lunes, 19 de marzo de 2012

Sin bola de cristal

Es más fácil leer algunas mentes que un libro de lengua para párvulos (palabra, por cierto, sinónima de ingenuo). Concluía mis reflexiones de ayer anotando que la reciente (y, añado yo, falsa y patética) explosión de Paulino Rivero sobre la autorización a las prospecciones petrolíferas en las costas de las islas orientales iba a darle renovados bríos a Gary Baldi y sus amanuenses para cascarle duro y parejo. Pues dicho y hecho. Lean:
  • Seguimos sin salir de nuestro asombro ante la osadía de Paulino Rivero -el atrevimiento es hijo de la ignorancia- al rasgarse las vestiduras porque acaba de enterarse de que somos una colonia. ¿Es que no lo somos desde hace casi seis siglos, cuando se produjo la conquista genocida sufrida por nuestros antepasados? ¿Dónde vive usted, don Paulino, en El Sauzal o en África?
  • Porque no somos ni españoles, ni europeos -aunque a usted le guste presumir de que es un europeo ultraperiférico-, los peninsulares nos tratan como lo que somos: como indígenas y africanos. Con tolerancia y conmiseración, pero como inferiores. Nos tratan de la misma forma que lo han tratado a usted siempre en Madrid, señor Rivero, aunque se presente en la capital de la metrópoli vestido a la europea y no con taparrabos como el nativo de colonia que es. Usted siempre hace el ridículo en Madrid. Acaba de hacerlo al salir en televisión gesticulando como un desquiciado.
  • La negativa tajante de Paulino Rivero es propia de un mago político y un mago, un bruto políticamente hablando no puede presidir el Gobierno de una nación importante como es Canarias.
  • Con esta fanfarronada independentista y de protesta contra el colonialismo intenta este torpe político ocultar sus reiterados fracasos como gobernante, aunque él ni siquiera se merece el calificativo de gobernante. Es una inutilidad política que no puede seguir al frente de los canarios ni un día más porque nos está empobreciendo alarmantemente. Está tratando de disimular su incapacidad política no solo ante los ciudadanos, sino ante su propio partido. Pretende que los suyos no se den cuenta de su ignorancia, su necedad y su estupidez.
Que no, señor presidente: que lo de la colonia tiene copyright. Si quiere usar el término, deberá rendir pleitesía al gran mencey y, de paso, devolverle la licencia de radio que le birló. Si no, pues ya ve a lo que se expone. Conociendo al anciano padrino , habrá más como éste. Seguro.

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