿me ayudarás?/Mi vida hoy ha cambiado de tal modo/Mi independencia parece desvanecerse en la bruma/Pero en todo momento me siento tan inseguro/Sabes que te necesito como nunca antes/(...)/
No parece sino que Lennon y McCartney hubiesen pensado en José Rodríguez para componer su tema, incluyendo las alusiones a los tiempos de juventud en los que el hoy jefazo de El Día se deshacía en elogios al régimen cuyo yugo y flechas ostentaba su periódico, en el que aún hoy puede notarse cierto aroma de nostalgia de tiempos pasados. Por no hablar de la tan añorada independencia, que no se acerca por más que sí lo haga el final de este año. En suma, José Rodríguez pide ayuda, pero no a cualquiera, sino al esperpéntico Hugo Chávez (cada oveja...), al podrido régimen estalinista de los Castro, y a un país que bastante tiene con sus propios y agudos problemas. Países hermanos los tres, sí. Pero con dirigentes (al menos dos de ellos) indignos de los tiempos que corren. Al igual que otro que yo me sé.
Pues eso: Help! I need somebody, help!
Pues eso: Help! I need somebody, help!
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