Lo dicho: está el hombre que se sale. Un día (por supuesto, en El Día) y otro nos deleita con nuevas y más sorprendentes muestras de su inagotable capacidad de plasmar estupideces de los más variopintos colores y calibres. Y todo ello, naturalmente, sin renunciar a su esencia de corte fascista e intolerante y verbo xenófobo, ambos fácilmente reconocibles. Y para quien no lo crea, aquí van las jugosas perlas de hoy, recién pescadas como chicharritos frescos:
De los supuestos robos de la Hacienda española, la realidad no es muy diferente de la que ocurriría si, llegado el caso, se proclamara la república bananera que promueve nuestro prócer con capital en Santa Cruz (faltaría más) y que expoliaría los tesoros y riquezas del resto de las islas (es de suponer que de Gran Canaria más que ninguna, para resarcir a los tinerfeños de los expolios cometidos por los demonios canariones). En cualquier sistema fiscal, todos contribuyen y lo recaudado se redistribuye: así funciona siempre. Hay que recordar que las CC.AA. asumen directamente un 40% de la recaudación de la renta (las migajas), y que del 60% que se lleva el estado sale el mantenimiento de los servicios e infraestructuras que dependen directamente de él, también en las islas, incluido el ejército ante el que Robes Pierre se postra solícitamente en decúbito prono a la voz de ¡Ar! cuando procede. En lo referente a las terribles multas, supongo que son las que el apóstol de la causa tiene que pagar por atropellar verbalmente al prójimo en algunas de sus soflamas. Así que un servidor concluye que sí, que mienten de forma abierta y descarada.
Por fin, eso de Canarias para los canarios suena a lo que suena (no confundir xilófono con xenófobo), y califica a su autor de modo inequívoco, a juicio de quien escribe.
Será hasta la próxima.
- Queremos que se nos devuelva las islas de nuestros antepasados y el disfrute de los bienes que producen. Que se nos devuelva todo lo que nos han robado los españoles con la compensación que nos corresponde. Queremos que se castiguen los crímenes de lesa humanidad que se produjeron en el momento de la vil conquista de este Archipiélago a manos de las tropas regulares de Castilla y de los despreciables mercenarios que las acompañaban; un ejército que masacró y esclavizó a nuestros abuelos.
- Porque, ¿mentimos al decir que la Agencia Tributaria, la Hacienda española, recauda en Canarias impuestos sobre la renta y por todos los conceptos, además de imponer multas cuyo importe también se llevan los españoles para la Península? ¿Mentimos al decir que a Canarias solo le devuelven las migajas? ¿Mentimos al afirmar que los españoles nos engañan? ¿O es que no han sido un engaño los 25.000 millones de euros que prometió el desvergonzado de Zapatero, y de los que nunca más se supo?
- Lo que era Canarias hace unos pocos años y lo que es ahora. Es un gueto de europeos, de latinoamericanos y de todos los desheredados de África, América, Europa, de Asia -aunque menos- y no de Oceanía porque está muy lejos. Por eso predicamos el cambio; para recobrar nuestro bienestar y nuestras riquezas; para que estas Islas sean nuestra casa y no la de otros.
De los supuestos robos de la Hacienda española, la realidad no es muy diferente de la que ocurriría si, llegado el caso, se proclamara la república bananera que promueve nuestro prócer con capital en Santa Cruz (faltaría más) y que expoliaría los tesoros y riquezas del resto de las islas (es de suponer que de Gran Canaria más que ninguna, para resarcir a los tinerfeños de los expolios cometidos por los demonios canariones). En cualquier sistema fiscal, todos contribuyen y lo recaudado se redistribuye: así funciona siempre. Hay que recordar que las CC.AA. asumen directamente un 40% de la recaudación de la renta (las migajas), y que del 60% que se lleva el estado sale el mantenimiento de los servicios e infraestructuras que dependen directamente de él, también en las islas, incluido el ejército ante el que Robes Pierre se postra solícitamente en decúbito prono a la voz de ¡Ar! cuando procede. En lo referente a las terribles multas, supongo que son las que el apóstol de la causa tiene que pagar por atropellar verbalmente al prójimo en algunas de sus soflamas. Así que un servidor concluye que sí, que mienten de forma abierta y descarada.
Por fin, eso de Canarias para los canarios suena a lo que suena (no confundir xilófono con xenófobo), y califica a su autor de modo inequívoco, a juicio de quien escribe.
Será hasta la próxima.
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