El editorial de hoy no hay por donde cogerlo. Ni con qué, salvo pinzas desechables, pues quedarían irremediablemente pringadas tras su uso. Gary Baldi (a punto de convertirse por sentencia judicial y a perpetuidad en don Pepito) recupera el tono clerical de sus mensajes para dirigir toda una encíclica a su ya atormentado público. Una auténtica pastoral en la que, cuando no recurre a sus habituales mentecateces, abiertos insultos a la inteligencia ajena, miente con tanta alevosía como para padecer en el acto priapismo nasal, como el niño de madera inmortalizado por la pluma de Carlo Collodi.
Pues bien, esta otra pluma, enmendada por sus solícitos amanuenses, ciertamente no pasará a la posteridad ni será recordada por su agudeza o elegancia, sino más bien por su estridente y soberana memez. De veras que no me gusta emplear este vocabulario, pero no puedo evitarlo al ver tanto y tan burdo intento de manipulación y, sobre todo, tan abierta mentira. Lean:
En suma: ¿quién te has creído que eres, so mentiroso y caradura?
Pues bien, esta otra pluma, enmendada por sus solícitos amanuenses, ciertamente no pasará a la posteridad ni será recordada por su agudeza o elegancia, sino más bien por su estridente y soberana memez. De veras que no me gusta emplear este vocabulario, pero no puedo evitarlo al ver tanto y tan burdo intento de manipulación y, sobre todo, tan abierta mentira. Lean:
- Aspiramos a que nuestra tierra sea una nación con su estado y, en consecuencia, dueña de todos sus recursos; tanto los actuales como los potenciales de los que tanto se habla en estos días. Recursos hoy rapiñados por la nación española para alimento de sus ciudadanos, porque no es lo mismo ser canario que ser español. Los canarios no somos españoles por mucho que lo diga la Constitución española. Una Constitución que acatamos por imperativo legal, pero que no es nuestra.
- Todo desmiente que seamos españoles. Lo hace la geografía, pues nos encontramos nada menos que a 1.400 kilómetros de las costas de la metrópoli y a 2.000 de su capital. Lo desmiente la historia, ya que Canarias era un archipiélago libre -el formado por las Islas Afortunadas- antes de que sus habitantes sufriesen una invasión genocida que, pese a la heroica resistencia que opusieron durante casi cien años, los diezmó, los esclavizó y les robó sus tierras. Lo desmienten las leyes internacionales, pues no en vano sigue vigente la Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de los pueblos de las Naciones Unidas que obliga a España a liberar sin demora este territorio ocupado. Lo desmiente también la economía, (...) existen estudios suficientes para demostrar que viviríamos como los habitantes más ricos del planeta.
- La independencia es nuestra primera y absoluta medida. la independencia y la consecución de una nación con su estado. Pero si España pone dificultades a nuestra libertad (...) debemos buscar otras alternativas intermedias. Opciones que incluyen ser vecinos en condiciones de igualdad de otra nación que no tiene por qué ser tratada peyorativamente y con desconfianza.
- Respetamos a ultranza a la Justicia universal y a la Justicia española, y la acatamos. Pero la justicia la dictan seres humanos que, como tales, son susceptibles de equivocarse o de ser influidos por la perversidad, como es el caso de este comentarista pestilente al que nos estamos refiriendo. Una persona indigna que espera, y aun desea, una sentencia favorable a su guarida, que no es otra que la cueva de la hez del periodismo (...)
- Tuvo que llegar un pájaro tatarita de Las Palmas para que comenzara la ridiculización añadiéndole un "don" al Pepito familiar. Y todo ello en una sociedad que, justamente, cuenta a día de hoy con leyes que impiden menospreciar a alguien, ya sea por sus creencias religiosas, ideas políticas, aspecto físico, procedencia social, inclinación sexual o cualquier otra característica sea cual sea su naturaleza.
- Nuestro periódico es leído diariamente por más de 220.000 personas; muchas más de las que siguen el digital en el que se babea cada día el pájaro tatarita o el periódico mínimo en el que escribe el pestilente de la pluma, amén de otro de los cuatro godos de la prensa. Cuatro individuos periodísticamente deleznables, como son el bembón, el traidor, el mofeta y el caoba.
- No podemos olvidar que cinco magistrados de Las Palmas, entre ellos una jueza que a nuestro entender ha cometido tres presuntos delitos de prevaricación, declararon públicamente, nada menos que en la portada de un periódico, que José Rodríguez era racista y xenófobo; es decir, lo tildaron de delincuente sin vestir la toga; sin ni siquiera estar en un juzgado.
En suma: ¿quién te has creído que eres, so mentiroso y caradura?
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