A medida que se acerca la fecha de las elecciones locales y autonómicas, Robes Pierre Nodoyuna añade ácido sulfúrico a sus cotidianas peroratas, con las que aburre más que indigna (a mí, por lo menos). Despacio, eso sí, gota a gota, pero continuadamente. Su esperanza es que los habitantes de Canarias, presuntamente hartos de la opresión del cruel colonizador, salgan a manifestarse en pro de los guanches y de su libertad. Un discurso que hoy da un paso más y que, de modo progresivo pero firme, brinca peligrosamente sobre el borde de la legalidad, llamando a la desobediencia civil y usando como excusas el miedo, el hambre y las pamplinas pseudohistóricas de siempre:
Pero lo mejor, como siempre, al final:
- ¿Cómo es posible que se siga en esta callada cuando puede producirse una explosión en cualquier momento? Explosión que no deseamos. Tan solo estamos alertando de ella. No se puede, con tanta caradura y desvergüenza, decir que es español un pueblo vilmente conquistado, masacrado y esclavizado como lo fue el pueblo guanche canario. ¿Españoles por qué? ¿Dónde está España? ¿Dónde está Canarias? ¿Dónde está el pico del Teide? ¿En qué aguas están las Islas Canarias?
- En cualquier momento la ONU puede exigirle a España que realice la descolonización de nuestras Islas. Pero al mismo tiempo queremos advertirle al pueblo que cada vez está más próxima la amenaza latente del dueño de las aguas en las que nos encontramos. Aguas jurisdiccionales y de zona económica exclusiva de Marruecos. Un país que, sin necesidad de permisos de la ONU, puede decir que este Archipiélago es suyo. Marruecos puede organizar una marcha verde y ocupar Canarias.
Pero lo mejor, como siempre, al final:
- Acabamos como en los tiempos del general: Canarias una -con la tercera incluida-, grande -ya lo es por sus recursos y riquezas- y libre -lo será, y muy pronto-. Viva la libertad.
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