Hoy propongo un juego a los lectores de este blog. Para empezar, lean el párrafo que sigue, obra de la mente tripartita de nuestro sacrosanto mártir, dirigido a un colega suyo, director de un periódico de Gran Canaria (supongo que se trata de Canarias 7, aunque no estoy seguro):
(...) ¿qué entiende él por libertad de expresión? ¿Cambiar de dirección según el viento que sopla como una veleta? Porque eso es lo que ha hecho su medio de comunicación. Basta echar un vistazo a las hemerotecas para comprobar que, hasta no hace mucho, ese diario estaba a partir un piñón con José Manuel Soria. Todo eran alabanzas para el presidente regional del PP, tanto cuando era alcalde de Las Palmas como posteriormente cuando asumió la presidencia del Cabildo de la tercera isla. Sin embargo, nada es eterno y mucho menos los amores de conveniencia. Llegó un momento, siendo el señor Soria consejero de Economía del Gobierno de Canarias, en que tuvo que decir basta a las pretensiones de un empresario canarión de forzar, todavía más, las subvenciones con cargo a los presupuestos autonómicos. Entonces el dueño de ese periódico que dirige el señor que se atreve a darnos lecciones de periodismo se enfadó con el líder del PP canario. Y se enfadó tanto, que desde entonces no pierden ocasión para ponerlo a caer de un burro, si nos permite el lector utilizar un dicho popular.
Vean como queda después de hacer algunos cambios:
(...) ¿qué entiende él por libertad de expresión? ¿Cambiar de dirección según el viento que sopla como una veleta? Porque eso es lo que ha hecho su medio de comunicación. Basta echar un vistazo a las hemerotecas para comprobar que, hasta no hace mucho, ese diario estaba a partir un piñón con Paulino Rivero. Todo eran alabanzas para el presidente del Gobierno Canario, tanto cuando era parlamentario en Madrid como posteriormente, cuando asumió la presidencia de Canarias. Sin embargo, nada es eterno y mucho menos los amores de conveniencia. Llegó un momento, siendo el señor Rivero presidente del Gobierno de Canarias, en que dijo "no" a las pretensiones de un director de periódico de Santa Cruz de obtener, porque sí, la concesión de una frecuencia de FM. Entonces el dueño de ese periódico que dirige el señor que se atreve a darnos lecciones de periodismo se enfadó con el líder de Coalición Canaria. Y se enfadó tanto, que desde entonces no pierde ocasión para ponerlo a caer de un burro, si nos permite el lector utilizar un dicho popular.
Curioso, ¿no?
(...) ¿qué entiende él por libertad de expresión? ¿Cambiar de dirección según el viento que sopla como una veleta? Porque eso es lo que ha hecho su medio de comunicación. Basta echar un vistazo a las hemerotecas para comprobar que, hasta no hace mucho, ese diario estaba a partir un piñón con José Manuel Soria. Todo eran alabanzas para el presidente regional del PP, tanto cuando era alcalde de Las Palmas como posteriormente cuando asumió la presidencia del Cabildo de la tercera isla. Sin embargo, nada es eterno y mucho menos los amores de conveniencia. Llegó un momento, siendo el señor Soria consejero de Economía del Gobierno de Canarias, en que tuvo que decir basta a las pretensiones de un empresario canarión de forzar, todavía más, las subvenciones con cargo a los presupuestos autonómicos. Entonces el dueño de ese periódico que dirige el señor que se atreve a darnos lecciones de periodismo se enfadó con el líder del PP canario. Y se enfadó tanto, que desde entonces no pierden ocasión para ponerlo a caer de un burro, si nos permite el lector utilizar un dicho popular.
Vean como queda después de hacer algunos cambios:
(...) ¿qué entiende él por libertad de expresión? ¿Cambiar de dirección según el viento que sopla como una veleta? Porque eso es lo que ha hecho su medio de comunicación. Basta echar un vistazo a las hemerotecas para comprobar que, hasta no hace mucho, ese diario estaba a partir un piñón con Paulino Rivero. Todo eran alabanzas para el presidente del Gobierno Canario, tanto cuando era parlamentario en Madrid como posteriormente, cuando asumió la presidencia de Canarias. Sin embargo, nada es eterno y mucho menos los amores de conveniencia. Llegó un momento, siendo el señor Rivero presidente del Gobierno de Canarias, en que dijo "no" a las pretensiones de un director de periódico de Santa Cruz de obtener, porque sí, la concesión de una frecuencia de FM. Entonces el dueño de ese periódico que dirige el señor que se atreve a darnos lecciones de periodismo se enfadó con el líder de Coalición Canaria. Y se enfadó tanto, que desde entonces no pierde ocasión para ponerlo a caer de un burro, si nos permite el lector utilizar un dicho popular.
Curioso, ¿no?
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