Esta vez Gary Baldi ha cumplido, aunque no tenía elección: el asunto era demasiado serio como para escabullirse de puntillas sin haber dicho esta boca es mía, sin entrar, en definitiva, a valorar lo que han supuesto las recientes elecciones a nuestro parlamento autonómico, a nuestros cabildos y ayuntamientos. Como era de esperar, el tono del editorial de hoy martes no hace sino refrendar el ya mostrado ayer, cuando manifestaba ignorar aún los resultados electorales. Cosa poco creíble, entre otras razones, y precisamente, por mantener el tono inalterado.
Los mismos perros y con los mismos collares. Así resume su ilustradísimo lo sucedido en las urnas el pasado domingo, queriendo significar que la situación no ha cambiado sustancialmente más allá del varapalo sufrido por los socialistas (y, en menor medida por Coalición Canaria) y del importante ascenso del Partido Popular. Mismos partidos, mismas personas, mismos intereses, idéntica situación. Y algo de verdad hay en este sencillo análisis pero, si nos tomamos la molestia de examinar los resultados con detalle, encontraremos algunas razones más para explicar la evidente frustración del mencey guanchófono.
La primera: su ídolo personal (nótese la ironía) sigue en la brecha y por su propio pie. Me refiero, cómo no, a Santiago Pérez, auténtico Demonio del Mediodía para Gary Baldi, quien ha obtenido una buena representación en el consistorio lagunero, haciéndole de paso mucha pupa a sus antiguos correligionarios. Doy por cierto que la retirada definitiva del político lagunero ante una posible derrota era un sueño húmedo del jefazo del periódico azul, pero aún tendrá que esperar para que eso suceda. Si sucede, claro. El insigne apóstol ni siquiera alude a ello en su página, pero también estoy seguro de que la figura de Pérez le ha rondado el magín.
Segunda, la entrada de Nueva Canarias en el parlamento regional con tres escaños, nada menos. Así que no son los mismos perros exactamente (su ilustrísimo siempre tan considerado). Román Rodríguez no es novato en la política regional, pero hace cuatro años no estaba en el parlamento, y ahora sí. El dirigente grancanario y su proyecto para una línea de tren en la isla vecina han sido motivo de migrañas en la avenida de Buenos Aires. Y es previsible que ahora lo sean aún más. Otros que se han quedado sin mención honoris causa en el editorial. Lástima.
Tercera, el significativo ascenso de la plataforma ciudadana Alternativa Sí Se Puede en muchos municipios, no sólo en Tenerife (donde además han ganado la alcaldía de Buenavista del Norte con mayoría absoluta, desbancando al feudatario socialista) sino también en Lanzarote y La Gomera. Además, se han convertido en la quinta fuerza política del archipiélago, tras las cuatro siglas parlamentarias. Aciago de veras para el prócer:
Por si fuera poco, en determinado municipio ha entrado un partido cuyos componentes se refugian en una institución muy respetable, como es la Universidad de La Laguna, desde la que atacan a Tenerife, dicen algunos que con dinero canarión. Una formación política que tiene por presidente a alguien de la peor calaña que gratuitamente, y sin venir a cuento, sin conocer a José Rodríguez y sin que José Rodríguez tenga noticias de su existencia, lo ha ofendido con una sarta de insultos delictivos que no caben en el diccionario por groseros e inconcebibles.
Pero todo esto no son sino meros granitos que escuecen en salva sea la parte. Sin duda, la más evidente razón, el gran gatillazo que justifica el descontento de Gary Baldi es el estrepitoso descalabro del Movimiento Patriótico Canario, su apadrinado y, con él, del independentismo en las islas. Alude sutilmente el editorialista a las razones de siempre: inconsciencia, narcosis, manipulaciones... Se lamenta de inmensos atropellos (sic) a la formación política que lidera José Luis Concepción en forma de falta de papeletas en algunas mesas. Pero, reales o ficticios, esos atropellos no bastan para justificar la debacle del MPC. Sus sufragios, apenas 2.728, son poco más que una gota de agua sobre una piedra caliente (0.3% exactamente). El MPC sólo concurría en Tenerife y Lanzarote y al parlamento, sí. Pero, resultados definitivos en mano, comprobamos que otros partidos más, digamos, atípicos, salieron mejor parados, entre ellos el Partido Antitaurino y Contra el Maltrato Animal (2827 votos, 0.31%), el Partido Progresista Majorero (4333 votos sólo en Fuerteventura, 0.48%), Sentido Común en Canarias (4761 votos, 0.52%), y Alternativa Nacionalista Canaria (6481 votos, 0.71%), así como otras formaciones más estándar: Unión Progreso y Democracia, Los Verdes, Izquierda Unida Canaria y la mencionada ASSP. Eso sí: al MPC le cabe el honor de ser el primer partido independentista en votos, por delante del MPUC de la aberradora Deyanira Tabares.
¿Narcosis? ¿Atropellos? ¿Manipulaciones? ¿Inconsciencia? Rotundamente no. La cruda realidad demuestra que el independentismo sigue sin ser creíble, pese a haber contado esta vez con el apoyo firme de un periódico de amplia difusión, suerte negada a otros que, aún así, han superado ampliamente al MPC. Lección de oro: no basta con afirmar que podríamos vivir como reyes, que nadamos en recursos, que España nos roba a mansalva, que somos una vil colonia, y toda la sarta de embustes que Gary Baldi, convertido en Robes Pierre, ha querido injertar en las mentes de sus lectores quienes, muy a su pesar, han demostrado que tienen discernimiento suficiente como para comprar el periódico azul y hacer caso omiso de sus soflamas. Hace falta credibilidad y argumentos sólidos, en vez de postulados estridentes y proclamas incendiarias.
Y la segunda lección de oro debería ser un imponente baño de humildad para el editorialista, quien sin duda creyó tener poder de difusión y convicción suficientes como para impulsar una alternativa política a su gusto. Pues ni una cosa ni la otra. Game over. Repetidas veces ha sacado pecho el ilustradísimo de ser el número uno en Canarias, sin tener en cuenta que el uno es el primero de los números primos. Y Paulo Giordano nos recuerda que, por su condición misma, los números primos están llamados a estar solos. Hoy el número primo de la Avenida de Buenos Aires, además de solo está también desolado. Razones, como hemos visto, no le faltan.
Los mismos perros y con los mismos collares. Así resume su ilustradísimo lo sucedido en las urnas el pasado domingo, queriendo significar que la situación no ha cambiado sustancialmente más allá del varapalo sufrido por los socialistas (y, en menor medida por Coalición Canaria) y del importante ascenso del Partido Popular. Mismos partidos, mismas personas, mismos intereses, idéntica situación. Y algo de verdad hay en este sencillo análisis pero, si nos tomamos la molestia de examinar los resultados con detalle, encontraremos algunas razones más para explicar la evidente frustración del mencey guanchófono.
La primera: su ídolo personal (nótese la ironía) sigue en la brecha y por su propio pie. Me refiero, cómo no, a Santiago Pérez, auténtico Demonio del Mediodía para Gary Baldi, quien ha obtenido una buena representación en el consistorio lagunero, haciéndole de paso mucha pupa a sus antiguos correligionarios. Doy por cierto que la retirada definitiva del político lagunero ante una posible derrota era un sueño húmedo del jefazo del periódico azul, pero aún tendrá que esperar para que eso suceda. Si sucede, claro. El insigne apóstol ni siquiera alude a ello en su página, pero también estoy seguro de que la figura de Pérez le ha rondado el magín.
Segunda, la entrada de Nueva Canarias en el parlamento regional con tres escaños, nada menos. Así que no son los mismos perros exactamente (su ilustrísimo siempre tan considerado). Román Rodríguez no es novato en la política regional, pero hace cuatro años no estaba en el parlamento, y ahora sí. El dirigente grancanario y su proyecto para una línea de tren en la isla vecina han sido motivo de migrañas en la avenida de Buenos Aires. Y es previsible que ahora lo sean aún más. Otros que se han quedado sin mención honoris causa en el editorial. Lástima.
Tercera, el significativo ascenso de la plataforma ciudadana Alternativa Sí Se Puede en muchos municipios, no sólo en Tenerife (donde además han ganado la alcaldía de Buenavista del Norte con mayoría absoluta, desbancando al feudatario socialista) sino también en Lanzarote y La Gomera. Además, se han convertido en la quinta fuerza política del archipiélago, tras las cuatro siglas parlamentarias. Aciago de veras para el prócer:
Por si fuera poco, en determinado municipio ha entrado un partido cuyos componentes se refugian en una institución muy respetable, como es la Universidad de La Laguna, desde la que atacan a Tenerife, dicen algunos que con dinero canarión. Una formación política que tiene por presidente a alguien de la peor calaña que gratuitamente, y sin venir a cuento, sin conocer a José Rodríguez y sin que José Rodríguez tenga noticias de su existencia, lo ha ofendido con una sarta de insultos delictivos que no caben en el diccionario por groseros e inconcebibles.
Pero todo esto no son sino meros granitos que escuecen en salva sea la parte. Sin duda, la más evidente razón, el gran gatillazo que justifica el descontento de Gary Baldi es el estrepitoso descalabro del Movimiento Patriótico Canario, su apadrinado y, con él, del independentismo en las islas. Alude sutilmente el editorialista a las razones de siempre: inconsciencia, narcosis, manipulaciones... Se lamenta de inmensos atropellos (sic) a la formación política que lidera José Luis Concepción en forma de falta de papeletas en algunas mesas. Pero, reales o ficticios, esos atropellos no bastan para justificar la debacle del MPC. Sus sufragios, apenas 2.728, son poco más que una gota de agua sobre una piedra caliente (0.3% exactamente). El MPC sólo concurría en Tenerife y Lanzarote y al parlamento, sí. Pero, resultados definitivos en mano, comprobamos que otros partidos más, digamos, atípicos, salieron mejor parados, entre ellos el Partido Antitaurino y Contra el Maltrato Animal (2827 votos, 0.31%), el Partido Progresista Majorero (4333 votos sólo en Fuerteventura, 0.48%), Sentido Común en Canarias (4761 votos, 0.52%), y Alternativa Nacionalista Canaria (6481 votos, 0.71%), así como otras formaciones más estándar: Unión Progreso y Democracia, Los Verdes, Izquierda Unida Canaria y la mencionada ASSP. Eso sí: al MPC le cabe el honor de ser el primer partido independentista en votos, por delante del MPUC de la aberradora Deyanira Tabares.
¿Narcosis? ¿Atropellos? ¿Manipulaciones? ¿Inconsciencia? Rotundamente no. La cruda realidad demuestra que el independentismo sigue sin ser creíble, pese a haber contado esta vez con el apoyo firme de un periódico de amplia difusión, suerte negada a otros que, aún así, han superado ampliamente al MPC. Lección de oro: no basta con afirmar que podríamos vivir como reyes, que nadamos en recursos, que España nos roba a mansalva, que somos una vil colonia, y toda la sarta de embustes que Gary Baldi, convertido en Robes Pierre, ha querido injertar en las mentes de sus lectores quienes, muy a su pesar, han demostrado que tienen discernimiento suficiente como para comprar el periódico azul y hacer caso omiso de sus soflamas. Hace falta credibilidad y argumentos sólidos, en vez de postulados estridentes y proclamas incendiarias.
Y la segunda lección de oro debería ser un imponente baño de humildad para el editorialista, quien sin duda creyó tener poder de difusión y convicción suficientes como para impulsar una alternativa política a su gusto. Pues ni una cosa ni la otra. Game over. Repetidas veces ha sacado pecho el ilustradísimo de ser el número uno en Canarias, sin tener en cuenta que el uno es el primero de los números primos. Y Paulo Giordano nos recuerda que, por su condición misma, los números primos están llamados a estar solos. Hoy el número primo de la Avenida de Buenos Aires, además de solo está también desolado. Razones, como hemos visto, no le faltan.
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