martes, 20 de julio de 2010

Potajito de berros para Don Paulino (Rivero)

Paulino Rivero, indígena mayor de Canarias a juicio del azulísimo diario El Día (aquel mismo que ostentara tan orgullosamente un yugo y unas flechas en su portada) y de su mandamás, el social-comunista José Rodríguez Ramírez, aka Torquemada de Santa Brígida (nieto de grancanarios mal que le pese), se ha llevado hoy el premio gordo. Nada más ni menos que una editorial enterita para él solo. Bueno, para él solo... no. Porque la archiconocida incontinencia verbal de su director imposibilita por completo que, cualquiera que sea el tema de sus comentarios, éstos se ciñan a una sola idea y presenten, indefectiblemente, tantas derivaciones como una raíz... fasciculada. Es lo mismo, en términos culinarios, que servirle al presidente del Gobierno Canario un genuino potaje de berros, ese plato tan nuestro que incluye, además de la verdura, papas, legumbres, carne o costilla y gofio al gusto del consumidor. Hay esta vez (el editorial es ciertamente largo) tantas perlas como para hacer un collar de esos que tanto ostentaba doña Carmen Polo. Ahí va nuestra selección:
  • (A Paulino Rivero) (...) ¿Le afecta a usted como canario que es la Constitución española? ¿Le afecta a usted España, que es un país situado a 1.400 kilómetros de las costas de su tierra y en otro continente? ¿Es usted español? Si nos contesta que sí, le diremos que, o es usted un pícaro político que quiere vivir al socaire de estas mentiras, o es usted un ignorante, o es un atrevido que engaña al pueblo canario.
  • (...) ¿cree usted que son patriotas y que están actuando como tales nuestros representantes en el Parlamento español doña Ana Oramas, la "insultada" por EL DÍA, y don José Luis Perestelo, que, incomprensiblemente, está actuando, eso parece, como pelele de doña Ana Oramas y de los socialistas?
  • (...) este Archipiélago como nación que es y, en consecuencia, posee un universal derecho humano y un incuestionable derecho divino a contar con su Estado soberano.
  • Lo que están haciendo ustedes, tanto en Madrid como en Canarias, es una ruindad, un engaño a quienes confiaron en las siglas nacionalistas de su partido.
  • Don Paulino, sepa que hay dos partidos verdaderamente nacionalistas e independentistas que van a arrasar en las próximas elecciones. (...) De CC podemos decir que si no se unen ya al grito de la independencia, no quedará de esta formación ni una piltrafa para los buitres. Déjese de tonterías, don Paulino, que el tiempo se acaba y se le acaba: en lugar de poner al día la Constitución española -¿qué nos importa a nosotros la Constitución española?-, pida día y fecha para iniciar el calendario de las negociaciones que conduzcan a la devolución de una propiedad que era nuestra, de los canarios.
  • Don Paulino, tómenos en serio. No hemos fallado nunca en nuestras predicciones. No hemos insultado a doña Ana Oramas. ¡Carajo -perdón-, que lo demuestre!
  • Porque con la independencia, de paso acabará la división provincial; la ruin división provincial que se produjo en 1927. Y de paso, los habitantes de la tercera isla serán canarios y no "grancanarios". Y de paso se establecerán las buenas relaciones entre hermanos.
  • ¿Y qué va a ser de usted, don Paulino, y de su chaqué de lujo pasando revista a las tropas en La Palma? Se tendrá que encerrar en El Sauzal. ¿Y de qué va a vivir? Usted puede capitanear este comienzo de la libertad de Canarias, acompañado por un estado mayor formado por independentistas auténticos, en vez de chiquillos mercantilistas que han sido colocados como hijos de papá en su Gobierno.
  • Si no, usted y su descendencia serán reos del desprecio del pueblo. Usted y sus acólitos de partido serán los responsables de su propia desaparición.
  • (...) aquí el pueblo sigue sufriendo las consecuencias de las denuncias de don Santiago Pérez para que no salga adelante el proyecto de Las Teresitas, para que no salga adelante el puerto de Granadilla, para que se silencie o amordace a José Rodríguez que tanto canta las verdades, para que se repruebe la libertad de prensa y para que, de paso, se ataque a la Constitución.
  • Don Paulino, que no somos españoles; que no somos europeos; que no somos ultraperiféricos aunque usted sea presidente de las RUP (Regiones UltraPeriféricas).
  • Don Paulino, le hemos leído otra vez el evangelio canario. No nos decepcione. Sálvenos y sálvese a usted mismo salvando a los canarios. Y así estará en las mejores condiciones para afrontar las próximas elecciones, si es que se celebran (...)
Tiene desverguënza que José Rodríguez proteste (con su buena educación de siempre) que no ha insultado a Ana Oramas y que, renglones más abajo se permita llamar al propio Rivero (ese ignorante o atrevido), a Ana Oramas y a José Luis Perestelo (calificado de pelele en la editorial) como ruines y mentirosos. Tiene bemoles que descalifique a la Constitución Española (¿qué votaría este buen señor en el referéndum de 1978?), esa Constitución que propugna la libertad de expresión que José Rodríguez mancilla sistemáticamente con sus repugnantes diatribas, y más adelante se acoja a ella para refugiarse de los ataques de Santiago Pérez, a quien nuestro denunciador también distingue con su peculiar simpatía. Tiene narices que insista en su demencial campaña para despojar a Gran Canaria y a los grancanarios del "gran" y después nada, colega, tan amigos y hermanos. Tiene soberbia que se atribuya el poder de la predicción infalible y le diga a otra persona (a un gobernante en este caso) qué es lo que tiene y lo que no tiene que hacer, amenazándole si no cumple con sus propias expectativas. Es patético que aluda al derecho divino (¿en qué siglo vive este señor?) para justificar su soberanismo independentista. Y finalmente, es gracioso que cite a dos partidos verdaderamente nacionalistas pero que después no les identifique con claridad. Por no mencionar su defensa de proyectos tan controvertidos y sospechosos como Las Teresitas o el Puerto de Granadilla, patrocinados por conocidas personas y personajes de la isla que, cómo no, son objeto de su empalagosa adulación. Es que, claro: son unos patriotas.

Tenerife, está bien claro, cuenta con su propio doctor Joseph Goebbels.

Hasta mañana.

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