domingo, 1 de mayo de 2011

El gozo en un pozo

Terrible decepción. El amigo Gary Baldi nos promete ayer hablar de turismo y economía y en lugar de exponer sus sabios argumentos sobre la principal industria de las islas, ¡zas! una finta por aquí, un quiebro por allá, se desmarca por el centro y se da un autopase en profundidad para encarar la portería rival con su juego de siempre, es decir, marcándose una perorata en pro de nuestros orígenes guanches, de los crímenes sufridos a manos de otros, y exhortando cual gurú a la toma de conciencia de un pueblo, siempre según él, narcotizado por los invasores. Osea, más de lo mismo.

Como apoteosis final, una traca de petardos en pro del MPC, que más que Patriótico aparece como la Panacea capaz de curar todos nuestros males, presentes y futuros, cuando lo cierto es que la mayoría de los mortales no sabemos quiénes forman parte de este movimiento, cuál es su programa y, lo más importante de todo, de dónde salen, qué formación tienen y qué medidas concretas proponen para poner fin a la crisis que nos acogota. O, si lo prefieren, con quién han empatado esos respetables señores.

Pues va a ser que no: lo siento de veras, pero hoy (día de las madres y de los trabajadores) me da pereza reproducir una sola de las frases con las que pretende majarnos la sesera una vez más. Ya sólo faltan tres semanas para las elecciones, y estoy deseando que pasen, entre otras cosas, para dejar de leer la persistente sorbedera de coco que nuestro prócer pretende implantar en el cerebro de sus víctimas, siendo la gente acrítica y de encefalograma plano el grupo de más alto riesgo.

En cambio, siento verdadera curiosidad por saber los motivos de tan súbito y repentino cambio de opinión, ese inesperado desmarque hacia la izquierda, ese retorno a la gota malaya, engañando a propios y a extraños. ¿Habrá dado Zancho un tirón a la correa? ¿O acaso temía nuestro más dicharachero periodista de Barrio Sésamo que sus palabras cayesen en saco roto? ¿O tal vez que le faltaban argumentos para comentar la solidez de nuestra economía sobre la base del turismo? ¿Lo sabremos alguna vez?

En cualquier caso, ¡vivan los comités de empresa!

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