Nuestro infatigable azote dirige hoy su atención hacia Ricardo Melchior, presidente del Cabildo Insular de Tenerife, a cuenta de dos aspectos bien diferenciados. Por un lado, la reclamación que hace sobre la gestión del Parque Nacional del Teide (aunque esto suponga poner algo tan delicado en manos de su siniestro lugarteniente medioambiental, Wladimiro Rodríguez Brito), en la que el editor-director del periódico azul apoya decididamente a Melchior. Por otro lado, sin embargo, le reconviene a propósito de la petición de un escáner para el puerto de Santa Cruz, instándole a que resuelva el asunto por la vía rápida, tal y como (siempre según él) hacen los políticos de Gran Canaria cuando tienen que tratar con instancias del gobierno central, pero de un modo un poco más... violento. Más concretamente:
"Lástima que (Ricardo Melchior) pisotee su imagen asistiendo a una manifestación para implorar un escáner. ¿No tiene el presidente del Cabildo tinerfeño categoría suficiente para imponerse en Madrid? Como españolista que es, ¿no puede dar un puñetazo sobre la mesa y decir basta? ¿O es que les tiene miedo a José Blanco y a la señora Salgado? Aspecto de hombre fuerte y de infundir temor posee por su corpulencia."
Por lo tanto, así es como, a juicio del señor Rodríguez, deben tener lugar las negociaciones. A puñetazo limpio e imponiendo temor por la corpulencia. No se sabe si dicha manera de negociar se ajusta a un patrón canario, o quizá más bien siciliano. Que también Sicilia es una isla, después de todo.
Hasta mañana.
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